1. Nunca pensé en serio en esa frase producto de reflexiones; sin embargo, lo visto desde la antigüedad, es que las masas, las multitudes, los pueblos, por falta de responsabilidad, permiten que pequeños grupos –los más ambiciosos de la misma comunidad- se adueñen de las riquezas, las propiedades y de los mandos políticos.
2. La historia habla de que los primeros habitantes, por necesidad, cazaban, pescaban, vivían juntos, y que lo poco que lograban para comer tenían que dividírselos. Nadie podía apropiarse de algo que sobrara porque la recolección muchas veces no alcanzaba. Pero, pasados los siglos o milenios, una minoría ambiciosa comenzó a dominar.
3. Así se impuso la propiedad de una minoría en todo, así como las carencias extremas a la gran masa de la población que continuó trabajando, produciendo, ahora para la minoría dominante. Así se registraron miles de años de esclavismo, siglos de feudalismo y más de 700 años de capitalismo. México vivió esos sistemas, aunque hubo manifestaciones diferentes.
4. Nunca la población se ha gobernado, no se ha planteado gobernar ni tampoco la dejarían los políticos saqueadores y los empresarios explotadores, Éstos están acostumbrados a dominar y el llamado pueblo, a obedecer. Si en milenios o siglos anteriores la clase dominante usó armas, policías, ejército para reprimir y asesinar, hoy le basta la ideología y los medios de información.
5. El PRI gobernó México 75 años, el PAN 12 y Morena casi seis años, pero los tres partidos han sido igualitos, es decir, una minoría de políticos y empresarios que han dominado al 90 por ciento de la población, manteniendo al 70 por ciento en la pobreza, la miseria y el hambre. Los ricos son el uno por ciento, las clases medias el 20, los pobres el 40 y los miserables el resto.
6. Yo nunca he votado y moriré sin hacerlo porque desde los 20 años de edad comprendí lo que es el capitalismo, la explotación y la opresión; sobre todo el engaño que victimiza a la gran masa de la población usando a los medios de información, la iglesia, la escuela, todas las costumbres y entretenimientos enajenantes como los deportes y programas televisivos. No podemos escapar.