Las sanciones. ¡¿Cómo es eso que, en razón a unas sanciones y a un bloqueo extraño que ha favorecido a los ricos y nuevoricos del país, se tuvo que entregar la revolución socialista?! La causa socialista es nivelar las cargas sociales, dignificar la vida de los más necesitados, de los parias, y para eso es necesario que la sociedad, a través del Estado, tenga el control de la los medios de producción y pueda distribuir de forma justa la riqueza producto de nuestro trabajo, no hay otro camino, no se puede hacer una revolución socialista con capitalistas dirigiendo la economía, “con las armas melladas del capitalismo”, eso es un contrasentido, aquí y en la China.
Chávez demostró que la esperanza socialista existe, que aún está viva, que no había muerto con la retórica del fin de la historia. Todavía hay quienes creen dentro de la izquierda reformista que la historia termina con el capitalismo. Tal vez el capitalismo acabe con la humanidad, con la historia, con todo, en un cataclismo nuclear o con la sobreexplotación de la madre Tierra; acabe con la obra y la memoria humana, y la naturaleza que le da sustento. Pero superando al capitalismo, la historia seguirá su curso.
El socialismo es la única esperanza de vida social y planetaria, es el equilibrio entre individuo y sociedad, y es la base social y material para liberar al esclavo moderno del trabajo forzoso, del “mal vivir” y la ignorancia. Pero no se puede alcanzar dentro de la lógica del capital, explotando el trabajo humano, arruinando el planeta y empobreciendo el espíritu humano (o en guerras absurdas y una posible auto aniquilación de nuestra especie).
¿Cuál es el individuo que obedece a la lógica del capital?, un ser vanidoso, ignorante, manipulador y manipulable, pasivo, aspirante y codicioso, despiadado, consumista, materialista y egoísta, gregario, supersticioso y crédulo. Además el capital requiere de pensadores superficiales, lo más confundidos o perplejos posible con la fe, el capitalismo necesita de intelectuales que trabajen para su causa, la cual es recuperar todas las formas de rebelión y voltearlas a su favor, sumarlas a sus dominios; el capitalismo requiere de mentes que sean capaces de revertir cualquier crítica a su sistema, intelectuales sin escrúpulos y sin sentimientos de culpa, que inventen mecanismos de control para todas las personas y recursos materiales, que diseñen armas de todo tipo, sobre todo armas ideológicas eficaces.
La lógica del capital es reducir todo bien material y espiritual al valor de una simple moneda de cambio, convertir todo en mercancía; el arte, la ciencia (y las ciencias), la fe, la salud, las enfermedades, la educación, la profesión médica, las profesiones, la vocación de servicio, el amor y el odio. La lógica del capital exige una sociedad de idiotas: consumidores de mercancías; productores y consumidores de mercancía, y seres desechables, víctimas de las guerras neocoloniales, del hambre, las enfermedades, del veneno de las drogas. La lógica del capital produce despatriados.
La lógica del capital exige otro lenguaje, el lenguaje para la incomunicación y la degradación intelectual del individuo, exige banalizar todo lo humanamente sagrado, desvirtuar toda obra o logro humano, desmemorizar la consciencia, burlarse de la historia y desconectarla de nuestro presente, saturando la mente de los jóvenes con trivialidades y confusiones. Pero también exige estigmatizar a todo aquello y aquel que niegue su lógica, en el imperio se usa el estigma de terrorista, de socialista, comunista (mientras los terroristas son ellos), en el gobierno de Maduro el de traidor (cuando los traidores están en el gobierno), también el de ultraizquierdista, y en privado el de chavista y socialista. Exige hombres y mujeres máquinas, sin conocimiento, sin autonomía, sin conciencia; esa es la lógica del capital.
En el mundito estrecho del madurismo prevalece esa lógica, cualquier asesor de campaña obedece a ella. Por unos billetes se activa su inteligencia, su lenguaje y discurso, su “profesionalismo”, su “fe”, su “lealtad”. Igual pasa con los demás burócratas que se venden en el mercado de la democracia clientelar, con la mente plana, sin conciencia política y de nada.
Percibir en el horizonte la esperanza del socialismo comienza con un pensamiento agudo y crítico del capitalismo y con un compromiso con nuestras convicciones, hasta que agotemos su validez en una lucha persistente y encontremos otras mejores. Con Chávez, en doce años descubrimos que es posible resistirse a la mecánica del capitalismo y cambiar la sociedad, derrotar al capitalismo con socialismo verdadero, no solo el establecido en el discurso sino practicado desde un gobierno honesto y dando ejemplo de honestidad desde la propia conducta personal, que fue el legado del hombre Chávez.
El socialismo es el verdadero enemigo del capitalismo. EEUU no le tiene miedo a Maduro y a su falso gobierno socialista, solo se aprovecha de su desesperación por seguir gobernando, y de la certeza de que Maduro necesita de convicciones políticas firmes para no desesperarse, que sabe que él no es Chávez y resulta fácil de manipular con sanciones y amenazas personales. Como producto capitalista que es el imperio, su verdadero enemigo es el socialismo. Es mucho el dinero y el esfuerzo que gastan los capitalistas y las naciones capitalistas en calumniar y combatir al socialismo, a través de la literatura, el cine y el ciberespacio, sea cual sea la forma en la que él se muestre (todas las redes sociales, todos los medios de desinformación; la USAI, CATO, HERITAGE, MONT PELERIN, CEDICE, IESA, y un largo etc. de institutos y fundaciones liberales; productoras de cine y televisión en el mundo, que se dedican a difamar al socialismo y los controles a la anarquía capitalista) La vida de Chávez le valió su intento personal de adelantar una revolución socialista y divulgarla, el solo, por el mundo, por eso lo mataron.
Renunciar al socialismo ahora sin renunciar a su nombre es perverso, pero esa renuncia no salvará a Maduro del objetivo imperial de apartarlo del gobierno, porque el poder ya lo tienen ellos.
Maduro actúa de forma contraria de lo que exige la lógica socialista. Es el colmo del oportunismo deshonrar a los más necesitados mediante una mentira, con un socialismo inexistente, solo para sostener un gobierno inútil y desesperado. Sin embargo el capitalismo no quiere al socialismo ni siquiera como farsa, no admite ningún ensayo capitalista que se haga a nombre del socialismo.
Por eso la esperanza de la humanidad está en el socialismo, que significa la disolución moral y material del capitalismo, la esperanza de la humanidad es ir en contra de la lógica del capital, hasta vencer.
¡VOLVAMOS A CHÁVEZ!