La noticia retumba, declara el presidente maduro:
¿Cuántas veces me ofreció el imperialismo que traicionara al pueblo y entregar la patria? Me ofrecieron riquezas, millones de millones, que me fuera a vivir a una isla paradisíaca.” Aseguró que la oferta era “al costo de traicionar a la patria, al traicionar el juramento al Comandante Chávez, y no caí en la tentación ni caeré jamás de ser un presidente servil, manipulable y arrastrado a los intereses del imperio norteamericano”.
¿Cuál es la intención de estas declaraciones, a quién van dirigidas, por qué ahora? Podemos deducir que algo anda mal allá adentro, sería ingenuo no pensar que a otros principales también hacen las mismas ofertas, y nadie dice nada. Cada uno que confeccione su lista de los posibles tocados, por el estruendoso silencio, parece que, a más ninguno, todos son virginales.
Más allá de los nombres, las declaraciones indican con claridad que el madurismo está en su etapa terminal, se agotó, tiene serias dificultades internas, allí nadie confía en nadie. Traicionó al legado del Comandante que era muy claro, luchar contra la lógica del capital, ir al Socialismo. No es necesario argumentar mucho para sustentar la afirmación, basta ver el contento de fedecámaras, la pulverización del salario y de las prestaciones, de las vacaciones, y la eficaz reversión de la propiedad social construida en el camino al Socialismo, para disipar cualquier duda. Dilapidaron el apoyo extraordinario que heredaron de Chávez, y ahora, en época electoral, caen en cuenta de la torta que pusieron. Hogaño, no tienen proyecto diferente al capitalismo, necesariamente caen en manos de los imperios y de los capitalistas nacionales, los tradicionales y los nuevos. Por eso las elecciones son un torneo entre proyectos capitalistas, uno agotado, y el otro listo para la sucesión.
Vienen tiempos borrascosos, es improbable que estas elecciones consigan estabilizar la dominación capitalista. El 29 de julio, si es que se llega hasta allá sin una barrabasada del madurismo, el 29 amanecerá otro país: puede ser que gane maduro, será un triunfo frágil, poco creíble, que tendrán que sustentar en una gran represión. Si gana la oposición gringa, el cuadro no será más halagador, vendrá la inevitable cacería de brujas, no solo contra los maduristas, sino contra todos contestatarios a las medidas que tomaran para afianzar al capitalismo, que es esa su misión. El periodo de agonía del madurismo, de agosto a enero, será difícil, las tentaciones de arrebato serán muchas, el “ofrecimiento de riquezas”, de “islas”, arreciará, la estampida será bíblica. Es probable que el capitalismo apele a una dictadura militar para estabilizarse.
En esta encrucijada difícil para el país y para el mundo, cuando las esperanzas no tienen referencia, cuando el mundo y el país se mueven abobados hacia el abismo y lo que existe es escepticismo, depresión, tristeza, se hace imperativo, un deber ineludible de los revolucionarios chavistas dar un paso al frente, restituir la opción chavista, decir al mundo, a los venezolanos que Chávez vive, que hay dirigentes dispuestos a correr los riesgos necesarios para volver al camino de Chávez. Hay Esperanzas.
¡CHÁVEZ ESPERANZAS!