El Libertador Simón Bolívar vivió unas circunstancias históricas prevalecientes a principios del Siglo XIX de gran fervor revolucionario, de invasiones y colonizaciones, en la que estuvo en alianza con las clases más avanzadas y revolucionarias de todo el Hemisferio Latinoamericano.
Bolívar combatió contra la dominación española y por la independencia de NuestraAmérica. Su acontecer como hombre revolucionario lo llevó a un claro rompimiento con las ideas dominante de la época de la colonia.
Su incansable lucha por la liberación de los pueblos de la Patria Grande, tienen el mérito de haber sido un extraordinario combatiente que luchó simultáneamente con su espada y con su pluma.
En el Discurso de Angostura (1819) Bolívar, dijo:
"Dignaos conceder a Venezuela un Gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Un Gobierno que haga triunfar bajo el imperio de leyes inexorables la Igualdad y la Libertad”.
Por eso sostiene:
“El sistema de Gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”.
Bolívar, al igual que Hugo Chávez e incluso Fidel Castro, fue víctima de varios atentado y mancillado en su honor y probidad.
El último año de vida de Bolívar estuvo atravesado por las guerras internas de las naciones del hemisferio americano, que tanto él buscó evitar. En Bogotá, donde vivía, había resistido el intento de asesinato por algunos sectores de la Gran Colombia, al grito de “tirano” y “dictador”.
Estaba a la defensiva, en medio de una marea conspirativa. Había respetado las libertades de palabras, las reuniones y la prensa, sin embargo, estas libertades fundamentales las volcaron contra él y no lo pudo evitar.
En fecha, 17 de diciembre de 1830, con apenas 47 años, se cerraba el ciclo de su vida. Con fuerza apenas para caminar, con dolores por reumas y ataques de hígado, en un pequeño poblado colombiano, Santa Marta, prácticamente solo y sumido en la pobreza, a pesar de haber alcanzado el título de Libertador, le llegó la muerte.
Antes de partir hacía la inmortalidad dictó varias cartas, su testamento y su última proclama:
“Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiabais de mí desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono. Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo hacer la manifestación de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la Unión; los pueblos obedeciendo al actual gobierno para libertarse de la anarquía; los ministros del santuario dirigiendo sus oraciones al cielo; y los militares empleando su espada en defender las garantías sociales. ¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la Patria. Si mí muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro".
Firmada en la hacienda de San Pedro, en Santa Marta, en fecha 10 de diciembre de 1830.