En nuestra entrega N° V de fecha 01 de junio del presente año, afirmamos que con el acto realizado por la derecha apátrida y fascista el 18 de mayo en la ciudad de La Victoria, estado Aragua, se había puesto en evidencia la incapacidad motriz, el carácter neoliberal de las propuestas programáticas y la orfandad afectiva de Edmundo González Urrutia. Afirmamos, asimismo, que siendo éste el acto de arranque de la campaña electoral, realizado en su ciudad natal, no logró concentrar ni la mitad de asistentes que acudió al acto organizado por el PSUV y el Polo Patriótico, ese mismo día y en esa misma ciudad. A partir de entonces, las concentraciones públicas de María Corina, la candidata del candidato, han bajado su frecuencia y poder de convocatoria.
Ahora bien, ¿Qué variables pueden explicar que ello esté ocurriendo?
Comencemos afirmando que, la oposición apátrida y fascista, ha demostrado no conocer el ethos político, social y cultural del pueblo venezolano de comienzos del siglo XXI. Lo sigue viendo con la misma mirada que lo vio en la cuarta república, como un voto que solo le interesa para sus pretensiones electorales. Sigue percibiéndolo como un "pata en el suelo", como un "Juan bimba"; por lo que, dada esa condición social que le asigna, es un marginal, un ser menor. No ha logrado entender que, el pueblo venezolano, a través de las misiones educativas dejó de ser analfabeta e inculto, como ellos lo consideran. Pero, sobre todo, no ha logrado entender que el pueblo venezolano quinto republicano es un ser realizado; cree en la posibilidad cierta de construir un presente por vivir mejor, lleno de esperanza, tiene sueños y expectativas de logro.
Ese sector, de la vida política nacional, ha hecho de la mentira y la falsedad un "constructo epistemológico", el cual es el centro fundamental de la estrategia de su proyecto político. De tal manera que la mentira y la falsedad forman parte de su complejo ideológico. Han hecho de éstas un marco teórico conceptual con sentido político. Han convertido la mentira y la falsedad en una cultura, enraizada en lo más profundo de su ser. Lo cual, la ha llevado a asumir conductas psicóticas, se creé dotada de un predominio intelectual superior al resto de los venezolanos. Por eso, cuando miente, lo hace con tanta facilidad. Quién miente finge, engaña, oculta su propio ser, desprecia y atropella a los demás, siempre anda ocultando algo, desdobla su identidad. Por ello, la mentira y la falsedad, no pueden ser interpretadas o analizadas con un juicio de valor. La mentira es un problema ético. Platón, cuando nos habló de la ética de la banda ladrones, en sus Diálogos, definió la mentira como un acto para justificar una conducta.
Otra variable es el cinismo y el caradurismo con que actúan. La dirigencia de la oposición apátrida y fascista sigue anclada a la vieja forma de concebir y ejercer el hecho político. Siguen presentándose como los salvadores de la patria. Después de haber sumido al país en actos de violencia, como nunca antes habíamos vivido los venezolanos, con el mayor cinismo y caradurismo se presentan como amantes de la paz. Después de haber saboteado y desconocido los resultados de la mayoría de los procesos electorales, se presentan como creyentes de los mismos. Creen que el pueblo venezolano olvidó que organizaron y ejecutaron el golpe de estado del 2002, el paro empresarial y el paro petrolero; han gritado fraude, en una veintena de procesos electorales; organizaron la invasión de paramilitares colombianos a territorio venezolano; organizaron y dirigieron las guarimbas; han programado los más diversos actos de desestabilización antidemocrática; desde el mismo año 1999, han desconocido y violado la Constitución Bolivariana; están aliados con Uribe, Santos y Duque los capos mayores del narcotráfico colombiano y sus paramilitares, con Aznar y su partido de corte falangista y con el sionismo israelí; el Departamento de Estado de los Estados Unidos, a través de la NED y la USAID, les sirven de directores políticos y son sus principales financistas; el Comando Sur y los Halcones de EEUU, son sus principales asesores; utilizan un lenguaje rebuscado, le cambian el sentido a las palabras; viajan al exterior y despotrican contra la Patria; el pueblo les hiede, son racistas, excluyentes y xenófobos; aseguraron que acabarían con las colas, el desabastecimiento, la especulación y el bachaquerismo; que en seis meses sacarían a Maduro del poder; piden con urgencia la intervención militar yanqui; queman vivo a los venezolanos porque son chavistas; golpean mujeres policías; están conectados a bandas del crimen organizado, ahora lo niegan. Y, al negarlo, mienten. Como buenos discípulos de Goebbels, sus mentiras la repiten mil veces hasta convertirla en verdad, de allí su cinismo y caradurismo.
Se equivoca, esa derecha apátrida y fascista, al creer que los venezolanos siguen siendo pendejos, que tenemos baja autoestima y carecemos de una hoja de ruta en la conducción del país. Cuán lejos de la realidad están. No han terminado de darse cuenta que, a quienes ellos consideraban pendejos, hoy son actores políticos. No terminan de entender cómo es que el venezolano, a pesar de las dificultades, tiene expectativas de logro y se plantea metas. No pueden creer que el Plan de la Patria y la 7T sean una hoja de ruta que nos llevará a alcanzar la justicia social y a edificar la democracia participativa y protagónica. Para ellos, el logro se traduce en la obtención de riqueza fácil. El proyecto de país es su proyecto personal, el cual se traduce en el acceso al poder por el poder mismo.
No logran entender que el venezolano es un pueblo profundamente humano y bondadoso. Que es contrario al uso utilitario de él. Esa derecha apátrida y fascista cree que los venezolanos no se han dado cuenta que la candidatura de Edmundo González Urrutia es el resultado de una negociación política, al viejo estilo de las negociaciones cuarto republicanas, cuyo único objetivo es la sobrevivencia de María Corina Machado como máxima dirigente de la oposición.
Y, lo más grave, esa derecha apátrida y fascista no conoce nuestra historia. Sueña con volver a ser mantuana, los amos del valle, los doce apóstoles, el grupo occidente, los varones del country club, los magnates de La Lagunita. Ese sueño los perturba, no les deja tranquilidad. Por eso, nada les importa en función de hacerlo realidad, pactan con quien sea, hasta con el diablo mismo de ser necesario. Y, aunque siga oliendo a azufre no lograrán doblarle la cerviz al pueblo venezolano. No lo lograrán por que Venezuela es otra. La Historia de la Venezuela del siglo XXI está siendo edificada a partir de los sueños que nos legó El Libertador Simón Bolívar. Construimos una Patria libre y soberana. Amante de la paz y respetuosa del derecho internacional, como base fundamental para el relacionamiento en el concierto internacional de naciones. Construimos una democracia participativa y protagónica, que tiene en la organización comunal la base primigenia de la organización del nuevo Estado social, democrático y de justicia. Pues bien, por su ignorancia de la historia de la Venezuela que estamos construyendo, la derecha apatrida y fascista de su pesadilla no volverá a despertar.