El inicio formal del proceso de diálogo entre Venezuela y Estados Unidos anunciada por el presidente Nicolás Maduro, el pasado 1 de julio, "es una necesidad perentoria", independientemente de los resultados de las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio 2024. Venezuela y Estados Unidos retoman su proceso de diálogo, congelado tras su último desencuentro el pasado abril cuando Washington, revirtió el alivio parcial de las sanciones otorgado en octubre a Caracas, al considerar que el gobierno de Nicolás Maduro no cumplió, en su totalidad, con el Acuerdo de Barbados sobre garantías electorales. Si bien la Casa Blanca, reconoció el cumplimiento de parte del acuerdo, como el establecimiento de un calendario electoral. El gobierno caribeño afirma haber cumplido con todo lo pactado en los encuentros, tanto con EE.UU. como con la oposición.
EE.UU. participa en el diálogo con Venezuela “de buena fe”. En función de sus intereses, siempre hemos dicho que EE.UU, no tiene amigos, solo tiene intereses, la realidad los obliga a revisar su arrogancia, es lo que explica su solicitud de dialogo que vino precedida de un reconocimiento donde ellos señalan que el candidato Nicolás Maduro va a ganar las elecciones presidenciales en Venezuela, el 28 de julio 2024. Por un momento sus voceros cambiaron el discurso hacia el pueblo venezolano. Así es la política los gobiernos estadunidense, no quieren al Chavismo gobernando en Miraflores, esa es una verdad del tamaño del sol, la realidad los obliga a dialogar. Como también es verdad que Joe Biden, no les informe a la oposición terrorista venezolana, de los apellido su decisión de dialogar con el Chavismo.
Más allá del dialogo entre los EE.UU y el gobierno venezolano, “las condiciones en la que acude el presidente Nicolás Maduro, a estas elecciones presidenciales del 28 de julio 2024, son las más desequilibradas e injustas en toda nuestra historia electoral”, en este contexto en el que se presentan escenarios “con el peso de las medidas coercitivas unilaterales que han afectado la calidad de vida de los venezolanos, y también una estrategia de neurotización”, crean un clima de campaña tensionado por los planes históricos de la ultraderecha. “Hemos visto en las últimas dos décadas crear un clima de desesperanza, rabia que estimula un voto por quien sea, no importa qué propone, no importa qué dice, no importa el día después, solo importa salir de la neurosis”.
Una herramienta que obliga a Joe Biden, al dialogo con Miraflores, es sin duda el avance de Venezuela, de su incorporación oficialmente al bloque internacional de los BRICS el próximo mes de octubre, lo cual causaría que la entidad multilateral disponga del 65% de las reservas mundiales de petróleo, gas y energía. “El reacomodo de la economía mundial se acelera, los cambios que se ha producido en los últimos años son acelerados”, según planteó el economista Labrador, los cambios en cuestión corresponden a la aparente decadencia del bloque de los G7, compuesto por Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Japón, Canadá, Francia e Italia; y en contraposición, el ascenso emergente de los BRICS, integrados por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica; así como Irán, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.
Se dialogó con el que se reconoce, Venezuela, integrada a las filas de los BRICS, en octubre, como miembro oficial “pasará a ser el bloque que va a manejar más del 65% de las reservas de petróleo, gas y energía”, y “el 42% de los cereales y fertilizantes del mundo“. Además que el BRICS “va a construir su propia moneda“. El dialogo una herramienta para el progreso.