Es fundamental sacar a Chávez de esta disputa entre capitalistas

Miércoles, 24/07/2024 07:17 AM

Es probable que una crisis de gobernabilidad a causa de los resultados electorales desemboque en una crisis política auténtica, donde afloren las miserias del capitalismo chimbo impuesto por maduro.

Maduro acusa a Mariacorina de querer privatizar la educación, la salud y PDVSA, pero ellos están haciendo lo mismo, solo que lo disimulan y lo postergan para después de las elecciones. Maduro no piensa desistir de su proyecto capitalista neoliberal a causa de las elecciones, solo lo disimula e intenta convencer a muchos incautos de su vocación socialista y antiimperialista, con una publicidad emotiva, un campaña dramáticamente superficial e insustancial, efectista.

En estas elecciones, que no terminaron de superar la democracia burguesa, si hubiera competido el proyecto socialista de Chávez (el  plan de la patria original) contra la felicidad fantasiosa del capitalismo, Maduro hubiera salvado la reputación de su supuesta democracia, pero la traición a Chávez y al socialismo obliga, la felonía siempre fue su verdadera convicción, no podía hacer otra cosa, maduro no podía competir en estas elecciones contra Chávez y el socialismo porque perdía.  Inclusive, nos atrevemos a decir que,  en caso de que gane Maduro, todo el peso de su mensaje se lo debería pagar a la imagen de Chávez, porque la suya está ahora muy desprestigiada, ganaría Chávez no él.

Siendo suspicaces, seguramente que los dos polos que ahora disputan el poder, forman parte de los acuerdos concertados con el gobierno de EEUU para acabar con el chavismo y Chávez, y para salvar la democracia burguesa, para hacer legal cualquier resultado, así no vote nadie. 

Ahora mismo no compiten proyectos políticos antagónicos. Lo  indignante es que Maduro y el madurismo ahora esté usando la imagen de Chávez. Pero (en plena campaña) ofrecen todo a los capitalistas y promesas vanas a los trabajadores y a los más pobres. Todos eluden el tema político ideológico de fondo, que es la imposición del capitalismo como si fuera una fatalidad, algo inevitable.

Como dice Toby Valderrama, en estas elecciones los dos polos, maduristas y mariacorinos,  cargan contra Chávez y el socialismo. La conclusión de ambos es arrasar con Chávez y el socialismo. Gane quien gane, lo importante para el capitalismo, para los imperios, para sus negocios, es borrar de forma definitiva la memoria de Chávez y la esperanza socialista de la masa, diluirla en la frivolidad – acabar con la política, con la historia, con el pensamiento crítico –, diluir todo en una inconciencia bonchona, farandulera y despiadada con la verdad, la antesala del fascismo.

Chávez con su ensayo socialista (el intento más real hecho en el país) encendió una chispa de esperanza para la humanidad; igualdad y justicia para los pueblos del planeta, no solo en la región o en Venezuela. Su memoria sigue representando una amenaza para oportunistas y para los más ricos. Por eso fue necesaria la traición de su proyecto y  desprestigiarlo (al socialismo y a Chávez), asociándolo con lo más feo y torpe del gobierno de Maduro,  esto sigue siendo el cuadro de fondo de estas elecciones.

El éxito de estas elecciones decide  el futuro del madurismo y de los mariacorinos, y el de la democracia burguesa, el fracaso de estas elecciones puede ser el fracaso  definitivo de la falsa democracia y la intervención de la fuerza armada para restituir el orden institucional.

Maduro no es Chávez ni lo representa. Maduro representa claramente los intereses de Fedecámaras y del capitalismo trasnacional (que lo aguantan con paciencia y falsa cortesía): como dice Toby, ellos “modelaron una sociedad fragmentada, en fuga, sin razones para vivir, para luchar”, a favor del capitalismo, el madurismo se inclina hacia esa lógica, mientras Chávez haló siempre en dirección contraria y así lo dejó manifiesto, por eso que lo asesinaron.

Después del intento socialista de Chávez, hablar de ultraizquierda en Venezuela perdió todo sentido; no obstante ahora podemos reconocer a los reformistas, que hoy  gobiernan junto a la “burguesía revolucionaria” de Castro Soteldo, los que entregaron la revolución de Chávez al capitalismo por razones personales, para ascender como nuevoricos criollos.

Chávez todavía cuenta con una reserva moral y experiencia de peso político, por eso no compite ahora. Pero lo hará más adelante. El socialismo es la única esperanza para la humanidad. Somos optimistas. El socialismo está prevenido frente a lo que pase para asumir un compromiso real,  verdadero con el destino de la humanidad, sin palabras vacías, miedos, lealtades  absurdas,  escepticismo, ignorancia, espíritu mercenario… De cara a la mentira hay que luchar por la verdad,  mostrarla y ejercerla, convertirla en experiencia de vida; hay que vivir siempre cerca a la verdad para vencer el autoengaño de la pacatería burguesa.

VOLVAMOS A CHÁVEZ

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