Mi dialéctica de Salud Mental, como elector el 28 J.

Jueves, 25/07/2024 05:56 AM

“No soy objetivo, porque no soy objeto, soy subjetivo porque soy sujeto”, con esto quiero decir, que sin perder el equilibrio psicoemocional, psicopolítico y la actitud científica, quiero expresar mi dialéctica como unidad de los contrarios y de ebullición de subjetividades del ser, amar y tener-estar de mi salud mental, cómo elector sentipensante y protagónico el 28 J. Todxs lxs venezolanxs tenemos una cita con la historia y el futuro del país dentro de cuatro días. Tenemos el derecho constitucional y la obligación cívica de votar, es un mandato patriótico ineludible, cada cita electoral, es un llamado de la Patria, para hacer historia, “…la historia es la política de ayer y la política de hoy será la historia del mañana…” (Galasso, 2015), historia con las que seremos valorados por las generaciones por-venir, además tenemos un imperativo axiológico a la hora de emitir nuestro voto, no es votar por un Mesías, que de la noche a la mañana nos resuelva los problemas en los que se encuentra sumida la Patria, es un voto patriota, corresponsable, con conciencia clasista y horizontes de sentido de un futuro “otro” de bienestar para todo el pueblo, la Suprema Felicidad y estabilidad política como lo soñó y predijo Nuestro Libertador Simón Bolívar, el 15 de febrero de 1819 en el Congreso de Angostura.

En nuestra breve historia democrática electoral, muchas veces hemos firmado cheques en blanco (hoy pasados de moda), por líderes carismáticos y mesiánicos, para que guiaran los destinos de la República, debemos reconocer, en muchas oportunidades nos equivocamos  como comunidad política, por nuestra condición humana, compleja, caprichosa, de fácil caída en el halago político, la adulancia clientelar y la demagogia partidista, herencia instintiva e impulsividad poco racional de nuestra subjetividad y emocionalidad, que nos recuerda nuestro pasado evolutivo de “animalidad” que nos caracteriza como humanidad, a la hora de decidir sobre temas muy controversiales, dilemáticos y complejos: política, religión o sexo.

 El próximo domingo 28 de julio de 2024, la contienda electoral presidencial nos exige, ese imperativo axiológico, por encima de militancias político ideológicas, de conformidades o inconformidades personales, familiares, de grupos sindicales, gremiales o corporativos, con el desempeño del gobierno de turno, que ha dejado mucho que desear, o el comportamiento poco responsable, poco ético y antipatriótico de sectores radicales fanatizados de la oposición política venezolana, como contrapeso democrático al gobierno, para garantizar la estabilidad democrática y la alternabilidad del poder que requiere todo sistema político republicano y sociedad democrática. 

Asumir la contienda electoral y sus resultados, reconociendo y respetando al “otro”, al “nosotros”, aceptar la voluntad popular, así no nos haya favorecido, asumir el gobierno, acatando el mandato constitucional de “…la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo…”, para gobernar obedeciéndolo y escuchándolo, estableciendo las prioridades políticas con equilibrio de estadistas y criterios axiológicos de igualdad de oportunidades, justicia social y sin exclusiones. La dirigencia política nacional, tanto gubernamental como de oposición, no han gobernado cuando les ha correspondido, pensando en las generaciones por-venir, sino que gobernaron y gobiernan pensando en cómo ganar las próximas elecciones presidenciales, de gobernadores, alcaldes, legisladores nacionales, regionales o municipales, prevaleciendo entonces en el desempeño de la institucionalidad política, el proselitismo, el clientelismo partidista y la demagogia, como orientadores estratégicos de la gestión política de quienes con nuestro voto, hemos depositado nuestra confianza. 

Desde el 2014, hace una década, hemos tenido que sortear una serie de situaciones y hechos geopolíticos, económicos, sociales, culturales y afectivos tanto internos, como externos, que interrumpieron el crecimiento económico y la paz social del país, que habíamos construido en 10 años; la cadena de situaciones inconvenientes y dificultades se iniciaron con la muerte del recién reelecto Presidente Hugo Chávez, luego de un contundente triunfo electoral. Ante este acontecimiento doloroso, tanto el pueblo como el gobierno y los otros poderes políticos del Estado, se resintieron afectivamente con tan inesperada pérdida, en menos de seis meses, fuimos a una nueva elección presidencial, donde nuevamente triunfó el partido que seis meses antes había obtenido una contundente victoria, esta vez, el triunfo no fue holgado y posiblemente, tanto el gobierno como la oposición política, no supieron leer adecuadamente, el mensaje del pueblo elector.  

Los acontecimientos narrados y mal leídos por la dirigencia política del país (tanto del gobierno, como de la oposición política), nos condujeron por caminos extraviados de confrontaciones  políticas internas, donde sectores políticos de oposición conservadores, poco democráticos y con escaso sentido patriótico, creyeron que había llegado la hora de la conspiración y de la intervención extranjera en los asuntos internos y dificultades de la República, como lo habían intentado antes, en el año 2002; pidieron sanciones, bloqueos económicos e intervención militar al imperio estadunidense y aliados, los cuales no titubearon en aceptar, bloquear y sancionar al país, además de alentar a ese sector opositor, poco patriota  e irresponsable política y éticamente a conspirar, tratar de dividir al país y entregar la Patria, desaprovechando además, la confianza mayoritaria del pueblo, que en las elecciones parlamentarias de 2015, los favoreció con su voto.

Ese respaldo electoral dado por el pueblo a una oposición irresponsable política y axiológicamente, además golpista,  en lugar de seguir por la vía y lucha democrática por el poder, prefirieron tomar el camino conspirativo, ilegal, inconstitucional, antipatriótico y traicionero de querer derrocar el gobierno legítimamente constituido, que nos colocó en lo que García Linera (2005) denomina “…empate catastrófico…” de las fuerzas políticas confrontadas hoy electoralmente, situación por demás compleja, complicada, cargada de incertidumbres, de falsas, sesgadas o interesadas interpretaciones, que nos confunden como pueblo.

Todos estos acontecimientos descritos hasta acá, más una serie de ineficiencias, deficiencias y equivocaciones gubernamentales, además de altos niveles de corrupción y malversación de fondos público, lenidad a la hora de castigar a tiempo y con todo el peso de la ley, a corruptos del gobierno y de la oposición política golpista, agrupada en el ilegítimo, ilegal e inconstitucional “gobierno interino” apoyados por el imperio estadunidense y sus aliados del Grupo de Lima y la Unión Europea, cuyo balance negativo fue apropiarse de bienes nacionales ubicados en el exterior del país y robar dineros públicos, con apoyo imperial injerencista y violatorio de la soberanía nacional y del derecho internacional, que impactó y sigue impactando severamente al pueblo venezolano, deteriorando el salario, pensiones y jubilaciones, la calidad de vida y bienestar colectivo, empobrecimiento generalizado, generando universos subjetivos y emocionales de desesperanza, frustración por futuros inciertos, fomentando una “migración forzada” de población juvenil y adultos  profesionales y técnicos, en búsqueda de mejores condiciones de vida, fuera de Venezuela.

El mandato constitucional en su artículo 4, nos señala que todos tenemos “corresponsabilidad con la situación crítica de la Patria”, pero, el peso de las medidas coercitivas unilaterales, la hiperinflación, bloqueo económico, crisis política, social y dolarización de la economía nacional, la ha soportado el pueblo que vive y sobrevive con un salario, sueldo, pensión o jubilación, injustos, indignos, violatorio del artículo 91 de la Constitución. 

Quienes hoy nos piden el favor de nuestros votos, en particular las “candidaturas polarizadas” del Presidente candidato y del candidato tutelado por una lideresa de “fabricación virtual” de marca imperial y sus aliados”, quienes a través de grandes desembolsos financieros a redes sociales, han creado una “falsa candidatura libertaria incestuosa”, que tomó las calles de la Patria, por lenidad de los Poderes Públicos encargados de la aplicación de todo el peso de la ley, por traición a la Patria, de esa “candidatura falsificada”, que solo la inhabilitó políticamente, pero la dejó participar en la campaña electoral, creando cierta confusión en un electorado frustrado, desesperanzado, sin horizonte de futuro cierto y también de oportunistas políticos, que siempre los hay en tiempos electorales y otros candidatos de la contienda electoral invisibilizados, con propuestas programáticas poco divulgadas por falta de recursos.

El próximo 28 de julio, no tengo la menor duda, que como pueblo para sí, como sujeto colectivo e histórico, emitiremos un voto consciente, patriótico y clasista, para seguir la lucha política por vías democráticas, “gane quien gane”, a partir del 29 de julio, porque creemos como nos lo señaló hace ya varias décadas Camilo Torres Restrepo, ese cura patriota y compatriota colombiano: “…la lucha es larga comencemos ya…”

 

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