1. La llamada Revolución Mexicana (1910-17) fue indiscutiblemente burguesa, como la hemos definido por lo menos desde hace 80 años o, quizá como nuestro amigo, el investigador Arnaldo Córdova sostuvo: No hubo revolución, fue un simple acomodo social, puesto que ya existía el capitalismo y después el mismo capitalismo continuó. Pues esa revolución dio origen a la Constitución burguesa (obvio hecha por políticos burgueses triunfantes, algunos de ellos, con influencia yanqui y europea); así como al partido oficial (PNR-PRM-PRI) que habría de dominar 70 años en México.
2. El capitalismo está en México desde que nació como país, pero comenzó a consolidarse a mediados del siglo XIX durante los gobiernos de Juárez, Lerdo y Díaz y las intervenciones francesa y yanqui. Nunca se planteó ni pudo aislarse el país del capitalismo mundial. Todo el desarrollo, todo lo construido; fábricas, ferrocarriles, carreteras, todo, se hizo en México con el modelo del capitalismo dominante. ¿Cómo puede ignorarse o silenciarse nuestra dependencia casi total del gran imperio yanqui? Los yanquis, junto a la iglesia, nos impusieron cine, radio, TV; hasta la forma de movernos.
3. Todos los días observamos en los medios la confrontación entre Los ex priistas de Morena encabezados por el presidente Obrador y los priístas, y otros de oposición cuyo único objetivo ha sido siempre el dinero y el poder. Nadie nunca podrá encontrar a algún político en México que no viva arrastrado como lagartija, por un lado, tras el aparato de gobierno; o tras una "oposición" que no busque organizar partido con buenos subsidios de gobierno. En los últimos diez años no he sabido de la organización de un grupo o partido no electoral y anticapitalista. Hoy todo es dinero y poder.
4. Conozco la política colombiana, venezolana, yanqui, brasileña, y me parece que nada cambia porque todo se reduce a dimes y diretes, a chismes entre políticos cuyo único interés es poder y dinero. Si esto sigue así tendremos que esperar 100 años más si el mundo no estalla. Pero hay que seguir teniendo esperanzas en grandes estallidos sociales que comiencen a construir un mundo igualitario. ¿Qué le pasa al presidente al reconocer tonteras cuando todo su gobierno –como todos los anteriores- ha sido un fraude? Espero que los analistas sean muy serios para concluir que ha sido igualito, tan funesto como los anteriores.