La generación envenenada

Miércoles, 14/08/2024 06:16 AM

Este estado de guerra que estamos viviendo en nuestro país desde que el comandante Hugo Chávez Frías llegó al poder por allá por diciembre de 1998 y que arreció con la asumida al cargo de Nicolás Maduro Moros por allá por marzo de 2013, a sumido en un grado de frustración y amargura a los jóvenes venezolanos pero con mas fuerza a la generación nacida a finales del siglo pasado y que hoy rondan los 25 a 30 años de edad.

¿Por qué a esa generación más que a otras? porque es la generación que no tiene punto de comparación local para hacer un análisis sobre la situación que viven, me explico: la generación que impulsó la llegada de Hugo Chávez al poder fue la nuestra, la que hoy roza los 60 años y por allá por el año 1992, cuando Venezuela amaneció de golpe estábamos justo rozando los 30 años, viviendo en un país con una marcada diferencia social dónde se podía medir tu nivel sólo viendo si en tu casa había poceta o letrina. Si,  esa época la población de las grandes ciudades tenía cloacas y con ello pocetas, pero en las periferias y los pueblos, monte y un palito pa espantar a los perros.

Esa generación vio en Hugo Chávez la posibilidad de la llegada de la justicia social, entonces esa juventud se sintió representada en el Comandante que nos prometía sacarnos del atraso y la miseria en que vivía por lo menos el 70% de la población. 

Ahora bien, esa generación venía de la Venezuela casi rural y rural, una generación que tuvo oportunidades limitadas de estudio, pero,  a pesar de eso,  una generación criada con valores de familia inculcados por unos padres que tuvieron alguna oportunidad de estudio y otros que, siendo analfabetas, aprendieron valores de familia y sociedad a través de la iglesia.

¿Qué pasa ahora? ¿Por qué esta generación de quienes tienen entre 25 y 35 años es tan diferente a aquella y por qué está tan afectada? Estos jóvenes nacieron en una Venezuela con otras oportunidades, en casas mejores que las que tuvieron de jóvenes sus padres, con mejores oportunidades educativas y con menos situaciones de penurias, nacieron en un país sin letrinas.

Estos jóvenes fueron en mayor cantidad a universidades y tecnológicos que la generación de sus padres, estos jóvenes nacieron en una Venezuela que iba enrumbada hacia el siglo 21 y con posibilidades de adelantar en el territorio nacional al siglo 22; pero, que vaina que siempre tenga que haber un pero, una bruja maléfica llamada avaricia junto a un viejo decrepito llamado capitalismo, no les iban a permitir tanta felicidad si no le pagaban a ellos un tributo, para esto boicotearon la industria petrolera desde la capital del capitalismo mundial: Washington y quitaron la esperanza impartiendo discursos de odios desde los pulpitos de las iglesias.

Esta es la Venezuela que estos jóvenes están viviendo una Venezuela donde sus padres están indefensos a la hora de impartir valores pues el cardenal ordena a sus obispos y estos a sus curas bendecir a los guarimberos y desde los pulpitos, los que van con sus hijos a misa o aquellos que ya van solos oyen al sacerdote en vivo lanzando cuanta macumba puede contra el gobierno y sus instituciones.

Aunado a esto una nueva herramienta de penetración masiva en el cerebro de esta generación es la proliferación de influenciadores que los invitan a revelarse en contra de los valores, los invitan a no estudiar, los invitan al disfrute de su estilo de vida lujoso parasitando en las redes sociales, como si fuera una realidad y no un subproducto con fecha de caducidad corta y con muy mala proyección a futuro.

Los muchachos (y nosotros también) vemos con pasmosa perplejidad como un carajo que hace poco mas de dos años hizo un video gracioso preguntándose ¿Qué es esto? ante un plato de comida y hoy se da la gran vida fuera del país ¿Cómo funciona ese negocio? Algoritmos lo llaman, sumado a la publicidad y por hacer que la gente gaste su saldo pegado en esas pendejeras.

Con todo eso en sus cabezas, esos muchachos que no les tocó pedir cola para ir a la universidad, que no les tocó esconderse en una tienda al paso de una patrulla por el peligro de “parecerse igualito” a alquilen buscado y se lo llevaran, que no les tocó comer lo que se pudiera y estudiar con el estomago vacío muchas veces, esos muchachos que pasaron calor cuando se dañó el aire del carro o frio cuando el de la casa se descontroló, esos muchachos fueron alienados por la vieja avaricia y el viejo capitalismo, representado físicamente en algunas personas o asociaciones que aunque cambien de nombre o de aspecto siguen siendo los mismos enemigos milenarios de la libertad y la paz.

Al enemigo se le derrota atacándolo con las mismas armas necesitamos pulpitos que impartan valores de armonía y familia, la religión es el opio de los pueblos dijo Marx, porque los duerme en el letargo de la no discusión y la sumisión, pero también puede ser la gasolina que incendie la pradera si es administrada por lo enemigos del orden y la paz, como es nuestro caso, así que se necesita un pulpito patriota que aliente a la familia venezolana con valores de amor y paz.

Las redes sociales deben ser administradas de manera responsable si queremos salvar a los niños de hoy que aún no son los hijos de esa generación que hoy esta envenenada de anti valores y de cuyo desempeño habrá que tener vigilancia.

No podemos permitir que esta generación que no tiene como comparar nada destruya lo que tanto nos a costado empezar a levantar.

 

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