El rechazo a la propuesta de Lula de nuevas elecciones en Venezuela pone en aprietos su mediación política

Sábado, 17/08/2024 06:47 AM

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Luego de que sectores populares salieron espontáneamente a las calles -el primer día luego de las elecciones- exigiendo que Maduro diera a conocer las actas electorales (que después de casi 20 días el régimen no puede mostrar, instalando el fraude) y que fueran brutalmente reprimidos, la oposición pro imperialista organizó concentraciones de su base y el gobierno siguió su práctica de represiones selectivas y encarcelamientos.

Frente a esta situación, con el régimen de Maduro -cívico - militar (que viene ejerciendo una dura política de represión y ajuste al pueblo trabajador) y la derecha liderada por Corina Machado, de larga trayectoria golpista, intentando los primeros días medir relación de fuerzas en las calles, el imperialismo estadounidense exigía al gobierno que mostrara las actas, gobiernos de derecha de la región reconocían el triunfo de Edmundo González Urrutia (representante de Machado). El caso de Milei, el presidente ultraderechista de Argentina fue el más obsecuente reconociendo el triunfo de la derecha venezolana, incluso antes de que ella misma lo hiciera. Estados Unidos primero reconoció como ganador a Urrutia, pero después planteó la exigencia a Maduro de mostrar "las pruebas de su triunfo" -es decir las actas-.

Frente a esto los presidentes de Brasil, Colombia y México (los tres países más importantes del progresismo tardío en América Latina) buscaron ubicarse como mediadores planteando una salida negociada, una transición "democrática ordenada" al decir de Lula.

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Este último jueves el presidente brasileño expresó la propuesta de que Venezuela podría ir, para salir de la crisis, a "nuevas elecciones": "A Maduro todavía le quedan seis meses de mandato. (...) Si tiene sentido común, podría convocar al pueblo de Venezuela, tal vez incluso convocar nuevas elecciones, crear un comité electoral y permitir que observadores de todo el mundo realicen un seguimiento".

Esta línea fue seguida por Petro, presidente de Colombia, que también mencionó la necesidad de que Estados Unidos levante las sanciones económicas que ejerce sobre Venezuela, una "amnistía nacional e internacional" para Maduro y miembros de su régimen y un "gobierno de cohabitación" -con la oposición-, mientras se llama a "nuevas elecciones".

Maduro rechazó esa propuesta, pero elípticamente, sin nombrar ni a Lula ni a Petro dijo que "Venezuela tiene soberanía, es un país independiente".

Pero López Obrador, presidente de México, frente a este plan rompió el "trío progresista", cuando afirmó en su habitual discurso mañanero: "no creo que sea prudente el que nosotros, un gobierno extranjero, sea quien sea, opinemos sobre algo que corresponde resolver a los venezolanos".

Mientras tanto luego de estas declaraciones, Biden apurado por una pregunta periodística acerca del acuerdo con la propuesta de Lula (y Petro), lanzó un "sí". Respuesta que el propio Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, más tarde, tuvo que hacer malabares para cambiar esa afirmación por la posición oficial del gobierno estadounidense. Una posición ambigua: consideran absurdo que todavía Maduro no haya dicho la verdad sobre las elecciones celebradas el 28 de julio pasado. Es que por ahora el imperialismo norteamericano apuesta a un aislamiento total de Maduro, obligándolo a una salida negociada que no haga estallar todo por los aires, poniéndo en peligro sus propios negocios entre la petrolera Chevrón y PDVSA y más de fondo el peligro de la desestabilización regional si Venezuela entra en una situación de alta convulsión social.

La derecha venezolana, en la voz de su líder Corina Machado, expresó su tajante oposición a las declaraciones de Lula, reafirmando a su sector como ganador de las elecciones presidenciales. Machado y Cía. tienen un plan para Venezuela: profundizar el ajuste que lleva adelante Maduro, la privatización de empresas estratégicas del país, todo lo cual no puede hacerse sin también profundizar la represión a la clase trabajadora y sectores populares.

Ahora la oposición derechista llama para este sábado 17 de agosto a "la marcha de las marchas", pidiendo también a los venezolanos que viven en otros países (casi unos 8 millones) a que se movilicen por su triunfo.

Ante el rechazo de todos los actores en juego, y molesto por la negativa ante su intento de mediación, Lula reconoció este viernes que "No les gustó la idea" y que la salida "depende única y exclusivamente del comportamiento de los venezolanos". Lula también volvió a insistir en la difusión de los resultados mesa por mesa, y preguntó "¿Dónde están esas actas?", antes de hacer un cuestionamiento duro al Gobierno de Maduro y señalar que Venezuela "vive un régimen muy desagradable, con una tendencia autoritaria".

El régimen brutalmente represivo de Maduro no puede ser la solución para la clase trabajadora, se apoya en el Ejército y usa bandas parapoliciales para sembrar el terror sobre todo entre los sectores populares, que reclaman el derecho democrático a conocer en forma fehaciente los resultados electorales y que están hartos de la precarización de sus vidas y los bajísimos salarios a los que los somete el gobierno. Pero de ninguna manera tampoco lo es la derecha, hoy dirigida por Corina Machado que en el último intento de golpe (2019) pidió la intervención militar extranjera del país y que como dijimos, sólo ofrece un redoblamiento de las cadenas del país al imperialismo de Estados Unidos, con la consecuencia de penurias extremas para el pueblo trabajador.

Por eso, primero frente a las elecciones del 28J. los socialistas revolucionarios de la Liga de Trabajadores Socialistas (LTS) -integrante de la Red Internacional La Izquierda Diario-, junto a otras organizaciones plantearon la campaña "La clase trabajadora no tiene candidatos", llamando al voto nulo. Y ahora ante el encarcelamiento de centenares de personas (el 95% pertenece a sectores populares) y una "represión estatal sin precedentes", lanza la campaña por la libertad de los presos en las protestas y contra la represión al pueblo pobre. Llamando a "luchar por construir un polo independiente de Maduro, la derecha y el imperialismo".

 

 

 

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