Perder el miedo, si la protesta es clasista, en contra del capitalismo

Viernes, 30/08/2024 04:59 AM

El gobierno de maduro proyecta miedo y desespero, se “ajusta” para contener más ataques,  tanto internos como externos, sin embargo,  según los casos, las respuestas serán distintas; para las sanciones, de seguro habrá más “licencias” petroleras, y más ventajas económicas para los inversionistas de afuera, no creemos que el proyecto madurista de liberalizar la economía cambie, al contrario. A lo  interno seguirá la represión, la censura a medios de información y el “coco” del terrorismo, hará todo lo que justifique más represión y más censura… y más ventajas para los empresarios,  Fedecámaras, ricos y nuevoricos de la “burguesía revolucionaria”.

Por otro lado, el miércoles 28 de agosto, a un mes de las elecciones, para la convocatoria de Mariacorina no asistió la cantidad de gente que se esperaba, igual pasó con la gente convocada por el gobierno como contrapartida. En el este de la ciudad,  “cuatro gatos” sin líderes claros, sin argumentos políticos claros, que fueran distintos a los de maduro; más allá de la denuncia del robo de las elecciones los mariacorinos se quedaron sin Petare y Catia, quizás amedrentados por la policía, pero también porque, para ellos, ahora esa gente representa lo mismo que maduro, no vale la pena salir de casa por eso. Por el lado del gobierno: policías y motorizados, nada nuevo, el entusiasmo deseado por el gobierno no pasó de los autobuses de siempre y de los “estudios de venezolana de televisión” y similares.

Nosotros creemos que ahora le toca al pueblo llano. Es hora de que los trabajadores y todos los demás necesitados (pensionados, enfermos, desvalidos…) salgamos a la calle a exigir una verdadera revolución social. Han sido 11 años de frustraciones, de engaños sostenidos; el robo de las elecciones solo fue otro fracaso más. Solo se perdió esperanza, porque Mariacorina ha demostrado con sus ataques al gobierno un desprecio claro a todo lo que hieda o perezca, chavista (pobre, enfermo, empleado público…); la derecha fascistoide no escatima en burlas e insultos atacando en bloque al  chavismo humilde y a los oportunistas del gobierno de maduro, sin hacer muchas distinciones. Pero la gente no es tan atontada, por más aspirantes que sean los pobres, son pobres y se sienten maltratados, saben que no serán bien tratados en el “otro escenario” por el bicéfalo marimundo. El problema no son unas elecciones, el problema son los intereses sociales, de clase, que siempre supuran en la lucha, en las conciencias de los ofendidos y al extremo mana el odio burgués y pequeñoburgués.

Si los intereses de los más pobres y desvalidos no los representa ni uno ni otro hay que volver a la revolución social, para retomar el control del poder y el camino al socialismo, justo en el punto donde lo dejó Chávez, en el “plan de la patria”,  ese que nunca se ejecutó, que falsificó y mutiló maduro, ese plan es nuestra guía política más clara y más a la mano que tenemos, lo que más se ajusta a nuestra constitución.

Para ejecutarlo no se necesita violar la constitución, como lo  hace maduro ahora, volteando todo a favor del capital privado, de la empresa privada, en perjuicio de las mayorías. …Hay que recordar siempre que para que “crezca la economía capitalista” se deben eliminar todas las garantías sociales de los trabajadores, demoler sueldos y acabar con la seguridad social,… que en el capitalismo la economía crece sobre la pobreza del trabajador y la miseria de muchos.

El único desarrollo social y de la vida nos lo garantiza una sociedad justa e igualitaria, y un modelo racional de producción y consumo; el proyecto socialista. El capitalismo genera todo lo contrario: explotación del trabajo humano, anarquía en los explotadores, y desigualdad social, racial, funcional. No hay capitalismo bueno.

Con el juego electoral trancado, con las fuerzas niveladas entre maduristas y mariacorinos le toca a la clase trabajadora salir a la calle a reclamar su espacio y sus derechos como los verdaderos generadores de riqueza y servicios para la sociedad, por encima de la mezquindad capitalista que promueve uno y otro, el egoísmo, el oportunismo político-mercantilista de esas dos caras que son de una misma moneda. Si vamos a perder el  miedo a la represión,  que sea para defender nuestros intereses de clase y no los resultados de unas elecciones que en nada cambian nuestro futuro, nuestra situación de clase, siempre débil y perdida dentro del sistema capitalista.

No importa lo que diga Maduro, lo que prometa, de qué se disfrace, si de pastor evangélico o superhéroe,  lo que valen son los hechos, sus acciones, y estamos cansados de cargar con el peso de ellas. Pero lo mismo vale para mariacorina, no importa de qué se disfrace o se vista, ella representa lo más reaccionario del planeta, odia a Chávez, al chavismo, al socialismo, no solo a maduro y  sus colaboradores, con ella ese peso sería igual o peor, el peso del derroche y capricho de un puñado de familias privilegiadas.

 Solo el pueblo pobre salva al pueblo de su pobreza. Volvamos al camino de la revolución socialista. Ahora le toca al pueblo, en nombre de Chávez reclamemos lo que nos quitaron y nos pertenece.

¡VOLVAMOS A CHÁVEZ  EN CONTRA DE LA LÓGICA DEL CAPITAL!

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