Una precipitación de hechos ha marcado la tensión política este fin de semana. Una negociación se aceleró entre el gobierno español y el gobierno venezolano que culminó con la salida de Edmundo González, el candidato de la derechista María Corina Machado, este sábado por la noche rumbo al Estado Español, quien se encontraba refugiado en casa del embajador del país ibérico, tras prender sobre él una orden de captura.
La posible salida del país de Edmundo González ya era prevista, e incluso desde antes de la orden de captura que emitiera el gobierno de Maduro el pasado lunes 2 de septiembre, las negociaciones habían tomado su curso. Ni el gobierno ni la oposición liderada por María Corina Machado habían revelado públicamente que Edmundo ya se encontraba refugiado desde hace varios días, primero en la delegación de los Países Bajos, y luego en la residencia del embajador español en Caracas. Un "secretismo", como mínimo negociado.
Fue la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, quién informó el sábado por la noche que Venezuela había otorgado los salvoconductos a Edmundo González. "El día de hoy, 7 de septiembre, ha partido del país el ciudadano opositor Edmundo González Urrutia, quien habiéndose refugiado voluntariamente en la embajada del Reino de España en Caracas desde hace varios días, solicitó ante ese gobierno la tramitación de asilo político", declaró en su cuenta de Instagram.
El sábado por la mañana, el presidente del Estado Español, Pedro Sánchez, desde el Comité Federal del PSOE, había mencionado a Edmundo González como un "héroe", asegurando que España no lo iba a abandonar, sin hacer alusión a la posible llegada de Edmundo a Madrid. Esto cuando apenas se trataba de horas en el marco de la salida de Edmundo, en una negociación en la que ha jugado un papel, una vez más el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, en una situación similar a la salida de Leopoldo López quien también salió de la delegación española rumbo al Estado Español.
Pero la salida solo se había precipitado. El miércoles 4 de septiembre el abogado de Edmundo González Urrutia, José Vicente Haro, se reunió con el Fiscal General Tarek William Saab. El argumento para la reunión era para la entrega de una carta-documento donde Edmundo González explicaba "todas las razones constitucionales y jurídicas" por las que no se apersonó en respuesta a las citaciones que le habían hecho desde la Fiscalía. Pero la reunión se extendió por más de dos horas para la entrega de un simple documento, y en las declaraciones públicas del jueves 5 de septiembre solo se sostenía la ratificación de la de la orden de aprehensión, pero ninguna alusión de las partes que Edmundo González se ya encontraba refugiado en la sede diplomática española.
Para ese momento habían pasado cuatro días de la orden de captura de Edmundo el marco de la crisis política abierta en el país donde Maduro se ha autoproclamado presidente reelecto en un proceso de fraude electoral, y luego que pasado más de un mes el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ratificaran a Maduro como presidente reelecto. La acusación formal contra Edmundo era por la presunta comisión de los delitos de usurpación de funciones, forjamiento de documento público, instigación a la desobediencia de leyes, conspiración, sabotaje a daños de sistemas y asociación.
El viernes por la noche devino la crisis alrededor de la embajada de Argentina por el cerco policial a la sede diplomática bajo protección de Brasil tras la ruptura de relaciones políticas y la salida de todo el personal argentino, y donde se encuentran refugiados varios integrantes del partido de María Corina Machado. El sábado por la mañana Venezuela anunciaba que revocaba la autorización a Brasil para representar intereses argentinos: "La República Bolivariana de Venezuela ha tomado la decisión de revocar, de manera inmediata, el beneplácito otorgado al Gobierno de la República Federativa de Brasil para ejercer la representación de los intereses de la República Argentina y sus nacionales en territorio venezolano, así como la custodia de los locales de la misión diplomática incluido sus bienes y archivos…".
Brasil respondía que la administración carioca seguía "representando los intereses de la Argentina. Si Venezuela quiere revocar la autorización, tiene que esperar a la definición de un país de reemplazo. Mientras tanto, seguimos asumiendo esa responsabilidad", ante cualquier intención del gobierno de Maduro de ingresar a la sede diplomática y detener a los partidarios de María Corina, que trajo alusión al ingreso del gobierno ecuatoriano de Noboa en abril del año pasado cuando ingresó a la embajada de México, y capturar al exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas.
Este movimiento con la sede argentina pudo haber indicado un mensaje para precipitar la salida de Edmundo González, una situación que le conviene al gobierno de Maduro para avanzar en el cerco a la oposición de derecha y sacar del país al candidato que este sector político lo ha declarado presidente electo, en la medida que la fecha del 10 de enero, fecha de posesión del nuevo mandato, se aproxima. María Corina ya ha anunciado que Edmundo en esa fecha lo proclamarán presidente efectivo con algún tipo de pose simbólica, abriéndose una crisis mayor.
El Gobierno de Maduro por un lado ha escalado aún más su nivel represivo y autoritario luego del 28 de julio con las detenciones de importantes representantes de la oposición, al tiempo que sabemos que altos funcionarios del gobierno venezolanos siguen siendo sometidos solicitudes de captura, incluyendo cuantiosas recompensas económicas y sanciones personales por parte de Estados Unidos, además de las asfixias económicas al país, que si bien se han venido relajando a gusto y placer de las necesidades petroleras de Estados Unidos y grandes sectores empresariales.
Como planteamos en otros artículos en La Izquierda Diario, los trabajadores y el pueblo venezolano tienen a su frente a dos grandes enemigos de sus intereses que se disputan el poder. En un marco de crisis política donde se vive un episodio más de una confrontación entra ambos bandos reaccionarios, y en una situación, por la extrema debilidad del movimiento obrero y popular, viene teniendo como protagonistas, no a las masas venezolanas –salvo las del lunes 29 de julio donde de manera espontánea sectores populares se expresaron sufriendo una violenta represión-, sino a estos sectores reaccionarios que se disputan el control del país.
Estamos ante una crisis política que aún no se ha terminado de cerrar, aunque la situación apuntaría a que el gobierno estaría más asentando su proyecto. Pero hay que ser enfáticos, todos los escenarios tanto de la derecha como del gobierno de Maduro, ninguno es favorable para el pueblo trabajador, por eso una alternativa es la necesidad de luchar por un polo independiente de Maduro, la derecha y del imperialismo.