La Patria está en venta, es la moneda de trueque de maduristas y mariacorinos, la ofrecen a cambio de permanecer o conquistar el poder. Gringos, europeos, rusos, chinos participan en la subasta por apoderarse de las riquezas de la Patria a precio de gallina flaca.
Los gringos, duchos en la extorsión, aprietan y aflojan según convenga, como buenos ordeñadores. Aplican sanciones y cosechan licencias para sus compañías petroleras que vienen con “patente de corso”, extraen sin ninguna fiscalización y se llevan el petróleo como si no tuviera dueño. Los españoles le dan asilo a edmundo, jorge se encoleriza, y por debajo de cuerda la compañía petrolera española repsol negocia y avanza.
Los maduristas vocinglean contra los gringos, prometen encarcelar a sus partidarios criollos, los inhabilitan, se jactan de ser antiimperialistas, alertan invasión gringa al tiempo que le suministran petróleo a la supuesta fuerza invasora; se reúnen con el “enemigo” en secreto y pactan la venta de la sangre de la Patria. Los mariacorinos ofrecen por la calle del medio pacto con el fondo monetario, concesión a los capitalistas, privatización hasta del aire. Es una invasión silenciosa permitida por maduristas y mariacorinos, los maducorinos.
Recientemente, el embajador gringo palmiere develó la mala maña gringa, cuando declara que las elecciones regionales venezolanas del 2025 son un buen ejercicio democrático, y aclara que seguirán las sanciones a privados. No tocan al petróleo, allí todo va bien, el oro negro fluye. Los europeos son del mismo talante. Es que los imperialistas se comportan como el mono del organillero: “por la plata baila el mono”; su ética, su moral es el lucro, lo demás no importa.
Chávez, junto a Bolívar, nos dijo “Patria es el bien más preciado”. Hoy ocurre la tan temible invasión. Es una invasión silenciosa, ocupa territorio, riqueza y los puestos de dirección nacional. El invasor está aquí. Es muy peligroso, porque no se percibe. Los cándidos esperan la invasión como unos barcos en la Guaira que desembarcan unos catiritos que hablan raro, y mientras ellos vigilan aquel horizonte con sus fusiles de lentejuelas. La invasión capturó el petróleo, las minerías, y dirige la operación desde el “palacio del pez que fuma agua”, como lo bautizó Pocaterra.
No hay dudas, la existencia misma de la Patria está en juego. Es imperativo organizar su defensa. Los maducorinos la subastan, y los imperialistas se la disputan, al final se pondrán de acuerdo y se repartirán la Patria. El primer paso es tomar conciencia del peligro, y entender que no es un asunto teórico solamente, sino también práctico, de acción junto a la conciencia. Entender que el peligro de hoy surge por traicionar las enseñanzas de Chávez, su legado, abandonar el Socialismo, caer en manos del capitalismo, y comprobar en la realidad, que sólo habrá Patria si es Socialista. Es urgente, la suerte de la Patria va en ello, volver al camino de Chávez, a la construcción socialista es un deber de los hijos de esta Patria. Y todo comienza por derrotar a los maducorinos.
La suerte de la Patria traicionada está en manos de sus mejores hijos, que ya comienzan a dar muestras concretas de su despertar. Hay Esperanzas, no todo está perdido.
¡CHÁVEZ, REGRESARÁ!