El simbolismo como herramienta política y económica

Viernes, 11/10/2024 05:44 AM

El balón y el simbolismo de ello, se ha transformado en mí en una camiseta amarillo y negro y el escudo con un balón y unas estrellitas, en similitud al escudo de las familias españolas, que junto con sus mantuanos tomaron este país, esto parece seguirme estos días.

En mis sueños aparece el balón, juego que me cegó cuando pequeño y aun grande, magia que nació en los potreros de mi barrio. Mi balón, ese símbolo, aparece desinflado y lloroso, lo veo trastocando su papel mágico que juega en el mundo y en la vida de cada Estado, lo miro fagocitando en los mercados de valores.

Este es un país paradigmático, aquí puede pasar cualquier cosa, arrasar un bosque milenario, emblema de la ecología tropical, para colocar una cancha de futbol; ya ha pasado.

Acá, por ejemplo, siendo esta una tierra constitucionalmente laica, vemos cómo busca de nuevo imponerse aquel viejo símbolo y vinculo de la religión y el poder político, que Guzmán Blanco sabiamente destruyó. - él quitó la educación religiosa en las escuelas y enfatizó el casamiento civil. Por esas razones, una institución como la Iglesia estaba contenta cuando murió en parís en 1899.

Y en venganza, iniciando el siglo, la santa curia echó a andar símbolos e imágenes alrededor de Juan Vicente Gómez, hacia misas para la buena salud del dictador, cuando en el fondo lo que buscaba era trastocar derechos sociales, hoy 2024 se busca reponer el daño hecho a la iglesia en 1886. En este trópico todo parece ser posible para el mercado de valores

El Estado y el mismo empresariado, hoy siguiendo estos ejemplos echa a andar en el imaginario social mitos románticos e impone historias mágicas frente a las cuales los receptores se enorgullecen y las hacen propias al punto tal de sentirse casi partícipes del juego, aunque jamás, en el caso de mis sueños, hubiesen tocado un balón y en el caso de la religión, Dios nos espere solo en las iglesias.

Fácilmente la ciudadanía, la política, la religión, ante la carencia de mirares asertivos, toma cualquier cosa o símbolo que le llene su espíritu y sus intereses, muestra hombres de las clases olvidadas con nombres que se recordaran para siempre, héroes posibles de ser imitados, con los que se sientan identificados, que sean terrenos, falibles, reales y populares como ellos. y ello no es malo, lo malo es, que el mercado de valores, rompiendo sus límites y ámbitos, se valga de estos emblemas para uso de pocos y rompimiento del derecho de todos, destruyendo miles de árboles por una cancha.

Terrible y posible, cuando esa miopía mía se hace social, ya que se obtiene tras este símbolo, alianzas con la liturgia política, los medios de comunicación, proyectos del estado, la influencia de figuras religiosas y políticas del gobierno, y acciones de la gobernancia en estas decisiones,

Lo más terrible de esto es que unos pocos se valen de ello, ya que dan alrededor de ello, un tipo de espiritualidad, para imponer su simbolismo, por encima de la razón, perturbando la sociedad y los derechos conquistados.

Y es allí cuando debe mediar la FISCALÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA, como ente responsable de hacer cumplir la moral pública, tales como: prevenir, investigar o sancionar los hechos que atenten contra la ética pública y la moral administrativa, velar por la buena gestión y la legalidad en el uso del patrimonio público y por el cumplimiento de los principios constitucionales del debido proceso y de la legalidad, en toda la actividad administrativa del Estado venezolano. Acción que desde el año 2023 la preside el fiscal general Tarek William Saab, nombrado por la Asamblea Nacional de Venezuela.

Estos elementos simbólicos me llevan a pensar, que los mismos pudiesen utilizarse para el bienestar político o económico de algunos pocos y así establecer una acción que la aleje de lo deportivo, liberando energías perturbadoras de su objeto social y debilitando el poder del estado nacional.

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