El país vive en un estado de incertidumbre. El gobierno, atrapado en sus alucinaciones psicóticas, el 10 de enero no los deja dormir. El "problemita" de los bajos sueldos se agrava mientras Maduro tiene que ceder a las demandas de los empresarios insaciables. Las deserciones de maestros y profesores en el sistema de educación pública ya es un problema de salud pública. Los trabajadores reclaman sueldos dignos y Fedecámaras que no se aumenten los sueldos y salarios. No se ve la política en ninguna parte, cohesión, orden; la fragilidad del sistema eléctrico delata el descontrol, la anarquía de los servicios públicos genera inseguridad y angustia en la población, se lesiona el sistema nervioso colectivo. A eso se le suma el resultado de las elecciones en USA, que preocupa mucho en Miraflores, aunque Diosdado lo disimule bien.
Inquieta mucho que el presidente Maduro no muestre signos de preocupación, parece desconectado de la realidad. Inquieta que Jorge Rodríguez quiera romper relaciones diplomáticas con España y que a la vez su hermana esté acordando negocios con Repsol. Resultan angustiosas las declaraciones de Padrino López acerca de la ideología de las FANB y la confirmación de la unidad “cívico policial” de Maduro – sobre todo esa parte, aberrante de la idea original de Chávez – en un gobierno que dejó de ser revolucionario hace rato y la gente en la calle se precave continuamente de los abusos de la policía y la GNB, ¿será una declaración de principios o una amenaza velada?
No se puede gobernar con amenazas y chantajes sin que haya una acumulación de violencia (violencia represada) en la población, cuando se insiste en la paz es que se carga con una batalla dentro. Por más que roten los comandos, el malestar interno en la FANB está latente. En ese malestar está viva la unidad cívico militar de Chávez, no en las amenazas de Padrino López.
El adelanto de las navidades no emociona a nadie, ni siquiera el campeonato de beisbol distrae de las angustias. En la calma se huele la tormenta, desde ahora hay que prepararse para canalizar las corrientes tormentosas hacia un destino favorable, reencauzarlas en la revolución socialista para que no se vuelquen sobre nosotros en forma de balas, represión y facho capitalismo. De nosotros depende que no se siga degradando nuestra sociedad, nuestra resistencia moral. Sin socialismo no hay patria, sin justicia no habrá paz.
CHÁVEZ: ¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA!