El Arado y el Mar

La catástrofe social causada por la peste madurista tardará muchos años en recuperarse

Lunes, 02/12/2024 07:21 AM

El madurismo, ese inédito fenómeno de la ascensión al poder de los marginales y el lumpen sindical, ese accidente histórico, ha hecho tanto daño que la sociedad tardará mucho tiempo en recuperarse de la hecatombe.

La peste madurista ha minado las bases fundamentales de la sociedad: Se habla de millones de venezolanos que emigran intentando escapar de la peste. Debemos pensar cómo ha impactado ese éxodo sobre la estructura social. ¿Cuántos médicos, cuántos profesores, investigadores, ingenieros… cuántos profesionales se llevaron su esfuerzo y su experiencia? La educación formal y, quizá lo que es peor, la educación no formal, la de la vida práctica, fueron desmontadas por la peste. La peste enemiga del talento, de la inteligencia arremetió contra ella con la fuerza del rencor. El talento, la inteligencia, el esfuerzo del estudio, constituyeron delito. La improvisación, la excusa, la mentira, la simulación dictan cátedra.

Al gobierno de la peste le conviene una sociedad ciega, sin historia, sin visión de futuro, sin inteligencia, de esa manera, igualando todo con el rasero bajo, pueden ocultar su incapacidad, su mediocridad. Endosar el fracaso a cualquier excusa, algunas grotescas como la de la iguana que produce la caída de electricidad, como la del saboteo producido por fantasmas a todo lo que funciona mal, desde la petrolera hasta los elementales servicios públicos.

Quizá el mayor daño que ha causado la peste es el de trastocar la ética, los valores morales, el ataque a la solidaridad, a la conciencia de pertenencia a la sociedad, al deber social. Un gobierno mentiroso, que no reconoce fallas, equivocaciones, un gobierno que no se somete a ninguna ley, que las crea de acuerdo a su conveniencia, y las revoca de acuerdo a su necesidad, un gobierno así, fatalmente, transmite sus valores, su conducta al resto de la sociedad; ahora los problemas propios de la lucha por la existencia se resuelven a lo madurista, a la viveza, al zarpazo al semejante. La peste nos ha convertido en una sociedad de cazadores, de recolectores; la ciudad es una selva donde el que no es presa es cazador, o recolector. Y la credulidad, la resignación sustituyó al pensamiento crítico.

Salir de esta peste, cuyo único mérito fue develar la esencia perversa del capitalismo, de la guerra de todos contra todos, es el primer paso para la sanación social. Aunque no es suficiente, después de la sustitución del madurato debe comenzar un proceso de reeducación social. El proceso de sustitución del madurato debe ser una demostración, llevar implícitos los valores éticos, morales que se quieren reinstalar, ser una cátedra. No se debe salir del madurismo con los métodos del capitalismo, sea por la acción de un sicario privado, sea una invasión capitalista que les haga el trabajo a los cómodos mariacorinos, sea una componenda entre los operadores capitalistas.

Tiene que ser una acción que motorice nuevas acciones, que sea una chispa que mueva la pasión dormida de la masa, y debe ser una acción que sintetice los valores de la sociedad que queremos restaurar. La acción debe significar una campanada que anuncie que se inicia un proceso inédito, la resurrección de una sociedad agónica, que convoque a todos al mayor esfuerzo físico y moral para hacer realidad ese milagro, que todos se sientan partícipes de la hermosa aventura de construir un mundo para todos con el esfuerzo de todos. Recuperar el futuro, la confianza con el semejante, la tranquilidad de saberse protegido por el colectivo y dar a la sociedad nuestro mayor esfuerzo.

¡CHÁVEZ, RESURRECIÓN SOCIAL!

¡VENGA TEMPESTAD!

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