¡Acabazón de mundo!, exclamaría mi Abuela Mercedes Bolívar, que era muy beata. Ahora resulta que en el mismísimo Vaticano, que no los han pintado con tal pulcritud y pureza, también hacen trampa electorales en la elección del Sumo Pontífice, como si fuera, cualquier juego de animalitos o loterías caceras, donde congelan algunas fichas, para sacarlas fríamente calculadas cuando se menea la bolsa.
¡Válgame Dios!, exclamaría Tía Luisita, que acompañaba a mi Abuela y se persignaban juntas, en todos esos momentos en los que sentían que el escándalo era mayúsculo y sus mentes atosigadas de consejas religiosas no podían comprender esas situaciones tan escabrosas.
Ellas tenían una forma muy peculiar de explicar, lo inexplicable y sentenciaban al unísono: “son cosas del Demonio”. Así todo quedaba saneado, agregándole un Padre Nuestro y un Ave María como colofón.
Pero quien explica ahora, lo inexplicable, en el Vaticano. Allí no se puede hablar de que existe una Mano Pelúa, no, esa son cosas sólo de la cultura de Hallowen. Allí huele a Fooo, en ese santuario, y la película que comentamos, estrenada recientemente llamada “Cónclave” refleja en su argumento:
“La película, que se estrenó este viernes, nos lleva detrás de escena del proceso secreto y ritualizado que tiene lugar en el Vaticano después de la muerte de un papa, pero se presenta como un emocionante thriller político contemporáneo”
Parte del argumento resume:
“Mientras facciones rivales de cardenales maniobran para elegir al próximo papa, el cardenal estadounidense Bellini (Stanley Tucci) rechaza una sugerencia para que se usen documentos robados con el fin de difamar a un rival”.
En el proceso de elección, como si fuera un examen, no se permiten celulares, tabletas ni similares, intercomunicaciones personales, mucho menos chuletas debajo de los pupitres y los insultos, trapos sucios y demás yerbas deben ser administrados con solemnidad.
Seguramente esta película levantará ronchas. Muchos religiosos verán ahora estos procesos con cierta suspicacia y algunos de ellos, de esos fanáticos que siguen a Santo Tomás, afirmaran como él “Ver para creer” y estarán prestos para solicitar el reconteo de votos y la muestra de la Actas.
Se investigará todo y a todos, caiga quien caiga, por lo que significa para el mundo un fraude en la propia Cúpula del Vaticano. Hasta se averiguará que leña se utiliza para producir el huma blanco que anuncia el advenimiento del nuevo papa y la célebre expresión “Habemus Papam”
No se descarta tampoco, que los Estados Unidos, donde las elecciones son tan pulcras, con algunas manchitas como las de Richard Nixon haciendo espionaje electoral (El escándalo Watergate es hoy en día símbolo de corrupción y conspiración y lo llevó a su renuncia como presidente), exija transparencia y solicite ante el Vaticano, que una Comisión de sus expertos, sea aceptada como observadores, para garantizar la pureza de los comicios papales.
La Unión Europea, que es el primer violín de la orquesta imperial y la Gran Bretaña, Primera Dama, se unirán a la solicitud, no sin antes invitar para la comitiva a los presidentes de Argentina, Chile, Perú y de Ecuador, como representantes de la transparencia, la decencia y pulcritud en nuestra región. María Corina, suspenderá provisionalmente sus diligencias de asilo en España, para unirse a la comitiva, exigiendo, a coro junto a Vox, a todo gañote: “Lleguemos hasta el final”. Los cancilleres de Colombia y Brasil, están de toque, esperando un micrófono, para adherirse a la comparsa, pidiendo también, aunque ellos, no lo hacen en sus países, la publicación de actas y transparencia.
Todo está por verse. Cuídate Francisco, no vaya a ser que te estén preparando un brebaje, típico de las oscuras actuaciones medievales, para adelantar los comicios y que los dirija el renovado Centro Carter, para sustituirte. ¡ Mosca con eso!.