En el siglo XX entre la consolidación del modelo económico capitalista neoliberal, las dos guerras mundiales, la polarización política del mundo, el crecimiento sin precedentes de las diferencias entre ricos y pobres, primer mundo y tercer mundo, la inestable y hambrienta depresión de los países tercermundista, entre tantos otros conflictos, la humanidad ve a la luz la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), sin embargo, estos derechos fundamentales, lo que realmente alumbran no tiene una sola respuesta.
La Declaración fue aprobada en París un 10 de diciembre, hace más de 70 años, cerca de la medianoche, sin ningún voto en contra, pero con 8 abstenciones: la de los gobiernos socialistas que, considerando justo el fondo de la definición de los derechos humanos, estimaron que estas libertades como estaban enunciadas serían ilusorias mientras existiera la propiedad privada de los medios de producción y son inalcanzables en los regímenes capitalistas.
Hoy el miedo continúa. Han sido siglos de estar agachando la cabeza.
Luego, con los paradigmas de la modernidad en crisis, con la postmodernidad golpeando a la puerta de los pueblos del mundo, con un orden económico asfixiante controlado por el capitalismo salvaje y un régimen político neoliberal, el globo se globaliza desde el occidente rico, dejando a los pies descalzos en las vías de la nada, reprimidos con la mayor crueldad.
Como repuesta a la criminalidad imperialista la filosofía marxista se ha extendido a todos los lugares del planeta, no sólo como un programa de acción política y de transformación económica, sino también como una ética vital.
Ernesto Che Guevara talló:
"Déjenme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad".
En sintonía con esta concepción humanista del socialismo, el Che, dijo:
"La última y más importante ambición revolucionaria es ver al hombre liberado de la enajenación".
Históricamente el sustentable sistema socialista es la única vía, además está llamado a ser el sistema que lleve a la hoguera de la historia al capitalismo salvaje.