A propósito del aniversario de la Comuna de Paris

La Utopía que surge en el corazón mismo de nuestro presente

Martes, 18/03/2025 05:15 AM

"Articular históricamente lo pasado no significa conocerlo «tal y como verdaderamente ha sido». Significa adueñarse de un recuerdo tal y como relumbra en el instante de un peligro". Walter Benjamin, Tesis VI, Tesis sobre la filosofía de la historia.

La historia en un escenario de pugna permanente, de rescate y lucha por la memoria desde donde se consolidan las metas y el espíritu revolucionario.

Trotski afirmaba que la narración histórica en períodos revolucionarios ponía al descubierto las relaciones de clase y conducía todos los problemas y contradicciones a su más alto grado de pureza, concluía que, durante estos períodos, la lucha de ideas se convertía en el arma más directa de las clases enemigas o de las fracciones de una misma clase.

Este 18 de marzo se conmemoran 150 años de la rebelión popular de 1871 que dio origen a la Comuna de París; hito de profunda importancia dentro de la tradición revolucionaria y sobre todo dentro del proyecto de autogobierno enmarcado en la epopeya comunal venezolana.

Ambos procesos al calor de sus realidades históricas enarbolaron y enarbolan la comuna como medio para materializar y concretar el socialismo, en guerra frontal contra las fuerzas reaccionarias, burguesas e imperiales. Juntas son parte del largo camino de lucha rebelde de los oprimidos para tomar el cielo por asalto.

Por eso después de 150 años la Comuna de París no resulta ser un mohoso recuerdo del pasado como desean afirmar el burgués y los sujetos reaccionarios, sino el mismo reflejo de nuestra historia y nuestra lucha. Por eso y en este instante de peligro, como señala Benjamín, es desde donde decidimos adueñarnos de ella.

Una historia breve y parecida.

Prosper–Olivier Lissagaray relator y testigo de las acciones populares de París nos narra en su "Historia de la Comuna de 1871" el proceso de gestación de la insurrección de 1871, así como sus razones y actores.

Según el autor, la comuna nace al calor de la guerra franco-prusiana específicamente durante el asedio prusiano de París, como respuesta a la fuerza imperial que la atacaba y a la traición e ineficiencia del gobierno burgués de turno: "¿Ha cumplido con su misión el gobierno que se ha encargado de la defensa nacional?.. No.. Con su lentitud, su inercia, su indecisión, lo que nos gobiernan nos han conducido al borde del abismo… No han sabido ni administrar ni combatir… La gente se muere de frío, ya casi de hambre… ¡El gobierno ha dado la medida de su capacidad, nos mata… están juzgados…! ¡Paso al pueblo! ¡Paso a la Comuna!" afirmaba una proclama del 6 de enero de 1871. Poco más de dos meses antes de la rebelión, la comuna fue entonces una rebelión contra un gobierno agotado e injusto, fue el reconocimiento de la base, máxima de autogobierno; fue el empoderamiento y la profundización democrática para la supervivencia del pueblo.

Luego de la defensa organizada por los propios parisinos ante el asedio prusiano de finales 1870, la creación de una guardia nacional fundamentalmente constituida por obreros y pobres con artillería conseguida y financiada por el mismo pueblo, París resultaba peligrosa para las élites gobernantes refugiadas en Versalles. En plena resistencia heroica de la guardia nacional frente al ejército prusiano y frente al reclamo honesto y claro al gobierno, Versalles respondía con injurias acusando a los agitadores de ser agentes prusianos que socavaron la lucha contra el enemigo extranjero.

Para el 18 de marzo la disputa entre Versalles y París resultó insostenible; Versalles y con ella los burgueses ricos, los monárquicos y el clero reaccionario arremetieron contra París. El día anterior, en plena noche, Adolphe Thiers representante del gobierno de Versalles ordenó requisar los doscientos cincuenta cañones guardados por el pueblo de París ante la inminente insurrección, para de esta forma, a la tres de la mañana del día 18, dar inicio la operación.

A lo largo de todo el día se darían enfrentamientos y revueltas en las calles, mujeres y hombres defendían con la vida los cañones símbolos del poder del pueblo. Como afirmaba Lenin, el período de transición y de derrocamiento de la burguesía, es el período de las luchas de clases encarnizadas en formas agudas y nunca vistas. París desde 1848 no había visto un vuelco tan masivo y popular en sus calles, con tanto arrojo y valentía propio de un pueblo en penurias.

"A las once de la noche, el pueblo ha dominado la agresión en todos los puntos, ha conservado casi todos sus cañones y se han adueñado de millares de fusiles. Los batallones federados están en pie; en los barrios la gente arranca los adoquines", relata Lissagaray.

Para el 19 en la mañana la bandera roja ondeaba en el Hótel-de-Ville; el ejército, el gobierno y la administración se han evaporado. El Comité Central, instancia ejecutiva de la Comuna, se adueña de la cabeza de París, su principal misión en un pensamiento "Devolver el poder a París".

En pleno 19 de marzo el Comité Central redactó su manifiesto, difundido en los días siguientes por periódicos y decretos:

"Los proletarios de París, en medio de los fracasos y traiciones de las clases dominantes, se han dado cuenta de que ha llegado la hora de salvar la situación tomando en sus manos la dirección de los asuntos públicos. Han comprendido que es su deber imperioso y su derecho indiscutible hacerse dueños de sus propios destinos, tomando el Poder"

Enseñanzas de la comuna de París.

El 17 de abril de 1871 cuando se desarrolla plenamente la lucha por defender la comuna de París, Karl Marx escribe en una carta a su amigo Kugelman: "Gracias al combate emprendido por París, la lucha de la clase obrera contra la clase capitalista y el Estado capitalista han entrado en una nueva fase. Sea cual sea el final, se ha obtenido un nuevo punto de partida, cuya importancia histórica es universal".

Más tarde tanto Marx como Engels afirmaron la importancia de la Comuna de París para la teoría revolucionaria, esta vez en el Prefacio de la edición alemana del Manifiesto Comunista de 1872 donde afirman: "La Comuna ha demostrado, sobre todo, que "la clase obrera no puede limitarse simplemente a tomar posesión de la máquina del Estado tal y como está y servirse de ella para sus propios fines… La comuna como antítesis del Estado imperial debía formular su propia maquinaria". Ambos elementos quedaron revelados en el proceso práctico de la comuna en 1871.

La primera acción de la Comuna fue desmontar todo el Estado burocrático y el ejército permanente; tanto la policía como el aparato administrativo fueron asumidos por la Comuna. De esta forma todos los miembros de la Comuna debían devengar salarios de obrero, para con esto procurar la desaparición de los intereses creados de los funcionarios y el carácter nobiliario de los puestos políticos. Igualmente, todo funcionario podía ser removido y auditado en todo momento, esto protegía a la comuna del peligro del exceso de poder o de la corrupción de funcionarios y le garantizaba control político y moral.

Todas las instituciones de enseñanza fueron abiertas y gratuitas al pueblo y al mismo tiempo liberadas de toda intromisión de la iglesia y el Estado, lo que le permitió a la Comuna control espiritual de la sociedad.

En cuanto a la institución de la propiedad, queda supeditada a la propiedad individual; los medios de producción fueron entregados a los obreros y el derecho al trabajo se convirtió en inalienable. Por otra parte, también se reconoció como vital el acceso del campesino a la tierra y su defensa.

Como lúcidamente resumiría Marx un año después:

"La Comuna pretendía abolir esa propiedad de clase que convierte el trabajo de muchos en la riqueza de unos pocos. La Comuna aspiraba a la expropiación de los expropiadores. Quería convertir la propiedad individual en una realidad, transformando los medios de producción – la tierra y el capital-, que hoy son fundamentalmente medios de esclavización y de explotación del trabajo, en simples instrumentos de trabajo libre y asociado"

Parafraseando a Antonio Gramsci, era el fondo mismo de la política social construyendo su estructura jurídica y política; las fuerzas productivas conscientes tomando su destino en sus manos por medio de la emancipación de su trabajo.

De París a Venezuela

Que decir 154 años después ¿Cómo conectar La Comuna de Paris con la experiencia comunal venezolana? Para concebir esta respuesta sería oportuno volver a Walter Benjamin y admitir que: "el método dialectico de la historia se presentar como el arte de conocer el presente como un mundo de vigilia al que remite en realidad este sueño que llamamos pasado", sobre este mundo de vigilia que es nuestro presente, debemos diseñar la redención del pasado. hacer surgir desde el corazón mismo del presente nuestras utopías heredadas del pasado.

Tareas inmediatas del poder comunal

En abril del año 1918, Lenin escribía el folleto "Las tareas inmediatas del Poder Soviético". Para la época, el Comité Central del partido y todas las fuerzas revolucionarias consideraron el documento como la herramienta fundamental para los nuevos horizontes que el proceso soviético recorría. La tesis fundamental era recuperar la iniciativa política en medio de la guerra, fortaleciendo la conciencia, las agendas de trabajo y los lineamientos estratégicos.

Hoy en día en Venezuela pareciera necesario elaborar nuevamente un documento similar para el poder comunal, una especie de "Tareas inmediatas del poder comunal", donde abordáramos las nuevas necesidades de la revolución y las actuales limitantes del campo comunal, elaborando de forma dialéctica nuevos caminos y metas para el poder popular y la comuna.

El proceso comunal ha hecho florecer en Venezuela nuevas y dinámicas fuerzas democráticas, sociales y económicas, y ha permitido la formulación de un nuevo sujeto político: "El Comunero", además de un nuevo escenario de lo político: "La Comuna", también ha generado nuevos sustentos materiales de lo político en la propiedad social y ha revelado permanentemente las contradicciones del viejo Estado burgués. Incluso ha dado fecundos pasos en la acumulación de cada vez más fuerza social y organización popular dirigidas a consolidar la autogestión y el autogobierno territorial.

Hasta el día de hoy, según datos del propio ministerio, existen en el país 49.183 Consejos Comunales, de los cuales solo 30.219 están vinculados a alguna Comuna. Por su parte, existen 3.663 Comunas, de las cuales en promedio menos del 20% de sus distintas instancias se encuentra funcionando. De igual forma, existen 4.171 Empresas de Propiedad Social (EPS), 3.985 directas comunales y 186 de indirectas comunales; esto último nos da un promedio de poco más de 1 EPS por comuna, lo cual resulta a nuestro entender deficiente de cara a lo que Chávez llamaba la "hegemonía de la propiedad social". Recientemente, se ha venido implementando un mecanismo alternativo para la entrega de recursos al poder popular mediante la consulta en circuitos comunales. Para el año 2024 se realizaron 2 consultas y en lo que va de 2025 se ha realizado 1. No cabe duda de que este ejercicio ha permitido activar espacios y orgánicas en el interior de la comuna; sin embargo, hace falta ir más allá.

La comuna está llamada a ser un espacio de ejercicio directo de soberanía e instancia de autogobierno, como lo establece el artículo 70 de la Constitución y el artículo 2 de la Ley Orgánica del Poder Popular. Bajo esta premisa, según lo establecido en el artículo 17 de la referida ley, la relación entre ambos espacios de gobierno (público o comunal) se desarrolla "mediante la acción de gobierno compartido entre la institucionalidad pública y las instancias del Poder Popular", a condición, según lo dispuesto en el artículo 24, de que "todos los órganos, entes e instancias del Poder Público guiarán sus actuaciones por el principio de gobernar obedeciendo". En tal sentido, no se debe caer ni en la trampa de confundir el gobierno compartido con la subsunción o colonización del Poder Popular por parte del Poder Público representativo. Entonces, ¿cuáles serían las tareas inmediatas del Poder Comunal?

1. -Desarrollar un proyecto de gobierno territorial: esto se refiere al contenido y propósito de los proyectos que la comuna se propone realizar para alcanzar sus objetivos, en este caso autogobierno y autogestión. La discusión sobre el proyecto de gobierno versa acerca del tipo de sociedad deseada, los cambios políticos, el estilo de desarrollo, la política económica que cada comuna desea para su territorio; podemos decir que esto está referido a la línea estratégica de cada comuna.

En este punto discurren varias metas, como sería un plan de transferencia de competencias y de presupuesto de las mismas, que debería ser elaborado entre la alcaldía local y las Comunas de su territorio para ser entregado a inicios de cada año al Consejo Federal de Gobierno, como lo establece el Reglamento de la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno y la Ley Orgánica para la Gestión Comunitaria de Competencias, Servicios y otras Atribuciones.

2.- Desarrollar mecanismos de gobernabilidad territorial: esto para trabajar la relación entre el peso de las variables que controla y no controla la Comuna en el proceso de gobierno. Generalmente, el peso de las variables relevantes depende del proyecto de gobierno y de la capacidad del gobernante. Mientras más variables decisivas controla una Comuna, mayor es su libertad de acción y mayor es para ella la gobernabilidad del sistema. Cuantas menos variables de peso controla, menor será su libertad de acción, y menor es la gobernabilidad del sistema. Podríamos referirnos en este nivel a lo táctico y cotidiano del autogobierno. La comuna no puede controlar que el imperialismo levante el bloqueo o lo arrecie; esto último es una variable para su gobernabilidad territorial, pero sí puede elaborar políticas locales de mitigación. Un ejemplo de esto podría ser el levantamiento de planes de auditoría compartida sobre las instalaciones de servicios públicos, ya que las recientes consultas han mostrado que estos son los principales focos de malestar en las comunidades.

Utilizando los mecanismos de la Ley Orgánica de Planificación Pública y Popular, las comunas podrían realizar control y seguimiento de las partidas de los distintos ministerios del ramo de los servicios, exigiendo transparencia en la ejecución de los recursos y priorizando la eficiencia y la conciencia sobre el cuidado de las instalaciones. Esto mismo podría hacerse con las instalaciones de salud y educación.

3- Mecanismo para lograr capacidad de gobierno: esto permitiría desarrollar la capacidad de conducción o dirección, mediante un acervo de técnicas, métodos, destrezas y habilidades de los comuneros y sus instancias de gobierno. La capacidad de gobierno se expresa en capacidad de dirección, de gerencia y de administración y control. En esta línea sería importante recordar la disposición del gobierno nacional de entregar progresivamente la ejecución y administración de hasta el 70% del presupuesto nacional al poder popular para 2030. Si queremos que esta meta se cumpla, es necesario profesionalizar el gobierno comunal, activar plenamente sus instancias, qué hasta la fecha, como se mencionó arriba, no superan el 20%, pero también contempla diseñar formas de consulta más dinámicas y precisas, quizá aprovechar herramientas como la inteligencia artificial para el manejo de amplios bloques de datos.

No hay que escatimar en la necesidad de lograr, en principio, trabajar estos 3 frentes en la Comuna; solo desarrollando un marco estratégico de autogobierno tendremos apego y cercanía con ese autogobierno y con ello conciencia política. De igual forma, desarrollando gobernabilidad territorial y líneas tácticas, podremos lograr agendas de participación y protagonismo para el pueblo y finalmente mejorando nuestra capacidad de autogobierno, podremos diseñar programas de acción más precisos. Uniendo todo lo anterior logramos los elementos de la iniciativa política, a saber, conciencia, agenda y programa.

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