24-07-24.-A pocos días de celebrarse las elecciones presidenciales, en un contexto marcado por el abuso de poder, el ventajismo, las amenazas, provocaciones, maniobras antidemocráticas de todo tipo y la cada vez más profunda deriva autoritaria del Gobierno de Nicolás Maduro, así como el secuestro de la tarjeta electoral del Partido Comunista de Venezuela (PCV), se ha activado un nuevo eslabón en el plan de ataque orquestado desde la cúpula del Gobierno-PSUV contra el PCV y su política.
Informamos a la opinión pública nacional y al Movimiento Comunista Internacional que dos miembros del Comité Central del PCV se han unido al plan de liquidación que ejecuta la cúpula del Gobierno-PSUV para despojar a la clase trabajadora venezolana de su histórico referente de lucha.
El pasado martes 16 de julio, Carolus Wimmer y Úrsula Aguilera, junto a militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y de otras organizaciones controladas por la cúpula gubernamental, dieron una rueda de prensa para desconocer los acuerdos de la XVI Conferencia Nacional del PCV y cerrar filas con la política antiobrera y antipopular de Nicolás Maduro Moros.
Tal y como es del conocimiento de la militancia del PCV, en mayo del presente año, Carolus Wimmer y Úrsula Aguilera fueron remitidos a la Comisión Nacional de Disciplina y Control de Cuadros del Comité Central, por desconocer decisiones de la legítima dirección nacional de nuestro partido y organizar acciones con reconocidos operadores políticos del PSUV para socavar la imagen del PCV a nivel internacional.
Carolus Wimmer y Úrsula Aguilera se marginaron de la vida partidaria al abandonar los espacios de debate y construcción colectiva, específicamente las sesiones de trabajo de la XVI Conferencia Nacional del PCV que ─tras celebrar tres fases que se extendieron por ocho meses─ resolvió apoyar la candidatura del ingeniero Enrique Márquez a la Presidencia de la República.
Durante este tiempo, los organismos de dirección de nuestro partido, como lo son el Comité Regional del PCV en Caracas, el Comité Central, el Buró Político o la propia Conferencia Nacional, jamás recibieron algún tipo de opinión o valoración crítica por parte de Carolus Wimmer o Úrsula Aguilera. Su conducta contrasta con el profundo y franco debate dado en las filas de nuestra organización que finalmente se trazó como un objetivo de primer orden impulsar un proceso de reagrupamiento de las fuerzas auténticamente democráticas para recuperar la plena vigencia de la Constitución y el estado de derecho en el país, a la vez que enfrentamos el plan de aislamiento político-electoral que intentó imponernos la cúpula reaccionaria del Gobierno-PSUV.
La rueda de prensa dada por Wimmer y Aguilera repite el esquema que desde hace más de un año ejecuta el PSUV para hacer creer a la opinión pública que en el seno del PCV hay aceptación a su paquetazo neoliberal: El uso de espacios y de medios de comunicación bajo control gubernamental; la descarada presencia de militantes del PSUV y de otras organizaciones políticas intervenidas judicialmente que se hacen pasar burdamente por militantes comunistas y, lo más peligroso del caso, la defensa de un régimen que ha pactado con las cúpulas empresariales mientras destruye las condiciones de vida de la familia trabajadora.
Todos los hechos referidos serán considerados por la Comisión Nacional de Disciplina y Control de Cuadros del Comité Central del PCV, para determinar si los mismos configuran -con base en la práctica política marxista-leninista y lo establecido en los Estatutos del PCV- un hecho de traición a los valores y principios que rigen la vida orgánica de quienes militamos en el PCV, al conspirar y colaborar abiertamente con aquellos que ejecutan un plan para liquidar al histórico Partido Comunista de Venezuela.
Las declaraciones de Carolus Wimmer y Úrsula Aguilera, contradicen en su esencia la línea política aprobada por el XVI Congreso Nacional del PCV (Nov. 2022), al calificar la catástrofe que sufre el pueblo venezolano como un proceso «socialista», cuando la realidad es que la cúpula que dirige Nicolás Maduro persigue, secuestra, encarcela y hasta tortura trabajadores.
A pesar de esta nueva modalidad que adopta el plan de agresión, las y los militantes del PCV mantenemos en alto y con orgullo nuestras banderas de lucha. Ratificamos nuestro compromiso con los intereses de la clase trabajadora venezolana y las amplias mayorías populares, así como con la defensa de la soberanía nacional frente a todas las formas de dominación imperialista.
Confiamos que este oscuro trance que atraviesa el país será superado no sólo con la masiva participación del pueblo en las elecciones del 28 de julio, sino con la lucha organizada por la recuperación de los derechos políticos, sociales y laborales que este nefasto Gobierno nos ha arrebatado.
En los próximos días, el Comité Central del PCV sesionará para tomar las medidas disciplinarias correspondientes.
¡Seguimos en pie: sumando fuerzas y organizando luchas!
¡Al PCV no lo destruye nadie!
Caracas, 21 de julio de 2024