Rafael Ramírez: "Maduro se estaba preparando para hacer esta trampa, pero todo le salió mal"

Jueves, 15/08/2024 05:09 AM

Rafael Ramírez
Credito: Web

Durante una entrevista al portal El Nacional, el exministro del Petroleo de Venezuela, Rafael Ramírez, ha sido categórico y consecuente en defender la causa de Hugo Chávez, esa misma que casi a diario intenta reivindicar de la política antipopular y antiobrera que, según él, Nicolás Maduro instaló con su llegada al poder. Es uno de los pocos, de las filas del chavismo, que se ha atrevido a desvincular las políticas del fallecido presidente de las decisiones de Nicolás Maduro, hasta el punto de separarse de la cúpula del gobierno para convertirse en su mayor crítico. Convencido de que lo que sucede en el país no tiene nada que ver con el socialismo, le atribuye al actual gobierno, al que considera el peor de la historia venezolana, la situación de caos que vive el país.

El escenario de desestabilización del pasado 29 de julio, un día después de las presidenciales, fue un grito contundente de descontento popular, que sin convocatoria de ningún líder político, demostró el sentimiento de indignación por el robo descarado de la soberanía del pueblo. Ramírez lo califica como el hastío de vivir en dictadura.

"El fraude no solo fue el 28 de julio. Maduro viene trabajando en ello, en vulnerar el sistema electoral, desde que designó a Elvis Amoroso en 2023, desde que secuestraron las tarjetas de 10 partidos, desde que impusieron las inhabilitaciones políticas; el 28 lo que hubo fue la consumación de un fraude que se venía preparando hace tiempo", afirma Ramírez, quien fue ministro de Petróleo, durante 11 años, de Hugo Chávez.

El exministro, quien era la cara visible de la política petrolera del país, pues también desempeñó por una década la presidencia de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), fue removido del Ministerio del Petróleo y de Pdvsa en 2014, un año después de la llegada de Maduro al poder y designado como ministro de Relaciones Exteriores, cargo que tres meses después le quitaron para designarlo como embajador de Venezuela ante la ONU, puesto que ocupó hasta el 5 de diciembre de 2017, cuando renunció por solicitud de Nicolás Maduro.

En su guerra abierta contra Maduro, el ingeniero de 61 años, representa una amenaza para el gobierno. A la fecha, sobre él pesan órdenes de captura y solicitudes de extradición por estar vinculado en al menos 10 casos de corrupción en la industria petrolera, entre ellos lavado de dinero en Andorra, según las acusaciones de la Fiscalía.

Desde el exilio, Ramírez rechaza el fraude colosal del oficialismo, la proclamación como ganador de los comicios por parte de Elvis Amoroso, rector del Consejo Nacional Electoral (CNE), a Nicolás Maduro, la represión desmedida de policías, guardias y colectivos, que ya suman, hasta la fecha, 1.393 detenidos y más de 20 muertos, la criminalización de la protesta y la libertad de expresión. Al mismo tiempo, le hace un llamado a la dirigencia opositora a no dejar enfriar la calle y mantenerse en ella, porque, asegura, el gobierno está muy débil. De lo contrario, dice, Maduro logrará consolidar su golpe de Estado y el país entrará en una nueva situación por una dictadura, que ahora es abierta.

—¿Por qué las elecciones fueron un plebiscito en rechazo a Maduro?

—En Venezuela lo que se ha expresado es un rechazo masivo en contra de Nicolás Maduro y eso quiere decir que el chavismo, la oposición, el independiente, todos votaron contra él. Por eso decía que las elecciones eran un plebiscito. Aquí no se estuvo discutiendo ni propuestas programáticas ni hubo discusión política como en la elección de 2012, donde estaba el Plan de la Patria de Chávez por un lado, el plan de Capriles por el otro. Aquí lo que hubo es un profundo sentimiento de rechazo, además un hastío del gobierno, porque al ir cerrando todas las vías constitucionales, es decir, evita el referendo revocatorio, evita la expresión política, secuestra partidos políticos, impone la represión, la gente ve que la única manera constitucional para salir de Maduro es por las elecciones y eso fue lo que pasó, a pesar de todas las trampas que hizo, porque el fraude no solo fue el 28 de julio. Maduro viene trabajando en hacer un fraude, en vulnerar el sistema electoral desde que designó a Elvis Amoroso en 2023, desde que secuestraron las tarjetas de 10 partidos, desde que impusieron las inhabilitaciones políticas. El 28 lo que hubo fue la consumación de un fraude que se venía preparando hace tiempo. Entonces, esta elección es una cosa sui generis porque todo el mundo votó en contra de Maduro. Se estima que 70% de los votos fue en su contra, esto fue un plebiscito. Maduro perdió la calle.

—¿Por qué ese rechazo masivo a Maduro no había sucedido antes?

—Porque el gobierno de Maduro ha sido el peor gobierno de nuestra historia. No tiene nada que mostrar, no tiene ninguna obra, ningún mérito. La crisis en nuestro país es enorme, es la peor crisis en nuestra historia contemporánea. Destruyó la industria petrolera, se perdió 70% de nuestra capacidad de producción, la economía tuvo una contracción de 84%, han salido 7,7 millones de venezolanos. Es decir, este gobierno ha sido un fracaso, pero se ha mantenido por la violencia. Entonces, la gente ve en las elecciones una salida, una posibilidad, y bueno, si Maduro cierra esta posibilidad, si desconoce estos resultados como está haciendo, deja las puertas abiertas a cualquier escenario y es un retroceso a nuestro sistema político venezolano. Maduro se vuelve a dirimir como un dictador, como lo fue Marcos Pérez Jiménez.

—¿Cree que en procesos electorales anteriores se ha cometido fraude?

—Desde que Chávez estableció el sistema automatizado de elecciones, nuestro sistema electoral tiene un elemento imbatible y es que no intervienen las personas. No intervienen los que están en una mesa para alterar los resultados como se hacía antes. Ahora el voto se emite en una máquina, eso se transmite directo y la máquina emite un resultado; ese es el tema de las actas, que es un recibo de la máquina. Eso siempre se ha presentado en todas las elecciones. Capriles, todos aquellos que participaron en elecciones, saben que todo el mundo tenía acceso a las actas y podía verificar. Incluso, en el último proceso electoral de Chávez se auditó 53% de las actas, es decir, no hay manera. Ahora: ¿qué hizo Maduro en 2018? No te puedo decir porque el tema fundamental es que él comenzó a controlar el sistema automatizado. En 2018, luego de la elección de la ANC, Smartmatic, que era la compañía que había realizado 14 elecciones, dijo que sus resultados no coincidían con los que emitió el CNE y, a partir de allí, el sistema electoral ha tenido muchas dudas. De hecho, sacaron a Smartmatic y le entregaron el sistema automatizado a una empresa que nadie sabe quién es y nadie sabe qué sistema utiliza, pero en todo caso, cuando tú llamas a unas elecciones, no puedes confiscar los partidos políticos como ellos hicieron, no puedes inhabilitar a candidatos. Hay miles de inhabilitados, no solo es María Corina, eso ha sido una práctica permanente de Maduro. Luego no permitieron la observación internacional, sólo permitieron la del Centro Carter y de manera parcial. El Centro Carter dijo que ganó Edmundo González y que no hay ninguna posibilidad de hackeo. No permitió que los que estábamos en el exterior votemos; 7,7 millones afuera y, de ellos, 5 millones en edad de votar, y solo permitieron 69.000. Maduro se estaba preparando para hacer esta trampa, pero todo le salió mal, porque fue abrumadora la mayoría de gente que votó en su contra, incluso gente del gobierno, el pueblo, gente del Ejército, los chavistas. Todo el mundo votó contra él. Todo el mundo quiere que se vaya y lo están expresando electoralmente, por eso es muy grave que él desconozca todo esto, porque se legitima como un dictador. Él, frente a todas las dudas y la regularidad que hubo en el proceso, con su proclamación al día siguiente, está actuando como hizo Carmona, como un dictador, por eso una nueva situación en el país que le quita toda legitimidad al gobierno.

—Quizás se sintió confiado porque anterior a estas elecciones ya había el referendo sobre el Esequibo y no se esperó que la gente iba cuidar el voto.

—Yo hice un artículo por el cual me dieron otra orden de captura y me acusó de traidor a la patria el fiscal Tarek William Saab. Yo fui jefe de movilización de Chávez desde 2002 hasta 2014, nosotros nunca sacamos 10 millones de votos, ni cuando él nos lo pedía, porque sacar 10 millones de votos es muchísimo. Y ahora este señor dice que sacaron 10 millones de votos para el Esequibo. Pero las calles estaban vacías, los anuncios del CNE tienen que corresponder con lo que se ve en la calle. No puede ser que en la calle haya habido manifestaciones masivas como las que hizo la oposición en contra de Maduro y de repente digan que ganó Maduro. Eso no lo se cree nadie, y por eso es que las actas son tan importantes, tienen que mostrarlas pero se niegan a hacerlo. Ha pasado ya tiempo, obviamente hay algo irregular. Ahora Maduro dice que las va a llevar al TSJ, que no es la instancia adecuada para eso, pero además, él puso a la presidenta del TSJ en enero de este año justo para asegurarse en esa instancia y, entre otra gente de ese TSJ, el vicepresidente es cuñado de Cilia Flores. Es decir, esa no es la instancia adecuada ni tiene el equilibrio, no hay imparcialidad, es el TSJ de Maduro. Están todas las maniobras posibles para consolidar el golpe de Estado. Hay un golpe de Estado en desarrollo, un autogolpe donde Maduro, sabiendo que no tiene el apoyo popular, le dio una patada a la mesa, violó todas nuestras leyes electorales, está violando la Constitución al desconocer el resultado del pueblo.

—¿Por qué ha dicho en otras ocasiones que Maduro, con el autogolpe, quedó más débil que nunca, si han pasado dos semanas desde las elecciones y lo único que se ha logrado es el aumento de la represión que ha ejercido durante años?

—La represión que ha ejercido no quiere decir que esté fuerte, lo que quiere decir es que tiene muchos policías. Lo que quiere decir es que ha establecido un Estado policíaco, es decir, es como un malandro en un barrio, es el que ahorita tiene las pistolas, pero no quiere decir que tenga el apoyo del barrio ni nada. Podrá imponerse por un tiempo. ¿Cómo sustento yo que tiene un gobierno muy débil? Primero, todos los votos y el sentimiento está en contra de Maduro, no hay nadie que lo apoye. Segundo, él mismo se inventó un fraude tan malo, tan evidente, tan mal hecho. Y una cosa que queda en evidencia es que nadie lo ha respaldado, ni Brasil ni Perú ni México ni el Centro Carter. Todo el que tenga dos dedos de frente sabe que se está cometiendo un fraude. Este es un gobierno que adelantó las elecciones para supuestamente salir más fortalecido y resulta que salió con las tablas en la cabeza. Ahora está más aislado que nunca, nadie le cree y se ha visto obligado a reprimir abiertamente. Ahora, por el hecho de tener una economía destrozada, que no tiene legitimidad, que no tiene el apoyo popular, le va a ser muy difícil sostenerse. ¿Que te puedes sostener con una cantidad de matones en la calle? Puede ser, eso será por un tiempo, y allí es donde habría que hacer un reclamo a la dirigencia opositora, porque es que la calle no se puede abandonar. El mismo 29 en la mañana salieron los barrios, los barrios de Chávez, los barrios de los pobres, los que bajaron el 13 de abril, la gente pobre. El liderazgo opositor pide que confíen en ellos y que tienen hasta el final un plan B, pero nadie sabe cual es el plan B, yo creo que el único plan es con el pueblo. Nosotros creemos que hay que mantenerse en la calle, porque este gobierno está muy débil y no tiene legitimidad. Ahora, ¿que yo esté llamando a la violencia? No, pero sí hay que estar en la calle, porque si dejas que esto se enfríe, Maduro logra consolidar su golpe de Estado y entraremos en una nueva situación por una dictadura, pero ahora abierta. Lo que pasa es que ahora a los gobiernos no les da nota reconocerse como dictadura. Pero antes, en los años 50,60,70 eso daba cierto prestigio; a Pinochet, a la junta argentina, a los militares brasileños, uruguayos. Pero ahora no, la gente se cuida y enmascara las dictaduras. En este momento, así como estamos, es una dictadura. Hay miles de detenciones como nunca había sucedido en el país, están deteniendo a cualquiera, chavista u opositor, sencillamente porque no están con el gobierno. Este no es un gobierno chavista, el gobierno de Maduro es un mal gobierno autoritario con una política económica de derecha. Maduro, por primera vez, se las va a ver de frente con los chavistas. Ahora, ese chavismo está en las calles, en los barrios, está en el Ejército también, por eso es que Maduro está utilizando mucho la policía, está utilizando la inteligencia en contra del Ejército también, porque una cosa es el alto mando militar que está comprometido con Maduro y otra cosa son los militares bolivarianos que están ahí: los capitanes, los tenientes, todos esos mandos medios que también están pasando todas las dificultades económicas del país. Ellos en el Plan República vieron que Maduro perdió las elecciones, porque vieron las actas. Saben lo que está sucediendo. Los militares continúan siendo una incógnita y son los que tienen el mandato por la Constitución de poner las cosas en orden. Esto apenas se está desarrollando. Maduro está tratando de imponer el silencio con el miedo, pero le va costar mucho tratar de normalizar la situación en el país.

—Pero ya tenemos un antecedente, el de 2014 y 2017, en el que a los políticos que llamaron a la calle no les fue bien con el gobierno, no se lograron los objetivos y el resultado fueron muertos y heridos. Quizá María Corina no quiere cometer los mismos errores de esos años.

—El problema del fracaso de los llamamientos de la oposición en 2014 y 2017 es que no tenían un contenido popular de población pobre. Primero, eran los mismos sectores, las mismas bases sociales, mucha juventud, estudiantes y mucha clase media. Era muy fácil para Maduro contrarrestar los dos sectores sociales, los pobres y los de clase media. Segundo, en esos acontecimientos 2014-2017 se llamó a la violencia, y eso es un error, porque si tú entras en la violencia, entras en el terreno de Maduro, que es el especialista en violencia; ha creado sus cuerpos policiales, sus colectivos, ha creado grupos paramilitares, ha hecho de todo porque es ese el campo en el que se siente fuerte con la violencia. Y el tercer punto es que esas protestas de 2014 y 2017 no tenían ningún basamento legal. Ahora la situación es completamente distinta. Primero, son los pobres los que salieron a reclamar, pero no encontraron dirección, no encontraron orientación. Segundo, nadie quiere la violencia, porque salir a la calle no quiere decir que van a hacer guarimbas, yo estoy hablando de grandes demostraciones populares en una calle. Y tercero, ahorita hay una razón muy importante, que es hacer valer la Constitución. Yo estuve en la calle en 2002, el 13 de abril, cuando Carmona dio el golpe de Estado. El tenía todos los altos mandos militares, habían ido contra la Constitución y el pueblo se mantuvo en la calle de manera pacífica pero masivamente, porque tenía el objetivo claro de restablecer a Chávez y la Constitución. Algo así es lo que hay que hacer. Hay que rescatar el espíritu del 13 de abril, y fíjate que todos los altos mandos militares, Rosendo, el ministro, toda esa gente estaba con Carmona. Los mandos medios y bajos del Ejército restablecieron la Constitución. Entonces, aquí lo que falta es una dirección política adecuada, por eso es que yo llamo a los dirigentes chavistas a que asuman su papel, porque los chavistas tienen que entender que esto que está sucediendo no tiene nada que ver con Chávez, que esto que está sucediendo es una violación de la Constitución. Deben pronunciarse, participar y orientar al pueblo. Nuestro pueblo no puede permitir que la Constitución y las elecciones se violen. Es cierto que si salimos Maduro nos va a reprimir, pero si él logra instalar el miedo, entonces él está ganando y tendríamos que decir que vivimos con un dictador y no podemos hacer nada. Hay que movilizar a los sectores pobres, son los que van a dar la pelea y son los que están peleando. Esta es la oportunidad para que todos los sectores nos movilicemos en contra de Maduro. Si algo demostró esta elección es que el chavismo está más vivo que nunca porque votó contra Maduro. La oposición también tiene que tener un mensaje para el chavismo, porque no se trata de darle garantías a Maduro, a Diosdado, eso es problema de ellos. Ellos verán qué hacen con todos los crímenes que han cometido. El chavismo lo que quiere es garantía de que se va a mantener la Constitución, la soberanía petrolera, de que se van a restablecer las garantías sociales de nuestro pueblo. Nadie está ahora en capacidad de pasarle por encima a la otra mitad de la población. No. Hace falta ponerse de acuerdo en torno al rescate de la Constitución y que la gente se unifique en torno a eso.

—Usted dice que tenemos un gobierno dictatorial, con una política de derecha, ¿a cuáles políticas de derecha hace referencia?

—Está muy claro. Cuando Maduro anunció su paquetazo económico en agosto de 2018, puso punto final a las políticas económicas de Chávez, es decir, lo primero que hizo fue anunciar un paquetazo monetarista, que son los paquetazos que hacen los neoliberales de derecha. ¿Qué significa eso? Que Maduro dijo: bueno, vamos a eliminar el déficit del Estado, en consecuencia, todos los proyectos sociales fueron eliminados, todos los programas de Chávez. Las misiones de Chávez fueron cerradas, no existen más, es decir, el pueblo se abandonó a su suerte, luego Maduro dijo que el gobierno de Chávez, el socialismo, había sido un falso positivo, que ellos iban a entregarle las empresas a los privados para que las dividieran, y a partir de allí, con el tema de la ley antibloqueo, todas las empresas habían sido entregadas a los privados, empresas que habíamos comprado y habíamos financiado. Nadie sabe de quién son ahora, están desaparecidas. Luego entregaron el petróleo. En 2018 Maduro emitió el decreto 3068 donde entregó el control del petróleo a los privados, pero a sus privados, se lo entregó a Alex Saab, a los grupos económicos que lo sostienen, creó la empresa petrolera de los militares. Es decir, Pdvsa se vino abajo, se repartieron las empresas públicas, impusieron una política de eliminar los proyectos sociales, dolarizaron la economía, pero mantuvieron los salarios, sueldos y pensiones en bolívares e inmediatamente le quitaron 11 ceros al bolívar. Esos bolívares los convirtieron en sal y agua. Entonces, tenemos hoy día el salario mínimo en 3,6 dólares mensuales, muy por debajo del umbral de la pobreza y eso es lo que ha llevado a la gente a la desesperación. Según la encuesta Encovi de la Universidad Católica, más de 86% de la población está en pobreza por ingreso, es decir, la gente no tiene ingresos para vivir. En 2012, nuestro salario mínimo era de más de 460 dólares al cambio. Maduro dice que esto es por las sanciones, pero no, nada de esto tiene que ver con las sanciones. Las sanciones lo agravan, pero ellos con una producción de petróleo de 700.000 y 800.000 barriles tienen bastante dinero, esa es la producción de petróleo de Colombia ¿Y qué hacen con ese dinero? Lo que hizo Tareck el Aissami, que se llevó 21.000 millones de dólares en petróleo que nadie pagó a Pdvsa ni al país. Es un gobierno que hace una política antipopular, antiobrera, antivenezolana, porque han entregado el arco minero a las empresas extranjeras, han entregado el petróleo a las empresas extranjeras, entregaron el Esequibo, porque no hicieron nada para defenderlo. Han entregado nuestra soberanía. Además, han hecho una gestión económica de derecha; esto es un gobierno de derecha, la represión que se ha desatado en el gobierno es algo que no tiene antecedentes en el país, porque en ningún gobierno había sucedido algo así tan abiertamente. Bueno, tal vez en el gobierno de Rómulo Betancourt. Pero este es un gobierno que, tal como dicen los organismos de derechos humanos, ha convertido la violación de derechos humanos en una política de Estado.

—Usted menciona que Maduro le entregó el petróleo a las empresas extranjeras, pero él en televisión vive atacando a las transnacionales como Exxon y Chevron.

—Sí, porque él hace un ejercicio tremendo del cinismo, porque mientras tiene ese discurso por un lado, a la Chevron le entregó los campos de la Faja y de Boscán en los términos que establece la licencia. Es decir, esos campos no los entregó Venezuela, los entregó la licencia de la OFAC y Maduro aceptó. La Chevron está produciendo 140.000 barriles diarios de petróleo, no pagan impuesto, no pagan regalías y ni siquiera le pagan a Pdvsa por ser el socio mayoritario. Ellos controlan el petróleo como sucedió en la época de Juan Vicente Gómez. Maduro tiene un doble discurso: habla contra la Exxon, pero favorece a la Chevron, es puro alardeo para confundir a incautos que creen que es un gobierno antiimperialista. Y no. Porque ha entregado este país de la peor manera posible. Ha sido peor que cualquier gobierno que hayamos tenido en la quinta o la cuarta república.

—¿Mantener ese doble discurso en qué beneficia a Maduro?

—Bueno, le da lobby, le da apoyo. La Chevron hace lobby a favor de Maduro en Washington y las empresas europeas, que quieren el gas de Venezuela, desde que lo enviaron a Trinidad y Tobago, hacen lobby en sus países por Maduro. Maduro está entregando a todo el país para comprar soporte internacional, pero ni que entregue todo la gente lo va a soportar, porque el problema es que no tiene apoyo interno, apoyo del pueblo. Está comprando tiempo, comprando supuestas lealtades, pero cuando la Chevron tenga la primera posibilidad de deshacerse de Maduro, lo va a hacer, porque no es un gobierno confiable, un gobierno creíble, un gobierno legítimo. Ellos tienen un severo problema, incluso con el capital transnacional al cual están entregando el petróleo en Venezuela.

—Usted dice que el madurismo ha confiscado partidos de izquierda, hasta abrió las puertas a la derecha. ¿Por qué Maduro hizo tal cosa, qué lo llevó a eso?

—Bueno, porque él sabe que el chavismo es muy aguerrido y el chavismo sabe cómo liquidar esta dictadura. Él no nos permitió a ninguno de nosotros hacer vida política en el país, a unos nos exilió, a otros los metió presos, a la mayoría los ha repremido, los ha asustado, porque sabe que el chavismo es una fuerza poderosa y él creyó que dejando a María Corina Machado recorrer el país libremente podía derrotarla y subestimó la situación. Él creía que el pueblo no iba a votar nunca por María Corina porque era una oligarca, porque era de derecha. Y fíjate, aparece Edmundo González, una persona absolutamente desconocida en la vida política y le ganó a Maduro; pero no fue que ganó, le dio una paliza, porque lo que hay es un plebiscito. Él creía que siempre podía estar manipulando al pueblo con la figura de Chávez, pero si Chávez estuviera vivo fuera el primero que estaría opuesto a Maduro, es capaz que ya le hubiera dado un golpe de Estado. Por mucho menos de lo que ha sucedido, Chávez se levantó en armas el 4 de febrero del 92.

—Pero Chávez tenía más personas de confianza, ¿cómo fue que Maduro ha borrado su legado si tiene gente al lado como Diosdado y Adán Chávez?

—Mucha gente se hace esa pregunta, qué pasó con los líderes chavistas. Unos se corrompieron, otros se quedaron tranquilos en el poder, otros tienen miedo, hay muchos dirigentes, oficiales, militares que prefirieron quedarse en una embajadita por fuera, y muy poca gente ha asumido la postura que hemos asumido nosotros. Mira que desde que yo asumí mi postura en 2014 me sacaron de Pdvsa y del Ministerio de Petróleo y después me sacaron del país, como embajador en la ONU, hasta que decidí renunciar al gobierno en 2017, sobre todo por la violencia en la calle. Eso nunca había pasado y yo no iba a ser parte de esa violencia, pero mucha gente se ha quedado callada. Por eso yo digo que el pueblo buscará otros líderes. Los que están ahorita en tono Maduro traicionaron a Chávez y se acomodaron. Tú ahora ves que los que eran antes simples soldados y oficiales hoy son grandes emprendedores, grandes potentados, andan con escoltas, con camionetas de lujo. Yo he hecho todo lo que puedo y me he convertido en víctima de la más terrible de las persecuciones, pero creo que era mi deber, yo no podía quedarme callado. A mí me han confiscado mi casa, me detuvieron a mi hermano Fidel, que no tiene nada que ver con la política, tiene dos años detenido en el DGCIM, se lo llevaron preso cuando yo anuncié que iba a ser candidato por el chavismo, que por supuesto no me dejaron; se metieron contra mi esposa, contra mi suegra, que tuvo que morir exiliada en Roma. Nos quitaron nuestras casas. Ellos me dijeron que me quedara tranquilo en una embajada en Suiza, me dijo en aquel momento el vicepresidente El Aissami.

—¿Qué papel juega Vladimir Padrino Lopez?

—Yo creo que Vladimir Padrino y el alto mando están faltando sobre lo constitucional. Ellos ahora hablan de una unidad cívico militar-policial. ¿De dónde sacaron eso? Es decir, que el Ejército no va a existir más para preservar los derechos del pueblo. ¿Nos van a dejar en manos de esa cantidad de policías represivos que ha creado Maduro? No, el Ejército tiene, por la Constitución, el deber de defender la Carta Magna y el artículo quinto establece que la soberanía reside en el pueblo, que se expresa en elecciones. Y cuando ellos están reconociendo un presidente que comete fraude y sale corriendo para que Elvis Amoroso lo proclame, están faltando a su responsabilidad constitucional y eso es muy malo y muy peligroso porque entonces abren las puertas a cualquier escenario. Lo que pase en el país es responsabilidad de la Fuerza Armada, porque ellos son los que han debido preservar los derechos del pueblo. ¿Qué los mantiene ahí apoyando a Maduro? Habrá que preguntárselo a Padrino López, pero están cometiendo un grave error histórico, porque una cosa es que la institución armada defienda la Constitución y otra es que la violen, porque la están violando. Entonces ellos no se han dado cuenta de que, incluso en un cambio de gobierno, ellos deberían estar allí y defender la Constitución, eso sería una garantía de que si se produce un cambio de gobierno en el país, no se desate una locura de violencia, porque puede haber violencia de lado y lado. Ellos son el gran árbitro y deberían ejercer ese papel, ser una Fuerza Armada que sea institucional, además que están muy claras sus facultades y obligaciones en la Constitución. A mí lo que me molesta es que a esos oficiales, que están asumiendo posición ahorita, no les ha importado la figura del presidente Chávez, porque él es un militar, dio bastantes muestras de que estaba apegado a la Constitución, dio bastantes muestras de que no iba a ir contra la voluntad popular; de hecho, cuando perdimos la reforma, la perdimos y ya está. Tienen el ejemplo de Chávez, porque siempre se subordinó.

—Pero en 2009, cuando la enmienda, Chávez mandó a los policías a echarle gas del bueno y meter preso al que saliera a trancar calles.

—Sí, está bien, puede haber errores, pero si Chávez, cuando perdimos la reforma constitucional, hubiera dicho mira no, no me importa lo que haya dicho la gente, yo hago la reforma, hubiéramos tenido una dictadura. Chávez nunca hizo eso, poniendo las cosas en el contexto que había, de tanta crispación política. La gente sabía que Chávez nunca iba a ser un fraude y nunca lo hizo y nunca iba a utilizar la Fuerza Armada contra el pueblo.

—¿Si Chávez estuviera vivo hubiese reconocido esta derrota sabiendo que tiene a los militares de su lado??

—Si Chávez estuviera vivo, primero, esto no hubiera pasado y, segundo, ya Chávez le hubiera dado un golpe de Estado a Maduro, no me cabe duda. Hubiera provocado una rebelión interna en contra de Maduro porque Maduro está violando no solo la Constitución sino los derechos del pueblo venezolano. Está disparando contra el pueblo, eso fue lo mismo que hizo la cuarta república, que por menos de lo que está sucediendo ahorita Chávez se alzó en arma contra ella.

—¿Fue buena idea para la oposición aceptar ir a elecciones sabiendo que el gobierno no reconocería la derrota?

—Sí. Las elecciones son un derecho, los venezolanos no podemos renunciar a nuestros derechos y las elecciones son una oportunidad de poner las cosas en su sitio. Antes de las elecciones la gente andaba con el cuento de que esto se arregló, porque la gente de Maduro abrió un restaurante en Las Mercedes. Y no. Las elecciones demuestran cómo están las cosas en el país y Maduro eso no lo puede ocultar, ha tenido que hacer toda esta patraña, burda patraña, y no lo puede ocultar porque no se puede tapar el sol con un dedo.

—¿Por qué cree que el gobierno adelantó las elecciones cinco meses?

—Primero, utilizaron la fecha del presidente Chávez, y les salió muy mal, porque fue en esa fecha de nacimiento que la gente los derrotó. Ellos hicieron el fraude en la madrugada, ya el 29, entonces le salió malísima la jugada y, segundo, subestimaron, creían que la oposición iba a ponerse a pelear entre ella, que no iban a poder tener un candidato unitario, que no tendrían tiempo de organizarse y resulta que sí. La gente se organizó y participó. Ellos creían que iban a hacer una elección exprés, resulta que no. La gente está cansada, la gente está harta y todo el mundo se preparó para ejercer su derecho.

—¿Reconocerán, después de varias semanas, la validez de las actas que muestre el gobierno? ¿Serán confiables?

—Claro que no, porque esas actas son automáticas. Esas actas, así lo dijo siempre Tibisay Lucena, salen de manera automática. Ellos, si están haciendo otras actas, como hizo este alacrán Brito, que mostró otras actas y no le cambió el código QR, saben que no saldrá bien. Ese código es como una huella dactilar, no las pueden modificar, y están ahí, las tienen escondidas, porque dan perdedor a Maduro. Ahora, dicen que el PSUV va a mostrar unas actas, después de 11 días esas actas están trampeadas. ¿Quién va a decir si son buenas, el TSJ de Maduro? Ellos lo que van a tratar es de enmendar la metida de pata que han hecho y justificar el fraude. Enrique Márquez, que no solo fue vicepresidente del CNE, sino que fue candidato, ha preguntado muy claro dónde están esas actas, el recibo original de las máquinas, pues los confiscaron y ahora deben estar haciendo, así como hacía la oposición, firmas planas para llamar al referendo. Actas chimbas para tratar de convencer al pueblo.

—¿Cómo avizora un gobierno abiertamente dictatorial, aislado por la comunidad internacional, incluyendo gobiernos cercanos a Maduro que han marcado distancia?

—Un gobierno muy frágil, en una crisis que se profundiza, porque las elecciones no resolvían esta crisis, las elecciones permitían dar los pasos en la dirección de corregir. Pero el país está muy mal, está en una situación de tremenda debilidad y se quedan abiertas las puertas de cualquier escenario y todo lo que suceda aquí será responsabilidad de Maduro y de la Fuerza Armada. Pero las sociedades no se suicidan, ya está bueno, han salido 7,7 muchachos del país, millones del país. ¿Cuántos más van a salir? ¿Se va quedar vacío el país porque a Maduro le da la gana? No, algo va a pasar.

—¿Por qué cree que Petro y Lula no firmaron el documento de la OEA?

—No lo sé, porque en la OEA se meten otros factores, otros países, pero América Latina está teniendo, por primera vez, una vocería propia en los problemas de América Latina y, aunque está muy bien la postura de Lula, Petro, está el ejemplo del presidente Boric. Él ha hablado por todo el cañón. Está hablando como lo haría Chávez, frontal, sin importarle las consecuencias. Le botaron el embajador, pero uno tiene que actuar de acuerdo con sus principios, y una cosa es ser un dirigente político y otra cosa es ser un presidente. Yo creo que a Maduro le cayó como un baldazo de agua fría la posición de estos gobiernos de izquierda.

—¿Cree que se pueda lograr la salida de Maduro sin el apoyo de la FAN?

—La Fuerza Armada tiene que participar en este proceso político, son fundamentales, tienen que asumir su responsabilidad y su mandato constitucional. Ellos, en el papel que están jugando ahora, de dejar que la policía madurista haga lo que les dé la gana con el pueblo y con el país, están incumpliendo su responsabilidad. En algún momento eso va a reaccionar, esto tiene que resolverse en cualquier sentido, y en cualquier sentido que se resuelva, la Fuerza Armada tiene que estar ahí, porque todo país debe tener una institución, la que tiene el monopolio de las armas, que sea capaz de mantener el orden; pero no en este orden. Este es un orden dictatorial. Es mantener un orden democrático donde prevalezca la voluntad del pueblo.

—¿Cómo ve la actuación de María Corina Machado y Edmundo González después del 28 de julio?

—Yo no puedo decir nada, porque yo tengo enormes diferencias con María Corina desde todo punto de vista, pero me parece que han actuado más responsablemente y más inteligentemente que el gobierno, eso está claro. Me parece que ellos están haciendo lo que tienen que hacer, y bueno, habrá que ver si le van a pasar por encima o no, pero ellos no pueden caer en la prepotencia o en ningún acto inconstitucional. Ellos se han mantenido tranquilos, sobre todo el señor Edmundo, esperando que se cumpla la Constitución, eso es lo que le corresponde. Creo que igual ha hecho Enrique Márquez, el otro candidato. Los candidatos, a excepción de los llamados alacranes, que ya sabemos quiénes son, creo que ante un atropello de la magnitud que están sufriendo, se han portado bastante equilibrados. No ha habido ninguna voz destemplada, ninguna patada a la mesa, porque la razón nos asiste, a todos.

—Recientemente dijo que le resulta ilustrativo de esta nueva realidad que los únicos que aplauden y guardan silencio en relación con el golpe de Maduro sean Fedecámaras, las transnacionales y la nueva burguesía revolucionaria. Pero, ¿no estarán ellos también sobreviviendo a la dictadura?

—Porque Maduro ha estructurado un gobierno de derecha y Fedecámaras se ha beneficiado de la eliminación de pensiones y salarios bajísimos. Todo eso le ha beneficiado a los directivos de Fedecámaras, porque hay una cantidad de empresarios que han sido robados, que no tienen estado de derecho, pero la institución, Fedecámaras, decidió apoyar y convivir con Maduro. Allí están aplaudiendo, pero ellos creen que pueden aplaudir solo una mitad del programa. Y no, cuando aplaudes a Maduro, estás aplaudiendo todo. Las medidas económicas les favorecen pero también la represión de la dictadura. Y cuando hablo de la nueva burguesía revolucionaria, que son los enchufados, es una realidad que están apoyando a Maduro. Una realidad absolutamente minoritaria en el país y ellos no expresan el sentimiento de los venezolanos ni lo que está sufriendo el país. Si me dijeras que la economía va buenísimo y que a los empresarios les ha ido estupendo… pero no, no es verdad. La economía tuvo una contracción desde que comenzó Maduro de 80%, todo el país está destruido. Fedecámaras lo está haciendo por oportunismo, beneficios individuales de los negocios que se hacen con Maduro.

—¿Debería Estados Unidos restablecer las sanciones al petróleo?

—Es que el tema petrolero de Venezuela ahorita no le interesa a nadie. Yo estoy en contra de las sanciones, pero aunque tenemos las reservas más grandes del planeta certificadas durante mi gestión, por cierto, el hecho de que Venezuela produzca 800.000 barriles le ha quitado toda importancia en el mercado petrolero internacional. Ya a Estados Unidos no le interesamos por el petróleo, porque ellos producen 13 millones solitos y tienen otras áreas como Guyana, donde esta la Exxon y la Cnooc de China, que les están mandando todo el petróleo que quieren. Por cierto, es un petróleo que es nuestro, pero bueno, Maduro lo dejó entregar. A Estados Unidos le interesa, en este momento electoral, que se desate otra ola migratoria, el madurismo lo tiene chantajeado de que si reciben o no a los venezolanos en la frontera con México, pero la administración que hay ahorita en Estados Unidos está de salida. Ellos están más bien preocupados en sus propias cosas y su segunda prioridad es sostener al régimen criminal de Israel y la guerra en Ucrania. Creo que ellos no se han manejado bien con Venezuela, creo que la administración Biden cedió a todo lo que pidió Maduro en las negociaciones secretas que siguen manteniendo y no obtuvieron nada a cambio.

—¿Cree que la institucionalización o formalización de la operación tun tun lo mantengan en el tiempo?

—Horrible. Esto siempre lo han hecho, pero ahora se ha incrementado. Si a algo se ha dedicado Maduro es a crear un aparato represivo, acuérdate de la operación OLP. Hay más de 8.000 ejecuciones extrajudiciales en los barrios, solo que ahora le está tocando la represión a todo el país. Estos señores llevaron el terror a los barrios populares, por eso es que los barrios estaban callados, por miedo. Lo de tun tun es facismo puro.

—¿Qué espera de María Corina Machado tomando en cuenta las diferencias que tiene con ella?

—Yo espero no solo de María Corina, si no de todo los sectores políticos, que nos pongamos de acuerdo en cómo restablecer la Constitución y las leyes, eso es lo más importante. Eso es como cuando cayó Mussolini aquí en Italia. Primero había que sacar al dictador, después abrir el juego político. Después los chavistas volveremos a estructurarnos, movilizarnos, a defender nuestros principios. Los otros partidos harán lo propio, pero primero hay que restablecer la Constitución.

—Su postura es la de volver al hilo constitucional y al camino de Chávez, ¿por qué razón habría que seguir esa ideología y la idea de ese socialismo? ¿Qué le hace pensar que es eso lo que quieren los venezolanos?

—Por su puesto que a la luz, después de todo lo que ha pasado, habrá que revisar muchas cosas, pero nosotros, con base en las políticas de Chávez, teníamos al país en una posición envidiable en América Latina, teníamos una economía que seguía en crecimiento después del sabotaje petrolero permanentemente, teníamos una situación de bienestar para los venezolanos envidiable, teníamos condiciones laborales óptimas. La gente estaba desarrollando un plan de vida, teníamos una discusión política, teníamos libertades. Yo estoy convencido de que es volviendo a las políticas de Chávez que vamos a salir de este abismo donde estamos y estoy convencido de que Maduro, por desviarse de ellas, nos ha llevado al caos de ahora.

—¿Y usted cree que lleguemos otra vez a esas cifras?

—Maduro nos la ha puesto durísimo, ha sido peor que lo que dejó la cuarta república, peor que cuando hubo el Caracazo. La situación de caos del país no tiene antecedentes, pero hay que insistir en recuperar el hilo constitucional para luego comenzar a trabajar por el país.

 

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