Para la mayoría de los analistas, resulta demasiado ingenuo que pese a los cientos de millones de dólares con los que la constructora Odebrecht ha sobornado a altos funcionarios y hasta presidentes de varios países, nunca han salido a la luz pública los numerosos casos que deben haber en la ciudad de Miami donde son multimillonarias las obras construidas por esa empresa.
Miami esta considerada como una de las ciudades de Estados Unidos donde existe mayor corrupción política-administrativa; se compran puestos claves como alcaldes, comisionados, cabilderos y además proliferan negocios sucios como lavado de dinero y tráfico de drogas.
El quincenario Qué pasa...Miami, (ya desaparecido) significaba en uno de sus artículos que desde los orígenes de los sistemas democráticos "han habido políticos corruptos, pero nunca con la desfachatez con que se han caracterizado en la ciudad de Miami últimamente. Para nadie es un secreto que, cada día, son más escasos los políticos honestos".
Resulta sintomático que las investigaciones sobre esa compañía comenzaron con informes de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense en los cuales se mencionaban a 10 naciones latinoamericanas y dos africanas que habían recibido coimas de Odebrecht y dejaban fuera cualquier referencia a Estados Unidos.
De esa forma desde Estados Unidos y mediante sus medios de comunicación, se iniciaron los ataques contra la brasileña Petrobras para tratar de adueñarse de esa importante empresa que recién había descubierto un enorme yacimiento en su lecho marino con no menos de 100 000 millones de barriles y lo más importante, atacar al gobierno progresista de Inacio Lula da Silva y de su sucesora Dilma Rousseff señalándolos como los culpables de todo.
Pero analicemos que como indica la oficina de relaciones públicas de Odebrecht, desde hace 29 años ha hecho obras en West Virginia, Texas, Pennsylvania, Luisiana y en La Florida, compartiendo el trabajo con 300 pequeñas empresas norteamericanas, que utilizaron 103 000 trabajadores.
El Diario de las Américas (fundado en Miami por elementos del dictador Fulgencio Batista que huyeron de Cuba para no tener que responder por sus crímenes) aseguró que el sello de esa corporación esta en todas partes de Estados Unidos y especialmente en las obras del Aeropuerto Internacional de Miami (MIA) con terminales en las áreas sur y norte del establecimiento aeroportuario y la construcción de la torre de control de tráfico aéreo; el Dolphin Parking Garage y una serie de murales en la Terminal Sur.
El Programa de Desarrollo de la Terminal Norte, valorado en cerca de 3 000 millones dólares, fue parte del proyecto Capital Improvement Program, del Condado Miami-Dade, estimado en 6 200 millones de dólares, que fueron destinados a la ampliación y el mejoramiento de la red de aviación en la primera década del 2000.
En el MIA, Odebrecht también se agenció la construcción del MIA Mover, el tren automatizado que conecta la terminal aérea con el Miami Intermodal Center.
El Sky Train, sistema de transporte que enlaza los extremos de cuatros áreas principales de la Terminal Norte, es otra de las obras civiles acometidas por Odebrech en el establecimiento aeroportuario de Miami-Dade.
En el Puerto de Miami, el Condado pagó 57 millones para el fortalecimiento de 1 600 metros de pared del muelle de carga que incluyó la mejora en el área de grúas.
La firma brasileña erigió el monumental American Airlines Arena, un escenario deportivo en el centro urbano de la ciudad, junto a la Bahía de Biscayne. Otra de las megaobras por casi 500 millones de dólares es el Adrienne Arsht Center for the Performing Arts, enorme complejo teatral de artes escénicas.
Además, Odebrecht construyó los edificios Fortune House, un hotel de apartamentos de 29 pisos; Ocean Steps, edificación con 15 pisos residenciales; y el Ritz Carlton Key Biscayne Resort & Spa, un proyecto hotelero residencial.
Cuadrillas de Odebrecht amplían la autopista 836 y la reconstrucción de los distribuidores de vías entre las avenidas 57 y 27 del noroeste, con una inversión cercana a los 150 millones de dólares, así como la ampliación de la avenida Krome, en el suroeste de Miami-Dade, proyecto estimado en alrededor de 300 millones de dólares.
Recordemos que uno de los primeros contratistas de Odebrecht fue el ultraderechista y contrabandista Jorge Mas Canosa, cuando en 1990 Mas' Church & Tower (ahora MacTec) firmó un convenio con esa corporación.
Y nos podemos preguntar: en la ciudad de Miami-Dade considerada entre las más corruptas de Estados Unidos, con decenas de sus dirigentes y funcionarios acusados y a veces condenados por diferentes delitos ¿no ha entregado Odebrecht coimas millonarias por los favores recibidos de sus autoridades para obtener las grandes obras que ha ejecutado?
Algo huele mal y aunque se trate de tapar algún día saldrá a la luz.