"La violencia es miedo de las ideas de los demás
y poca fe en las propias"
Antonio Fraguas de Pablo
Apenas se instaló en la Casa Blanca, el poderoso empresario Donald Trump, se terminaron de agudizar los conflictos en el mundo. Llegó para cumplir una tarea encomendada por el capitalismo, y hasta los momentos no se ha detenido un instante en los planes del imperialismo. Las tensiones se incrementan más por la vía económica, que, por el poder de las armas, pero esa es una de las líneas trazadas para presionar; de lo contrario, inventan cualquier excusa para atacar, como sucedió con Irak. Ahora nuevamente están recurriendo a esta manera de arremeter contra cualquier país, cuando dan demostraciones de superación–tecnológica– como viene sucediendo con el gigante asiático: China.
¿Cuántas excusas, y argumentos salen de la Casa Blanca para tratar de imponer su hegemonía? Lo de Irak, no se puede olvidar, porque es la mejor demostración del abuso de poder del imperialismo contra los pueblos de la tierra. La invasión llegó con una justificación tan burda, después de muchas noticias falsas –como vienen haciendo con nuestro país– el cual quedaron al descubierto, después de haber sembrado el hambre, la miseria, y la muerte con las consecuencias ampliamente conocidas; sin dejar de saquear todo lo que tenía un valor histórico, para finalmente dejar trabajando a las sanguijuelas del petróleo; la verdadera razón de su motivación para cualquiera invasión.
En estos momentos la voracidad del coloso estadounidense se ha incrementado en medio de grandes contradicciones, y el surgimiento de una gran fuerza opositora, el cual le viene respondiendo en ciertos casos, de la misma manera–enseñándole los dientes– y en otros con una "arma" muy poderosa: la bandera de la paz. No es mera coincidencia, los últimos acontecimientos desatados por el gobierno estadounidense, y reseñados de acuerdo a la conveniencia del imperialismo a través de los explosivos recursos mediáticos. Tienen en la mira a China, Irán, a Corea del Norte, y en lo que ellos, llamaban hasta hace poco su patio trasero: Venezuela.
Antes una realidad muy visible: las respuestas dependen de las condiciones económicas, y el poderío militar. China, responde con las mismas herramientas: aumento de aranceles a las exportaciones hacia los Estados Unidos, incrementando la deuda externa de ese país, con la misma China. Irán, tiene el control en el estrecho de Ormuz, el cual se lo conocen, como la palma de la mano, y por eso le lanzaron una advertencia, que parece haber surtido algún efecto: "cuidado se les ocurre alguna de sus estupideces, porque le vamos a volar los barcos". Corea del Norte, tiene un gobernante, consciente y conocedor de lo que es capaz el imperialismo, y por eso no baja la guardia, aun, cuando no rehúye al diálogo, como lo demostró recientemente al reunirse con el disparatado de Donald Trump.
El caso venezolano, es un ejemplo para el mundo, de cómo el gobierno estadounidense se vale de cualquiera artimaña para buscar apoderarse de los recursos naturales de países, donde creen tener la pelea ganada con el apoyo de cuanto lacayo se le acerca, y sino lo inventan, al estilo de los "héroes" de las películas de Hollywood. Todos los días, incrementan sus ataques con noticias en la mayoría de los casos falsas; verdaderas estupideces, el cual se caen por su propio peso. Sin embargo, la respuesta no se ha hecho esperar: la resistencia del pueblo, en apoyo a un presidente elegido legítimamente, y por el otro lado las marchas multitudinarias, recordándonos a la otrora Caracas la roja. Todo esto le dice al mundo: no somos violentos, ni somos un país de un número muy alto de habitantes, pero llevamos la sangre de nuestros libertadores sembrada en nuestras venas, y la conciencia está reverdeciendo, como los pastizales en época de invierno, para ayudarnos a mantener la dignidad; el verdadero faro de luz para los revolucionarios del mundo.
Estamos totalmente conscientes de esta lucha, porque sabemos que Trump, y su pandilla, más los títeres venezolanos no van a descansar en sus intentos de hacer añicos el proyecto bolivariano, tomando medidas muy severas para crear el hambre, y la miseria en el pueblo venezolano, en busca de un estallido social. En estos momentos podemos repetir la expresión de Fidel Castro: "Todas las clases reaccionarias en todas las épocas históricas, cuando el antagonismo entre explotadores y explotados llega a su máxima tensión, presagiando el advenimiento de un nuevo régimen social, han acudido a las peores armas de la represión y la calumnia contra sus adversarios."