Por allá en la década de los 70 se decía: "no somos nada" y ciertamente cada vez esa expresión se ha convertido en una suerte de perogrullada. En efecto, Rusia creó "el arma del juicio final" como respuesta al escudo misilistico estadounidense.
La revista alemana Stern calificó el misil interceptor ruso PRS-1M o 53T6M como "el arma del juicio final". Según el medio, las armas hipersónicas rusas superan a las de otras potencias, lo que permite decir que Moscú lidera la carrera armamentista en este terreno.
"Este proyectil interceptor se creó para una posible guerra nuclear y está diseñado para interceptar los misiles estadounidenses y proteger Moscú y otras ciudades", dice el trabajo periodístico.
El autor de la información, Gernot Kramper, observó que el PRS-1M es mucho más rápido y mortífero que sus antecesores.
"El PRS-1M es una verdadera arma del juicio final que puede ser usado solo en una guerra que destruya el mundo", opinó el periodista.
Según la revista, "los misiles hipersónicos son una respuesta de Moscú a la creación de un escudo antimisiles estadounidense". En 2002, Estados Unidos se retiró del Tratado ABM que prohibía este tipo de escudo.
Oficialmente, se afirmó que "el escudo debería repeler los misiles iraníes, pero en realidad estaba destinado a socavar el equilibrio del miedo, neutralizando los misiles estratégicos rusos. A su vez, Moscú trató de encontrar fondos contra misiles estadounidenses muy caros".
Se trata de un armamento, hasta ahora insuperable, pues "los nuevos misiles hipersónicos del arsenal del Kremlin son tan rápidos que no pueden ser interceptados por los sistemas antimisiles estadounidenses. Además, los proyectiles y las ojivas rusas siguen siendo controlables incluso a velocidades tan increíbles: los misiles convencionales no pueden reaccionar ante ellos". Así es el nuevo misil que protegerá los cielos de Rusia.
De acuerdo con la revista, para proteger Moscú de un ataque de misiles estadounidenses con ojivas nucleares, el PRS-1M no usa ojivas convencionales con un proyectil de fragmentación, sino que porta una ojiva nuclear con varios kilotones de explosivos y puede prenderle fuego a una gran altura.
Los medios rusos señalan, sin embargo, que en los últimos años se ha estado diseñando también una ojiva de fragmentación. El analista político Andréi Koshkin, consultado por el medio Sputnik, también confirma esta información.
"Si los estadounidenses necesitan cinco o seis misiles para destruir un objetivo, solo un misil ruso 53Т6M es suficiente para un blanco. Puede atacar el objetivo con un sólido campo de fragmentos que impiden que el cohete penetre hacia el objeto en nuestro territorio", explicó el profesor titular de la cátedra de politología y sociología de la Universidad Plejánov.
"Crear un misil de este tipo es un serio logro de nuestros diseñadores y especialistas de empresas de defensa. Muchos expertos de todo el mundo hablan de este misil", agregó Koshkin.
El misil interceptor PRS-1M / 53T6M es parte del sistema de defensa antimisiles Amur A-135. Las primeras pruebas tuvieron lugar en febrero del año pasado.
Que no haya dudas, el armamento nuclear que está diseminado en zonas del planeta Tierra, si llegaran a utilizarse, en cuestiones de segundo no quedaría piedra sobre piedra, pues sería la extinción de toda forma de vida. Definitivamente, "no somos nada".