1. En el sistema capitalista –por desigualdad y miseria- todo se compra con dinero; si se sabe disfrazar, hasta eso que llaman "amor", "conciencia" y "dignidad". Por ello no me explico cómo el Chapo no compró a gobierno y jueces para que su condena sea de cinco años, no de 30 o perpetua. En México la ideología de los EEUU ha penetrado tanto que muchos dicen que allí son muy honestos al no aceptar millones. Olvidan, o no quieren darse cuenta, que los EEUU son tan corruptos, tan drogadictos y asesino (o más) que cualquier país del globo. El Chapo ha asesinado a 10 o 20, pero los presidentes yanquis (Kennedy, Reagan, Bush…) con los bombardeos que han ordenado, han asesinado a 100 mil o 200 mil en países y pueblos invadidos.
2. Por ello le he puesto muy poca atención a los problemas domésticos, a los dos o tres asesinatos o muertes, cuando los imperios en bombardeos e invasiones, con sus políticas de robo y acumulación de riquezas, están asesinando y llevando a los pueblos a masacres y gigantescos políticas de explotación y hambre. Tomo al Chapo de ejemplo, pero hay miles como él que sirven de parapeto, de muralla, de "chivo expiatorio" –sobre todo los delincuentes por hambre- para protegerse, para tapar sus gigantescos crímenes. Dada la situación de miseria y desigualdad de la gran mayoría de los pueblos del mundo, pienso que el 95 por ciento de los empresarios y políticos del universo deberían estar en la cárcel.
3. Yo eso de las leyes nacionales e internacionales busco pasármelas por el "arco del triunfo"; y a los abogados más conocidos que transan todo con los gobiernos (del ejemplo en México: Coello Trejo, Fernández de Cevallos, Lozano Gracia, Velázquez, etcétera), que desprecio por igual. ¿Por qué los jóvenes abogados no se organizan y luchan para limpiar de la suciedad apestosa que rodea su profesión en las universidades desde hace más de 70 años? Hoy más que nunca: ante la política religiosa-moralista del presidente López Obrador, los abogados, jueces, todos los aparatos de "justicia", promoviendo protestas, amparos, perdones, se han dedicado a proteger a "delincuentes de cuello blanco", con ello a la sociedad capitalista dominada por ellos.
4. Es muy importante recordar que el priísta Ernesto Zedillo –después del asesinato del candidato Colosio del PRI, después de derrotar a Cárdenas del PRD y a Cevallos del PAN- llegó a la Presidencia en 1994 y el 31 de diciembre de ese año se publicó una reforma que aprobó el Congreso, entonces de mayoría priista, para reducir de 26 a 11 el número de ministros de la Suprema Corte. Se contemplaba que el presidente enviara al Senado una propuesta de 18 candidatos para elegir a nuevos ministros y así renovar por completo a sus integrantes. Así fue como Zedillo definió la reforma a la SCJN que impulsó su gobierno, durante el 1 de septiembre de 1995. Reitero que "se acabaron los tiempos de los nombramientos políticos y las influencias del presidente sobre la Suprema Corte". Pero obviamente nunca se acabaron.
5. Y decía al respecto un comentarista: "No solo queremos los mexicanos una renovación, la exigimos y más importante es que de una vez por todas se derribe este "tótem" de las autonomías como la SCJN. Los magistrados no son omnipotentes, no son incuestionables, no son dioses intocables, no son infalibles. También pueden ser tocados por la corrupción como ya se ha visto en donde sirven de tapadera de intereses y poderes políticos y económicos en un clientelismo, prostituyendo la justicia al mejor postor o nepotismo para sus allegados políticos o amigos como repetidas veces en cada resolución que han tomado y que ha sido una afrenta para la nación y el pueblo de México".
6. ¿Decidirá López Obrador –mejor que el priísta Zedillo- deshacerse de los jueces corruptos de la SCJN y toda su parentela de cientos que ocupa cargos menores? ¿Actuará de esta misma forma con los consejeros del INE, impuestos en arreglos entre partidos políticos que hoy no representan fuerza alguna? Se pregunta: ¿Por qué partidos políticos y sus miembros siguen siendo escuchados a pesar de que han gobernado dejando a la población más miserable? ¿Con qué autoridad pueden abrir la boca y salir a la calle los políticos del PRI, PAN, PRD, si después de firmar el llamado "Pacto por México" demostraron que esa "pacto" sirvió para profundizar la miseria del país y para continuar saqueando como funcionarios el presupuesto público de México?