¿En qué consiste el peligro del acelerado cambió climático?

Jueves, 29/08/2019 09:31 AM

Un último informe reciente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sobre las perspectivas del medio ambiente pronostica que hacia el 2050 la Tierra quedará completamente destruida por el cambio climático.

En el informe sobre el estado del medio ambiente, la ONU indicó que la destrucción sería provocada por la desaparición de la capa de hielo del Ártico, el aumento de las muertes por contaminación del aire en las ciudades y la extensión del desierto en amplias regiones de la Tierra.

La alerta de Naciones Unidas especificó, en su dossier de 740 páginas y presentada recientemente, que el deshielo del Polo Norte devastaría esa región, privando el balance ecológico de la zona y, en consecuencia, su efecto también se notaría en el resto de nuestra Madre Tierra.

El documento detalló que la temperatura media del Ártico sufriría un aumento de entre 3 y 5 grados centígrados en los próximos 30 años.

De acuerdo al estudio, en el 2050, unos 4 mil millones de personas vivirían en tierras desertificadas, sobre todo en África y el Sur de Asia, en este sentido, confirmó que la contaminación del aire mata ya a siete millones de personas cada año.

Los elementos contaminantes en el entorno ambiental provocarían que los antibióticos no fueran efectivos en los humanos, subrayó para después apuntar que esta circunstancia sería la primera causa de muerte en el mundo para el 2050.

La investigación, realizada por 250 especialistas internacionales, apostilló que la única solución para revertir este escenario apocalíptico residiría en que se redujera de forma drástica la emisión a la atmósfera de los gases tóxicos que emiten los vehículos, las industrias y las calefacciones de las casas, entre otros.

En concreto, los expertos recomendaron una reducción de la emisión a la atmósfera de los gases tóxicos de 40 por ciento en el 2020 y un 70 por ciento en el 2050.

El informe ratificó que se podría frenar el aumento de la temperatura de la Tierra en 2 grados centígrados, una cifra establecida previamente en el Acuerdo de París contra el cambio climático.

El fenómeno natural del cambio climático que miles de personas en diferentes lugares del mundo diariamente lo están sufriendo y experimentando en carne propia, excepto por el presidente estadounidense, Donald Trump, que decidió sacar a su país del Acuerdo de París, en junio de 2017, por considerar que el pacto era contrario a los intereses de la primera potencia económica del mundo; es decir: Estados Unidos.

Desde entonces, multitudinarias movilizaciones a lo largo de EEUU se han ido sucediendo en busca de combatir el calentamiento global y mostrar su rechazo a las políticas energéticas de Trump, que en convivencia con la industria petrolífera de su país sigue negando que el aumento de las temperaturas en la Tierra se deba a la industrialización sin mesura del hombre del siglo XXI.

También habló el Secretario General de la ONU

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha lanzado una alerta mundial por las consecuencias irreversibles del cambio climático. Advirtió que queda muy poco tiempo para revertir sus efectos negativos si se mantiene las actuales tendencias.

Las cifras del nuevo reporte de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) son muy preocupantes. La ONU alerta que el problema no es la falta de avances tecnológicos ni las herramientas necesaria, sino la falta de determinación para actuar.

Los dos millones de desplazados, los 49 000 millones de dólares en pérdidas, los 1600 muertos en incendios forestales o el aumento del hambre debido a las sequías son algunas de las consecuencias que se dejó el calentamiento global en 2018.

El país más afectado en términos económicos el año pasado por el calentamiento global fue EEUU cuyo presidente, Donald Trump, decidió en 2017 abandonar el Acuerdo de París (2015).

Derretimiento del Ártico

El derretimiento acelerado del permafrost en el Ártico podría duplicar el efecto de calentamiento producido por los gases de invernadero que son liberados por el suelo, como el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, lo que podría exacerbar el cambio climático.

Este “gigante dormido” escondido en las tundras de Canadá y otras regiones septentrionales de todo el mundo podría transformar paisajes enteros en cuestión de meses, advierten Merritt Turetsky, de la canadiense Universidad de Guelph, y sus colegas en un artículo publicado en la revista Nature.

Su investigación ha mostrado que la región del Ártico actualmente se calienta dos veces más rápido que la media mundial, y esto provoca que el permafrost —o suelos congelados— se derrita, a menudo por primera vez en miles de años.

En contraste con el derretimiento gradual, el carácter abrupto de este proceso actúa en tiempo acelerado sobre las reservas de carbono más profundas, lo que deriva en la liberación de metano, un gas que tiene un efecto invernadero mucho más fuerte que el dióxido de carbono.

“Estamos viendo a este gigante dormido despertarse justo frente a nuestros ojos. Está ocurriendo más rápido de lo que nadie predijo”, advirtió Turetsky, y agregó que ha podido comprobarse que, aunque la “abrupta descongelación afecta a menos del 20 por ciento de la región del permafrost”, las “emisiones de carbono de esta región relativamente pequeña tienen el potencial de duplicar la retroalimentación climática asociada”.

Frente a esta situación, el equipo de científicos recomienda reforzar los controles sobre este sector del Ártico y los efectos de su deshielo, con la consecuente reformulación de las políticas de gestión ambiental.



EEUU principal afectado

Los cambios climáticos planetarios causarán pérdidas de miles de millones de dólares a la economía estadounidense y matarán a miles de personas, concluye el cuarto informe de la Evaluación Nacional del Clima (NCA, por sus siglas en inglés), proyecto iniciado en 2000 en el que participan distintas agencias gubernamentales de EEUU.

En el reporte, cuya segunda parte se publicó, se indica que “condiciones (meteorológicas) más cálidas y secas han contribuido a un aumento de los grandes incendios forestales en el oeste de Estados Unidos y en Alaska interior”, y que los fenómenos extremos son “más frecuentes, intensos, extendidos o duraderos”.

El informe, escrito antes de los recientes incendios de California, así como de los huracanes Florence y Michael, cifra el perjuicio económico causado por fenómenos atmosféricos al país norteamericano desde 2015 en cerca de 400 mil millones de dólares, monto superior al producto interno bruto anual de países como Irlanda, Sudáfrica, Dinamarca, Colombia o Chile.

Los resultados del reporte contradicen reiterativas declaraciones en que el presidente norteamericano, Donald Trump, ha dudado o se ha opuesto al consenso científico sobre el calentamiento planetario. Incluso ha dicho públicamente que este fenómeno natural sobre el cual no está preparado la especie humana para contrarrestarlo es un “invento chino”.

Trump tuiteó: “Amplia y brutal ola de frío podría destrozar todos los récords. ¿Qué es lo que ha pasado con el calentamiento global?”, apoyándose en la meteorología de unos días en EEUU para negar las tendencias globales de fondo, observables en numerosas partes del mundo.

Días antes, el mandatario había dicho seguir pensando lo mismo sobre el asunto tras constatar los destrozos causados por los incendios de California (suroeste): “No, no, tengo una opinión fuerte. Quiero un gran clima. Vamos a tenerlo y vamos a tener bosques que serán muy seguros, porque no podemos estar así”, dijo, según lo citó la cadena CNN.

Trump retiró a su país en junio de 2017, pocos meses después de llegar al cargo, del Acuerdo de París sobre el cambio climático de diciembre de 2015, firmado por 195 países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y así evitar un aumento general de las temperaturas. Ninguno de los firmantes está cumpliendo lo acordado, según el mismo canal televisivo.

EEUU con una población de unos 230 millones de ciudadanos, es el segundo contaminante del mundo, le antecede la China, luego está la India, Rusia, Japón, Alemania, Irán, Arabia Saudí, Corea del Sur, Canadá, México, Indonesia, Brasil, Sudáfrica y Turquía. Son los principales países emisores del mortal venenoso Dióxido de Carbono (CO2).

Ante esta disyuntiva apocalíptica la humanidad como único plan B para salir de esta amenaza terminal, debe asumir como sistema al socialista, toda vez que la vorágine del capitalismo salvaje es la causan de la amenaza que se cierne sobre la faz de la Tierra, amenaza que va sin miramiento contra toda forma de vida en nuestra Madre Tierra.

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