En su decimoctavo aniversario

El atroz atentado criminal del 11S y sus únicos responsables…

Lunes, 09/09/2019 09:04 AM

Abundante material ha sido publicado por el Gobierno estadounidense sobre el ataque y destrucción de las Torres gemelas de Nueva York en septiembre 11 del 2001 y mucho más copiosa aquella otra documentación que pone en entredicho la tesis oficial de que ese bárbaro y sangriento atentado fue el producto de una concertada acción terrorista internacional y apunta a señalar, con infinidad de pruebas irrefutables y preguntas sin respuestas, que ese vil y monstruoso suceso que cegó la vida de más de tres mil personas, fue provocado por los poderes fácticos del imperio yanqui, dentro de su histórico empeño de modificar la geografía política del Medio Oriente, sobre la base de generar el “necesario” casus belli, para intentar justificar la puesta en marcha de ese perverso proyecto violatorio del derecho internacional, que el capitalismo depredador le vendió al mundo occidental como la impostergable cruzada para llevar para siempre la libertad y la democracia a los pueblos de esa región expoliada y mil veces atropellada por las políticas neocoloniales de este mundo occidental y cristiano…

Ya sabemos que en eso de mentir, los gringos son especialistas y reincidentes: Pearl Harbor*, la voladura del acorazado Maine en el Puerto de la Habana en 1898, la falsa agresión de la bahía de Tonkín, Vietnam 1964, las armas de destrucción masiva de Hussein en 2001 y, entre otros más, la masacre de la Plaza Verde de Libia para asesinar a Gadafi en 2011.

Y tanto fue así que vimos cómo de inmediato de ocurrido el dantesco crimen del World Trade Center, sin tener prueba alguna se señaló como culpable de ello al grupo islamista Al Qaeda, grupo éste que, por paradójico que parezca, había sido creado a instancias de Washington para lograr la expulsión de los Soviéticos de Afganistán (1978/92) y que ese grupo, de manera enfática y reiterada, negó en la voz de su mando histórico, Bin Laden, su participación en el hecho e igualmente se puso en ejecución la invasión sucesiva de Afganistán, de Irak, para agregar luego a Libia y Siria, aun cuando en éste último país, los intentos yanquis por domeñarlo le han resultado todo un fracaso…



Luego de transcurridos dieciocho años de ese atroz y criminal atentado, cuyas causas y responsables más temprano que tarde será posible identificarlos sin lugar a equívocos, pues quienes desde un primer momento han cuestionado los resultados del Informe Oficial, sobre la base de muy sólidas pruebas y testimonios que, pese a la censura y a la presión ejercidas mediáticamente para que tales evidencias y alegatos no sean difundidos, han logrado salir a la luz pública gracias a la Internet, mediante miles de informes, conferencias, declaraciones de las víctimas de la tragedia, folletos, libros que apuntan a considerar, sin bemoles, que la tesis oficial es una gran farsa, que sólo intenta ocultar las verdaderas causas que están detrás de esos atentados y que, sin mayores análisis llegan a la plena convicción de que los autores intelectuales de los mismos fueron los sectores neoconservadores y más retrógrados de los Estados Unidos y sus operadores materiales lo fueron George W. Bush, Dick Cheney y Donald Rumsfeld que sólo actuaron con la mira puesta, efectivamente, en el petróleo del Medio Oriente.

Intentar resumir los aportes probatorios de quienes llegan a esa conclusión de que el 11/09 la administración de W Bush provocó esa tragedia, es tarea que nos ocuparía interminables cuartillas, por lo que sólo nos detendremos a resaltar aquellos testimonios y/o declaraciones que, en nuestro criterio, son más que suficientes, al menos para poner en absoluto entredicho la versión oficial y que, también, tal y como lo vienen exigiendo los grupos que reclaman la verdad, identificados por los medios del sistema para desprestigiarlos como los “teóricos de la conspiración”, que se abra un amplio proceso de investigación que reexamine los resultados del Informe Oficial a partir no solamente de las evidencias que han manejado los investigadores del Estado, sino conjuntamente con las pruebas a granel que han acopiado el “Movimiento Por la Verdad Sobre el 11/S” (The 9/11 Truth Movement) y el resto de las cientos de agrupaciones de la sociedad estadounidense que se han venido constituyendo en torno a ese movimiento para apoyar con sus propias investigaciones la plena convicción de que en esos hechos están implicados los poderes fácticos de los Estados Unidos…

Vale resaltar que quienes integran el Movimiento son, en su gran mayoría, apartando a las propias víctimas y estamos hablando ya de miles, son profesionales de muy diversas especialidades, muchos renombrados y destacados profesores y científicos de universidades prestigiosas, así como una ingente legión de ingenieros estructurales, arquitectos (ya pasan estas dos especialidades de los un mil quinientos), físicos, químicos, ex militares jubilados de los organismos de inteligencia en grados de generales, coroneles, tenientes coroneles; ex agentes de la CIA, aviadores, bomberos, intelectuales, filósofos, técnicos en demoliciones, politólogos, psicólogos, psiquiatras, etcétera, etcétera, de manera que se trata de un grupo muy numeroso y respetable de la sociedad estadounidense al que hay que prestarle la debida atención…

Veamos, en lo que sigue, esta pequeña muestra de declaraciones y observaciones a que nos referimos, las cuales concluyen en que ese oprobioso y criminal acto fue un casus belli fabricado exprofeso:

1) El Director del FBI, Robert Mueller aseguró a los medios de comunicación días después de los atentados que: “No tuve conocimiento de ningún aviso sobre este tipo de operación en el país” y no obstante tal aseveración, este sujeto un mes y medio antes del atentado, le aconsejó al Secretario de Justicia, John Ascroft, "que no utilizara más aviones de línea" (de compañías aéreas privadas)…

Pero hay más sobre el mismo tópico. En Informe escrito que le presentó el Director de la CIA, George Tenet, al Presidente Bush el 6 de agosto de 2001, es decir, un mes y pocos días antes de la tragedia y bajo el título: “Bin Laden decidido a atacar en Estados Unidos” le comunica que, efectivamente, el terrorista saudí “podría estar planificando uno o varios ataques atentados secuestrando aviones norteamericanos desde el propio suelo estadounidense”.

Amenazas esas, muy importante añadirlo, que ya antes le fueron advertidas oficialmente el Gobierno del Señor Bush, tal y como lo reseñamos seguidamente:

a) La agencia de espionaje alemán, BDN, según información del diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung del 14 septiembre 2001, le comunicó en junio del 2001 a sus contrapartes estadounidenses e israelitas que terroristas del Medio Oriente “planeaban piratear aviones comerciales y usarlos como armas de ataque contra símbolos importantes de las culturas estadounidense e israelí”;

b) El 15 de septiembre de ese fatídico mes, el presidente ruso, Vladimir Putín, confirmó que él mismo, en agosto, le había ordenado a las agencias de espionaje de su país que le advirtieran al gobierno estadounidense —“de la manera más enfática”—que ataques contra aeropuertos y edificios gubernamentales eran inminentes. (Fuente: Wildernes Web Site; MSNBC);

c) El Sunday Telegraph, periódico ultra conservador de Londres, reportó que el Mossad israelí, le “había advertido al FBI y a la CIA en agosto que aproximadamente unos 200 partidarios de Osama bin Laden se estaban colando en el país para preparar una gran agresión contra los Estados Unidos”, información esa que confirma el diario Los Ángeles Times en su edición del 16 de septiembre del 2001;

2) Pero esto que sigue ya llega a los extremos de lo “inaudito”, por decir lo menos: luego del trágico suceso, durante los días 12 y 14 de septiembre, aún saliendo todavía el humo asfixiante del lugar, esto declararon lo más altas figuras del Gobierno norteamericano:

W. Bush: “Nadie de nuestro Gobierno ni del precedente, podía prever que aviones secuestrados se estrellarían contra edificios a una escala masiva”;

Dick Cheney (Vicepresidente): “No existía una amenaza particular sobre una operación terrorista interna o sobre lo que sucedió en las ciudades de Nueva York y Washington con aviones de línea secuestrados”;

Collin Powell (Secretario de Estado): Se encontraba de vista oficial en Lima al suceder el ataque y esto cuenta el Ministro de Relaciones Exteriores del Perú, Diego García Sayán quien hacía parte de la reunión de Powell con el Presidente Alejandro Toledo: Se le acercó al Canciller gringo uno de los integrantes de su seguridad y le entregó una nota: "Powell leyó el mensaje y nos comentó que había sucedido un accidente. Una avioneta se había estrellado contra una de las Torres Gemelas. No había ninguna información más, así que seguimos con la conversación."

Condoleeza Rice (Consejera de Seguridad Nacional): “No creo que nadie hubiera predicho que intentarían usar aviones secuestrados como misiles”;

Ari Fleischer (Portavoz de la Casa Blanca): “Está claro que algo imprevisto ocurrió ayer en Nueva York, sobre lo que no teníamos información específica”.

¿Será necesario que agreguemos algo más ante tanto descaro para que pongamos en total duda la versión oficial después de leer esas declaraciones de los más altos responsables del Gobierno, para entender por qué ocurrió ese atroz crimen en Nueva York y Washington ese 11 de septiembre de 2001?

Suficiente lo que hemos señalado, aun cuando quizás vale que agreguemos, a modo de epílogo, estos dos datos que siguen y que creemos, son bien relevantes:

El comentario que hizo el más fiel servidor del neo liberalismo norteamericano, Francis Fukuyama (¿recuerdan al personaje del “Fin de la Historia”?) al enterarse del terrible espectáculo del 11S: “A este respecto, los ataques del martes fueron una saludable lección para Wall Street” y, además, haberle enviado a sus amos del sistema, del sistema que él ensalza, este mensaje: “La liviandad de la nueva economía no te protegerá de los derrumbes de concreto, tu única esperanza en esta clase de crisis es el heroísmo de los bomberos y los policías. Microsoft o Goldman Sachs no enviarán aviones de transporte o F16 al Golfo para destruir a Osama bin Laden, sólo los militares lo harán”.

Más claro, imposible…!!!, pero veamos este otro episodio:

El teniente Delmar Edward Vreeland, quien fue detenido a comienzos del 2001 por las autoridades canadienses, acusado de delitos de fraude con la tarjeta de crédito, declaró a la policía que había obtenido durante su estancia en Rusia, información sobre la preparación de los atentados en Nueva York, lo cual la policía nada le creyó, pues había mentido sobre un supuesto hecho de asesinato de un diplomático canadiense en Moscú, cuya muerte había sido provocada por sobredosis de depresivos y alcohol. Sin embargo, el 12 de agosto de 2001, Verreland le entregó a la policía canadiense un sobre cerrado que contenía sus declaraciones acerca de la preparación de esos atentados, al cual la policía tampoco le concedió importancia alguna, pero sucedió que luego de ocurrido el desastre, el 11S, exactamente tres días después, el día 14, resuelven abrir el sobre y ¡oh…, sorpresa!, adentro se halló, como lo narra Thierry Meyssan en su libro “La Terrible impostura”: “una descripción precisa de los atentados cometidos tres días antes en Nueva York. De inmediato se interrogó al Pentágono, pero la respuesta que se recibió era que (el teniente) Delmart “Mike” Vreeland había abandonado la Marina en 1986 debido a su limitada capacidad y que jamás había sido destinado a la inteligencia naval”.

Agrega Meyssan: “El Procurador Federal (quien manejó ese caso en los estrados judiciales) descartó las afirmaciones de Vreeland exclamando ante el Tribunal Superior de Toronto: “¿Es posible esta historia? No puedo decir que sea posible, sólo que no es plausible”.

Para cerrar la nota dejamos estos tres vídeos que fueron colgados en la Internet, respectivamente, en los años 2017, 2016 y 2012, que aportan en conjunto, pero más aún este último del 2012, información técnica y detalles de los atentados que nos llevan a la inequívoca conclusión de que, efectivamente, los atentados del 11S han sido parte de un plan perfectamente diseñado para provocar esa tragedia con el fin de justificar lo que fue la agresión brutal y criminal del poderío estadounidense contra Afganistán e Iraq, con la complicidad del Estado Sionista de Israel y del reino de Arabia Saudita:

https://www.youtube.com/watch?v=66rH73BcMp4

https://www.youtube.com/watch?v=7_cq1mC1dDs

https://www.youtube.com/watch?v=TGQ9BEekA50



Nota:

(*) “El 8 de diciembre de 1941, la aviación japonesa bombardea la base naval norteamericana en Pearl Harbour (Hawai). Una parte importante de la flota estadounidense en el Pacífico es destruida, y 2.500 militares perecen en el ataque. En 1993, la publicación por parte del servicio secreto británico de 1.300 documentos permitió conocer que Churchill conocía de antemano los planes de ataque japonés. La información se la había suministrado Washington. Los servicios de inteligencia norteamericanos habían descifrado los códigos e interceptado los mensajes entre el Gobierno japonés y sus embajadores, agentes y espías en todo el mundo de forma que las altas autoridades de Washington conocían secretamente la creciente disposición del Gobierno japonés a ese ataque. No sólo no procedieron a avisar a su propios soldados, ni a tomar las medidas de seguridad necesarias, sino que colocaron un anzuelo. Días antes del ataque, desplazaron de Pearl Harbour los portaviones, que luego serían decisivos en la superioridad militar yanqui, y reunieron una buena cantidad de navíos secundarios, pero que constituían la oportunidad que estaba esperando el militarismo nipón. Lo que antes era un rechazo popular, y también de la mayoría de representantes políticos, a la entrada en la contienda bélica se transforma en la movilización general de todo el país para la entrada en guerra” (http://lagranfarsa11s.blogspot.com/2008/06/bombardeo-japons-pearl-harbour.html)

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