"Juez de malas artes es el que no escucha a las dos partes"
PROVERBIO ESPAÑOL
Los Estados Unidos, a través de unos de los personajes más siniestros, que ha pisado la Casa Blanca, se ha lanzado por la calle del medio para tratar de imponer el miedo, y el terror, como cualquier guapetón de barrio, en la presente reunión de la ONU. Su único objetivo apoyar descaradamente al autoproclamado, sin importarles su paseíto por suelo colombiano, dándose la mano con la macabra organización narcoparamilitar (LOS RASTROJOS). El imperialismo ha desatado una tormenta, al tratar de patear la mesa, queriendo imponer al verdadero usurpador del estado de derecho en Venezuela (EL INTERINO) para buscar la manera de acabar con el gobierno del Presidente Nicolás Maduro, después de los reiterados fracasos en suelo venezolano.
La intervención de Donald Trump, ha despertado los más variados comentarios. Todos coinciden en catalogarlo, como una verdadera perorata, propia de una persona fuera de sus cabales. El demonio se desató, dejándole el camino abierto a uno de sus títeres Mike Pompeo, para que vomitara las mismas estupideces, rechazadas mil veces por el pueblo venezolano en alegres, y combativas marchas en la gran Caracas. El adefesio presentado por el gobierno estadounidense fracasó, a pesar de las reiteradas ofensivas por imponer a un personaje fuera de la constitución venezolana.
La actuación de los representantes del imperialismo estadounidense en la ONU, es una muestra más de lo que son capaces, y por ningún motivo el pueblo venezolano puede bajar la guardia, porque la intervención armada la cargan en la agenda, como una prioridad. No se van a dar por derrotados; saben perfectamente, que en Venezuela se ha despertado, como un verdadero volcán, un movimiento antiimperialista, el cual fue sembrado por el Comandante Chávez, y en el momento más oportuno está germinando en la conciencia de millares de compatriotas, dispuestos a dar la vida por la patria.
Lo he venido repitiendo; el autoproclamado se desinfló, pero al gobierno de Donald Trump, no le queda otra, sino seguir con el monigote en el hombro, hasta el momento de largarlo, como una verdadera piltrafa humana. Es tan evidente la intromisión del gobierno de los Estados Unidos, que, si alguien duda, lo pueden corroborar, cuando trataron de meter camuflado a un representante del usurpador venezolano, y hasta los momentos ha hecho el ridículo, pero sirve de ejemplo, de cómo el imperialismo quiere imponer todo por la fuerza, teniendo como último recurso una invasión.
Esta septuagésima cuarta asamblea de la ONU, es otro traspié para Donald Trump, y su claque. El resultado está a la vista de todo el mundo: el acostumbrado show mediático con el mismo estribillo, pero, con un arma menos; el recurso de inventar se les agotó, por eso se presentan con la misma careta; y carnaval con los mismos disfraces por lo general pasa desapercibido. A lo lejos se oye a Elliot Abrams, con sus alaridos anunciando nuevas medidas económicas, contra Venezuela, buscando sembrar el desespero, el desanimo y la angustia entre los venezolanos; una prueba más que el imperialismo trata de jugar con la mente de los pueblos para cometer sus fechorías.