En la política, nada es casualidad

Domingo, 29/09/2019 09:57 AM

Dos potencias surgieron después de la II GM, la vieja Unión Soviética y Estados Unidos, ambos agentes de las viejas órdenes mundiales, empadronando las diversas invasiones y el otro a las resistencias, transformando territorios foráneos, en campos de adiestramientos de sus dispensables soldados en los escogidos centro de ensayo y laboratorios de sus novedosas armas. Sin compasión y con intención, dejan atrás sus secuelas escrita en las historias de las naciones participantes marcadas, millones de muertos, amputados, refugiados, y peyorativamente sembraron odios, divisiones y disputas entre ambos insignes, inocentes e inconscientes pueblos, manipulados e irritados, obvian a sus verdaderos verdugos, e ignorantemente se culpan mutuamente. División exitosa por un largo periodo.

Actualmente con la nueva federación de Rusia, presidida por Putin, muy consciente de la existencia de la milenaria sociedad secreta, conocida en la actualidad por pocos como la MKR, creador de la globalización y dictaminador de las órdenes mundiales. Vladimir Putin, es el único que se percibe más que dispuesto, a confrontarlos, e igualmente apoyar, auxiliar y amparar a las resistencias o naciones, que desean resistirlos.

Durante los gloriosos años de Egipto, presidida por Jamal A. Nasser, fue la única madre y padre del mundo árabe, auxiliadora, patrocinadora y financiadora, de todas las resistencias árabes y africanos, para confrontar a los agresores y las salvajes arremetidas del colonialismo y el sionismo del siglo XX. Nasser era acosado por los mismos agentes imperiales, pero con diferentes apellidos. Al posicionarse y no doblegarse, fue perseguido hasta que finalmente, partió envenenado por las realeza árabe, y se presume con la participación del ministro de defensa e insidioso, Anwar al Saddat.

Luego, el verdugo Saddat, llegó a la presidencia con el apoyo de los agentes NOM, recompensado por su alevosía en la supuesta guerra de seis días. Sumisamente y obedientemente Anwar Saddat, se embolsó grandes patrimonios, desertó a todas las resistencias y naciones quienes estaban arremetidas, subyuga y humilló, a todos los egipcios por generaciones, con tan solo firmar el cobarde y vendido acuerdo de Camp David. Años transcurrieron y Saddat, fue víctima de su propia creación, el ministro de la defensa de entonces era Hosni Mubarak, le arrebató la presidencia al instante que asesinaron a Saddat, en un desfile militar. (En la política, nada es casualidad)

Después tumban a Mubarak, creando la primera elección libre y democrática, gana Murci, rápidamente lo encarcelan y muere en prisión. En la actualidad, solo se presume que la semilla del nacionalismo árabe y el nasserismo, brote en las entrañas o almas, de los humillados y traicionados regimientos, o los patriotas oficiales y los valerosos pero armados soldados, en la tierra de Nasser.

Momentáneamente la moralidad y los razonamientos prácticos, se encuentra rechazadas o suspendidas, ya que la madre del mundo árabe está adormecida, sometida y peor aún presidida por el sionista, sobrino materno del Uri Sabbagh, secretario israelí desde 1961/1981 del partido político de Ben Gurrión. Abdul Fattah Sisi, presidente de Egipto, usurpa el poder con un golpe de estado, al único gobierno egipcio elegido democráticamente por el pueblo.

Mientras Egipto estaba y sigue estando entorpecido, ninguna rica nación o monarquía árabe tuvo el valor o el honor de tomar las riendas, del bizarro y muy peligroso rol de empadronar a las resistencias. Hasta que surgió la revolución de la república islámica de Irán, con mucho orgullo y placer tomó el glorioso rol no solo de empadronarlos, sino de financiarlos, adiestrarlos y fortalecerlos.

En la actualidad las resistencias pasó a ser catalogados por los estrategas militares israelíes, Hezbulah (resistencia de Líbano) es el mejor preparado y organizado ejército del mundo. Ansaralah (resistencia de Yemen) todos los imperios existentes lo certificaron con sus humillantes huidas del territorio y ahora les toca a los cobardes saudíes. Mientras las aislada resistencias palestina, acorralada en ambas fronteras por el sionismo internacional, Netanyahu, en un lado y Sisi, por el otro, con tan solo mantenerse existentes y cada vez más resistentes, al paso de los 71 años de traición mundial. Es un récord global.

Volviendo a Egipto, el venidero presidente del país árabe, debería imitar al narciso Trump, no por su supuesta belleza, sino como disipar su honor, retirándose sin motivo de un supuesto nefasto acuerdo, pero firmado por el país que él mismo preside, conjuntamente con Francia, GB, Rusia, China, Alemania e Irán. En cambio, el humillantes y cabizbajo acuerdo de Camp David, literalmente sobrepasa la sumisión egipcia, hay suficientes evidencias, estandartes políticos, derechos humanos y seguridades jurídicas, que sobrepasan por mucho, a lo que pudiese fantasear el supuesto exquisito Trump, en contra el acuerdo nuclear con Irán.

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