¿Tiene Erdogan los días contados?

Miércoles, 16/10/2019 07:16 AM

Turquía se habría convertido de facto en un régimen autocrático, especie de dictadura invisible sustentado en sólidas estrategias de cohesión (manipulación de masas), control de los medios de comunicación y represión social, síntomas evidentes de una deriva totalitaria que se plasmaría en las severas restricciones a la libertad de expresión en forma de cierre de medios de comunicación y encarcelación de periodistas opositores, de lo que sería paradigma Idil Esser, directora de Amnistía Internacional en Turquía y condenada a 16 años por defender las continuas violaciones de los Derechos Humanos en el país otomano.

¿Revolución de Colores contra Erdogan?

La decisión unilateral de Donald Trump de trasladar la Embajada Estadounidense a Jerusalén provocó el repudio de la comunidad internacional,una nueva intifada palestina así como la reacción airada de Erdogan quien acusó a Trump de "quemar el mundo" y a Israel de "Estado terrorista" durante la reciente Cumbre de la Organización para la Cooperación Islámica (OIC) celebrada en Estambul tras la que habría emergido la figura de Erdogan como valedor principal de la causa palestina convirtiéndolo al mismo tiempo en " la bestia negra de Israel" que no tardará en neutralizarlo.

Así, la lealtad de Erdogan a los intereses anglo-judíos en Oriente Próximo estaría en entredicho debido al previsible apoyo de Erdogan a la facción palestina Hamas y al consiguiente enfrentamiento con Israel así como la guerra sin cuartel declarada contra el PPK kurdo y su aliado sirio el PYD, medidas que chocarían con la nueva estrategia geopolítica de EEUU para la zona y que podrían provocar el Magnicidio de Erdogan al haberse convertido en un obstáculo para la estrategia de EEUU en la zona. Así, la nueva doctrina geopolítica de Erdogan pretendía dejar de gravitar en la órbita occidental y convertirse en potencia regional y tuvo su plasmación en la compra de sistemas antiaéreos S-400 a Rusia en un claro desafío a la OTAN. Asimismo, Erdogan se negó a participar en las sanciones occidentales contra Moscú y compró a China misiles de defensa antiaérea HQ-9 y manifestó su deseo de integrarse en la Nueva Ruta de la Seda permitiendo inversiones del Banco Industrial y Comercial de China (ICBC).

El desencuentro Erdogan-EEUU llegó a su punto de inflexión tras el intento fallido de asonada militar en Ankara y Estambul y la negativa de EEUU de extraditar al líder político y religioso Fethullah Güllen, acusado por Ankara de organizar la intentona golpista, tras la cual Erdogan procedió a una exhaustiva purga del Ejército así como de los aparatos de Justicia, Educación, Policía, Universidades y Mass Media aunado con la posible restauración de la pena de muerte, medidas extremas que alarmaron a todas las cancillerías occidentales así como a la misma ONU. En el paroxismo del desencuentro EEUU-Truquía, asistimos a la incursión de Turquía en la zona kurdo-siria que provocará que la Administración Trump procederá a la elevación de los aranceles al acero y aluminio turcos , lo que tendrá como efectos colaterales un nuevo desplome de la lira turca, la salida de capital extranjero de Turquía, el encarecimiento de la refinanciación de su Deuda, la entrada en recesión económica y la elevación de las tasa de inflación hasta tasas estratosféricas que provocará una carestía de la vida inasumible por las clases populares y que podrían desembocar en una nueva Revolución de Colores.

¿Tiene Erdogan los días contados?

El llamado Plan Biden-Gelb, aprobado por el Senado de EEUU en el 2007 y rechazado por Condolezza Rice, Secretaria de Estado con George W. Bush, preveía la instauración en Irak de un sistema federal con el fin de evitar el colapso en el país tras la retirada de las tropas estadounidenses y proponía separar Irak en entidades kurdas, chiíes y sunitas, bajo un gobierno federal en Bagdad encargado del cuidado de las fronteras y de la administración de los ingresos por el petróleo. Así, tendríamos el Kurdistán Libre con capital en Kirkust y que incluiría zonas anexionadas aprovechando el vacío de poder dejado por el Ejército iraquí como Sinkar o Rabia en la provincia de Ninive, Kirkuk y Diyala así como todas las ciudades de etnia kurda de Siria liberadas por la insurgencia kurda del PYD sirio (región autónoma de Rojava) y el sudeste de Turquía controlado por el PKK. El nuevo Kurdistán contará con las bendiciones de EEUU e Israel y dispondrá de autonomía financiera al poseer el 20% de las explotaciones del total del crudo iraquí con la "conditio sine qua non" de abastecer a Israel y Europa Oriental del petróleo kurdo a través del oleoducto de Kirkust que desemboca en el puerto turco de Ceyhan.

Así, según un informe del portal Veterans Today, "Israel estaría trasladando armas de defensa aérea, artillería de largo alcance, helicópteros y aviones de combate F-15 a Erbil, capital del Kurdistán iraquí para una guerra más amplia contra Irak e Irán" al tiempo que los Presidentes de Irán y Turquía, Rohani y Erdogan amenazaron con tomar "medidas más fuertes" para evitar que el nuevo Kurdistán se convierta en portaaviones de Israel en una próxima guerra contra los Gobiernos chiitas de Irak e Irán. En consecuencia, Erdogan se habría convertido en un serio obstáculo para la plasmación del Nuevo Oriente Medio diseñado por EEUU e Israel por lo que se antoja inevitable su defenestración mediante un plan elaborado por la CIA y que contará con la participación activa del Mossad israelí y el apoyo logístico del PKK turco para sustituir a Edogan por un Gobierno Militar pro-EEUU, con lo que Turquía volverá a ser el portaaviones continental de EEUU en Medio Oriente.

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