Estuvimos siguiendo muy de cerca los eventos ocurridos este 8-11-2019 en Bolivia que comenzaron con la sublevación de los policías en Cochabamba, que después recibió el apoyo de sus homólogos en Sucre, Potosí, Tarija y Pando¹, y por supuesto, la población que se ha unido con tales acciones.
Y es que tales hecho se derivaron con mayor intensidad y esta vez con descontento policial, una vez que la empresa que fue contratada por el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) de ese país, con el propósito de auditar los resultados de las recientes elecciones en las cuales habría ganado el presidente Evo Morales con un mínimo del 10% para declararse vencedor en primera vuelta y sin necesidad de ir a un balotaje, y que estuvieron marcadas con múltiples denuncias e irregularidades, entre ellas la suspensión de entrega de resultados por casi 24 horas, generaron la duda sobre la pulcritud del evento electoral, y que terminaron con el pronunciamiento de la empresa señalada al decir que los resultados fueron un "show" y "carnaval" con vicios de nulidad.².
Sobre lo que está ocurriendo en Bolivia lo alertamos mientras se desarrollaba el cómputo de escrutinios, y aunque hemos dejado en claro que consideramos que Evo Morales ha sido un presidente que ha llevado a Bolivia por el camino del crecimiento económico, desarrollo social y disminución de la pobreza, debió haber ido a la segunda vuelta electoral sin miedos ante su contrincante, y no haberse plegado al régimen madurista en el desconocimiento de los resultados electorales³.
Ahora tenemos una Bolivia desequilibrada en su economía, con amplias protestas sociales, con fronteras cerradas hasta por seguidores del propio Evo Morales y parte por sus opositores, y con esto se viene a sumar la actual sublevación policial que para colmo, ha dejado en ridículo al gobierno de Bolivia, cuando en sus inicios el ministro de la defensa hablara parafraseando a aquel José Vicente Rangel del 11 de abril en 2002, en que todo estaba en "total normalidad"⁴, para que unas horas después en una suerte de autodesmentido el propio Evo Morales hablara de "golpe de Estado" en marcha en su contra⁵.
La situación en Bolivia es tensa. Decir que se van a parar las protestas por alguna declaración o porque van a destituir a los policías en rebeldía, o acusar a ese pueblo de "golpista y guarimbero", definición que no aplica en otros países de la región, en especial para los maduristas, es el cinismo político en su máxima expresión. O sea, los contrastes están a la vista, cuando se condena unos hechos hacia los gobiernos, y se aplaude lo que hagan los "gobiernos" contra el pueblo, cuando éstos no son de nuestra preferencia ideológica.
Evo Morales con la manchas de las elecciones no podrá gobernar y llevará a Bolivia al desastre de lo que ha construido en estos años. Si aún confía en ese pueblo debe ir a nuevas elecciones. Lo contrario es seguir los consejos de Maduro, y hacerse neodictador, y con la diferencia de Venezuela, el golpe de Estado está anunciado en ese país. La policía toca sus primeras campanadas. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
¹ https://twitter.com/jvivassantana/status/1192954054357520384
³ https://www.aporrea.org/ideologia/a283600.html
⁵ https://twitter.com/evoespueblo/status/1193007043059298305