La ingenuidad, se paga caro

Martes, 12/11/2019 07:36 AM

Mi desesperación se aumenta al contemplar la inmensidad de vuestro premio, porque después de haber agotado los talentos, las virtudes, el genio mismo del más grande de los héroes, todavía sería yo indigno de merecer el nombre que habéis querido daros, ¡el mío! ¡Hablaré yo de gratitud, cuando ella no alcanzará jamás a expresar ni débilmente lo que experimento por vuestra bondad que, como la de Dios, pasa todos límites! Sí: sólo Dios tenía potestad para llamar a esa tierra Bolivia.

(Simón Bolívar,

25 de mayo de 1826)

¿Cómo entender que un país como el Estado Plurinacional de Bolivia (2009), que desde hace 13 años y por primera vez en la historia, tenía una estabilidad política y social, con políticas claras de inclusión social para la inmensa mayoría de su pueblo, con el crecimiento más alto de América Latina, estabilidad en los precios de bienes y servicios, libertad y estabilidad cambiaria, sin el endeudamiento neoliberal de otros países y con un gobierno "responsable", según las agencias de clasificación de riesgo, haya ocurrido lo que ocurrió en un abrir y cerrar de ojos?.

Aquí haremos algunas acotaciones, todas como militante preocupado por lo ocurrido y, sobre todo, por el futuro de Bolivia, de su líder, Evo Morales, de su pueblo, aymara y quechua, y, por supuesto, de sus incidencias en los aconteceres de otros países de América Latina, que hoy por hoy es centro de atención mundial.

1. Lo ocurrido con Evo Morales es la respuesta de la derecha del Continente con EEUU a la cabeza, contra los movimientos populares de Ecuador y Chile y la derrota de Macri, hijo predilecto del neoliberalismo en Argentina. Es el revanchismo

2. Todo estaba preparado. No fue casual la visita, el 17 de mayo de este año; del Secretario de Estado de la organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, a Bolivia antes de las elecciones y su "amabilidad" y "abrazos" con Evo Morales. Recordemos que Almagro afirmó en Bolivia lo siguiente: "Decir que Evo Morales hoy no puede participar, eso sería absolutamente discriminatorio con los otros presidentes que han participado en procesos electorales sobre la base de un fallo judicial reconociendo la garantía de sus derechos humanos".

3. Lo ocurrido en Bolivia forma parte de un formato, se inscribe en la modalidad de los "golpes suaves". No hizo falta invasión militar alguna para dar ese golpe de Estado. Así que mosca con eso.

4. Confiar en los técnicos y en el Secretario General de la OEA, en el caso del gobierno de Evo Morales, no fue una buena decisión. El informe de esa infame organización lo ratifica. Es una institución constituida por funcionarios que responden a los mandatos de su amo: El gobierno de los Estados Unidos.

5. Los escorpiones, abundan y se anidan en las "mejores familias" y no necesariamente se inmolan con la rana. Recordemos sus palabras "Lo siento ranita. No he podido evitarlo. No puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre y de otra forma distinta a como he aprendido a comportarme".

6. Así que los gobiernos progresistas, que actúen como ranas, debe cuidarse muy bien de los escorpiones y de sus "bondadosas" propuestas.

6. Llegar al gobierno no es llegar al poder, eso lo ha estudiado muy bien Álvaro García Linera como muy gramsciano. Ahora: ¿Cómo explicar que la policía se haya acuartelado y amotinado, y terminado al lado y en defensa de los golpistas? ¿Qué pasó en 13 años que esa policía no se puso al servicio de los intereses de la inmensa mayoría de ese pueblo? ¿Por qué, al igual que las fuerzas armadas de Bolivia, que estructuralmente ha sido racista y al servicio de los intereses de la minoría blanca, no fueron "bañadas" o "barnizadas" de indígenas?- Respuesta debe haber.

7. Pero como somos optimista, vendrá otra historia, porque ranas abundan por América Latina y seguramente se aprenderá que con el escorpión no hay que fiarse "ni un tantito así".

8. "Luchar, vencer, caerse, levantarse, luchar, vencer, caerse, levantarse. Hasta que se acabe la vida, ese es nuestro destino." (Álvaro García Linera).

Finalmente, dejamos sentado que estas acotaciones no las escribimos para practicar lo que el sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman, llamó "El activismo de sofá", esto es, la utilización de las redes sociales desde la comodidad del sofá donde se descansa, para darse el tupé de opinar y hacer afirmación de lo que había o no qué hacer en momentos de mucha conflictividad social y política. O también lo que practica la "izquierda Penélope", esto es, la que no va en búsqueda de Ulises (El poder) sino que espera siempre, tejiendo y destejiendo, la carroza pura del paraíso.

Pero si estamos convencido que la ingenuidad se paga caro, muy caro.
 

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