Otro golpe de estado contra el alma libre de pueblos latinoamericanos el consumado en Bolivia

Jueves, 14/11/2019 07:10 AM

Tal como se vislumbraba, el Golpe de Estado cuidadosamente elaborado, siguiendo las normas de Gene Sharp, para terminar con su 5ª etapa: La fractura institucional con revueltas callejeras generalizadas, con todo lo que conlleva: saqueos destrucción y quemas de objetivos públicos y de los jerarcas del Gobierno, que hagan aparecer como indispensable la intervención militar y que como corolario terminen forzando la renuncia del gobierno en pleno, comenzando por el Presidente; para que luego los promotores de la asonada encabezada por Luis Fernando Camacho, se presenten como los salvadores de la situación, porque al controlar el Estado, además de los medios que han estado comprometidos con la revuelta, como gobierno surgido de un agolpe de estado consecuentemente dictatorial, controlan también los medios de comunicación que durante el proceso del Golpe Suave Continuado, les habían resultado esquivos, estableciendo una dictadura formal con ofertas de democratización en años futuros, y que como píldoras tranquilizantes ofrecerán elecciones.

Sí se observa con detenimiento el desarrollo de los acontecimientos en Bolivia, se podrá ver con claridad el avance del golpe, siguiendo las constantes advertencias tanto del presidente Morales como el Vicepresidente García Linera, pero sólo se aceptan como reales las múltiples advertencias del cuartelazo luego de consumado y después de acusar de paranoicos a los altos funcionarios que referían insistentemente en la participación Yankee, lo que quedó demostrado en la declaraciones del propio Trump, cuando luego de felicitar "democráticamente" a los golpista aclaró que: "ahora IREMOS por Nicaragua y Venezuela".

Es claro que el golpe no tiene apoyo popular porque durante los años de ejercicio democrático de Evo Morales como Presidente, con el crecimiento económico alcanzado en el País, quizá el mayor de América, con avances de toda índole: educación, salubridad, condiciones sociales de los trabajadores, especialmente de los mineros, a los que se estaban rescatando de la cuasi esclavitud en que desempeñan la minería, una actividad que en Bolivia es prácticamente artesanal realizada por millones de trabajadores y que la manipulación de metales pesados conlleva graves riesgos para la salud, minimizó la producción de cocaína y disminuyó la dependencia de la población rural de la producción de hoja de coca, para consumo en su ancestral costumbre de las poblaciones establecidas en las alturas de los Andes; además el desarrollo físico alcanzado modernizando ciudades, creando centros educativos y de salud, aparte de haber abordado el grave problema de las vías de comunicación en un país extenso y en algunos departamentos muy montañoso.

Desde el punto de vista nacionalista, el haber nacionalizado como país soberano la industrias petrolera y gasífera estableciendo convenios razonables con transnacionales y el haber sacado a Bolivia del siglo XIX y traerla al siglo XXI, en tan sólo 13 años, hace más injustificable la antidemocrática acción, que retrotrae un país de nuestra América Latina, a posiciones que creíamos superadas; estimo que lo más grave son, por un lado el hecho de que continuarán con base a un antidemocrático hecho de fuerza, considerándonos como el "patio trasero del Imperio", al incorporar de nuevo un país que en particular parecía haber superado ese vasallaje, y se creía que tal posición de descrédito se venía superando en general, quedando sólo algunos países, como parte de los del Grupo de Lima, que en sumisa actitud siguen actuando como se pensaba hace algunas décadas, que los estadounidenses y lo europeos, nos hacían favores explotado nuestras riquezas y que por tal motivo les debíamos obediencia y subordinación, amén de agradecimiento eterno por los favores recibidos.

Y por otro lado con mira a la supuesta superioridad de los anglosajones, la teoría del "destino manifiesto" exacerbada por John O´Sullivan cuando en 1839 proclamó el derecho "Divino" de los Estados Unidos para imponer la superioridad del pueblo estadounidense y su prioridad para poseer todos los territorios que consideren deben ser propiedad de los, norteaericanos propiciando una política de terrofagia que impulsó el que se adueñaran en principio de Oregón y Texas para terminar apropiándose de más de la mitad del territorio mexicano. Su intención de marchar hacia el Sur contra el resto de México y Centro América, no prosperó por el recrudecimiento de la Guerra Civil Norteamericana, conocida como la guerra de Secesión

Este "golpe" apoyado desde el exterior, no sólo momentáneamente liquida la democracia en Bolivia, sino que amenaza a otras naciones como Venezuela y Nicaragua, que han tratado de mantenerse independientes en su accionar político-económico, especialmente Venezuela, ya que como se conoce, los Estados Unidos no sólo están detrás de nuestras reservas de hidrocarburos, petróleo y gas, sino también sobre las otras reservas minerales del arco minero Guayanés, pero especialmente del oro ya que, parece que el famoso Fort Knox donde supuestamente almacenaban el oro que respaldaba la solidez del dólar Norteamericano, en la actualidad parece una quimera, ya que cuando Francia reclamó que le hicieran realidad el compromiso de convertir sus dólares de papel en el oro que los respaldaban, como debía ser conforme al convenio internacional contraído con la utilización de la moneda estadounidense como moneda de intercambio comercial internacional al finalizar la 2ª guerra mundial, el Honorable Presidente NIxon aclaró que eso ya no podría ser y simplemente con el mayor descaro plantó al gobierno francés.

Dado lo fácil del "golpe de fuerza" motorizado en Bolivia, probablemente el gobierno de Trump arremeterá con nuevos bríos contra Venezuela, porque ante un botín muy superior al que vislumbran en Bolivia y según han manifestado la Casa Blanca "en su puerta de atrás", además del inmenso beneficio económico podría tratar de levantar sus opciones electorales, al arreciar sus acciones coercitivas económico-financieras antivenezolanas y llegando a las chiquiticas, pudiera lanzarse a la aventura de iniciar una acción bélica detrás de la mampara que le brindaría Iván Duque desde Colombia.

No hay que perder de vista que sus número en las encuestas indican que sería difícil que Trump fuera el candidato del Partido Republicano, por los fracasos políticos que han abatido sus nivel de aceptación y consecuencia de esos errores justifican el juicio político (impeachment) ya iniciado en la cámara de Representantes, por graves faltas en la política exterior de Estados Unidos, especialmente por presiones indebidas al presidente de Ukrania, con el fin de provocar persecución contra Hunter Biden, hijo de John Biden, con intención de desacreditar al candidato Demócrata; además las equivocadas políticas adelantadas en la zona del golfo Pérsico, con banderas falsa fallidas a petroleros anclados relacionádolos con Irán, jugando peligrosamente juegos de preguerra, que en nada beneficiarían a la Unión Americana y que parece que los países europeos, aun los de la OTÁN, no estarían dispuestos a seguirlos en la aventura contra un país con el cual hacen jugosos negocios y que es un buen proveedor de petróleo, además de lo reprochable de su conducta personal inadecuada, con sobornos comprando silencio de meretrices y actrices de cine porno.

Aunque una intervención militar en Venezuela parece remota, cualquier cosa se puede esperar de un impredecible individuo magnate de la construcción, que pretende manejar la política de Estados Unidos como maneja sus negocios a su absoluta voluntad, con actitud de emperador, que ahora colocado en el más alto sitial de la jerarquía mundial, piensa que puede hacer lo que le venga en gana, al punto que ha venido peleándose con muchos países que le siguen, a los cuales regaña como si fueran niños en su programa de televisión, The apprentice, el aprendiz, los que de una manera poco tangible pero cierta, han venido marcando distancia del endiosado mandatario, que en su desesperación por repetir en la Presidencia pudiera, como ha ofrecido, arreciar sus acciones ilegales e inhumanas contra Venezuela y Nicaragua, pero peor, con su prepotente personalidad, y teniendo presente el éxito en Bolivia, pudiera pensar seriamente en jugarse una última carta, que levante su posibilidades electorales atacando a Venezuela militarmente, lo que aun a lo interno quizá constituyera un arma de doble filo y provoque rechazo en lugar de aumentar su caudal electoral.

De la forma tan decisiva como se dieron los acontecimientos parecieran indicar que por alguna razón, quizá por razonable convencimiento personal el Presidente Morales, conocedor como era de su popularidad y apoyo multitudinario, nunca pensó que tratarían los militares y la policía de Bolivia insurgir contra su gobierno, ya que ellos como partícipes del estamento administrativo, debían conocer de primera mano la confiabilidad del sistema de votación y lo abultado de los resultados a favor de la fórmula gubernamental; por otro lado imagino que nunca pensó, que quienes lo han acompañado a lo largo de su ejercicio de la Presidencia, que por años han compartido la Administración y el poder, lo traicionarían para irse a apoyar una acción antidemocrática y antipatriota, liderizada por un ciudadano como el Sr. Luis Fernando Camacho, comerciante de gas, quien posiblemente arrastre su animadversión a la democracia por la nacionalización del petróleo y el gas que adelantara Evo Morales.

Este ciudadano de la más retrógrada porción de la sociedad boliviana, con ideas absolutamente antipopulares , nueva versión de Jair Bolsonaro, sabedor de su poco arrastre ni tan siquiera se lanzó a la elecciones y se opuso a la realización de nuevos comicios, cuando se propusieron como solución a la crisis, porque estaba consciente de la pulcritud del anterior proceso y de la casi segura nueva y ratificadora victoria de Morales y de consolidarse en el poder este golpista apátrida, como algunos que conocemos por aquí, apoyado por militares, seguramente llevarían a Bolivia a un estado de dictadura colonial "machineada" desde Washington, similar la que sufría el territorio del Alto Perú bajo el imperio español, cuando fueron libertados por Simón Bolívar y después independientes, el Libertador, en los territorios recién emancipados, fundó la República de Bolivia de la cual fue su primer presidente por unos meses y que luego de su renuncia, dejó el cargo a quien es considerado el verdadero primer presidente de Bolivia, el preclaro Mariscal Antonio José de Sucre y ahora un advenedizo traidor y golpista casi 200 años después, siguiendo las instrucciones de la política de ese personaje que es el presidente Donald Trump, se dispone a acatar las órdenes de su mentor y jefe, quien en un arranque "democrático" ya lo ha felicitado por el éxito del Golpe contra un gobierno legítimamente electo, reconocimiento de doble filo: con el cual apoya el golpe y por otro lado lo compromete a mantenerse firme respecto a repetición de las elecciones; cabe destacar que la empresa norteamericana Center for economic and policy research, de Washington DC. especialista en proceso electorales, dejó sentado que los resultados de la contienda por la presidencia de Bolivia son inobjetables, mientras, que el éxito conseguido en el derrocamiento de Evo Morales, toma nuevos bríos y con esta nueva punta de lanza se proponen arremeter contra Nicaragua, pero especialmente contra Venezuela.

El cabecilla visible que espera que no se realicen nuevas elecciones en Bolivia para perpetrarse en el poder, y ver como en tal ejercicio puede recuperar su posición de manejador de la política gasífera del País y el nuevo filón el litio para su beneficio personal, parece dispuesto a darle el esquinazo al derrotado Carlos Mesa, veterano político con experiencia en el ejecutivo, expresidente provisional por dos años y con formación académica, que derrotado en los recientes comicios, honorablemente debió reconocer la victoria de Morales, increíblemente se sumó a la comparsa Machadista, liquidando sus posibilidades futuras, a riesgo de que probablemente será perseguido en el gobierno dictatorial de Machado, por parecer que no convendría al gobierno "provisional" al establecerse como dictadura, apuntalada por el gobierno norteamericano, que le garantice cierta estabilidad y preste servicios a la Casa Blanca como punta de lanza anti latinoamericana, contra los países que siguen manteniendo la cabeza y el orgullo en alto de ser latinoamericanos independientes y soberanos, que el gobierno estadounidense considera inconveniente a sus intereses y según propias palabras del presidente Trump, están de primeros en la lista: Nicaragua y Venezuela.

 

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