Segunda vuelta elecciones presidenciales Uruguay 2019. Análisis preliminar

Lunes, 25/11/2019 08:02 AM

Como algo señalabamos en análisis previos, se han dado resultados más o menos esperados en la República Oriental del Uruguay. La sorpresa sería tal vez la brecha, y por eso es que nos permitiremos en las líneas sucesivas, formular algunas apreciaciones con respecto al caso.

Con el 100% escrutado por parte de la Corte Federal Electoral de Uruguay (máximo ente que rige los comicios en ese país), los resultados que se muestran es que el candidato del Partido Nacional y de la coalición de derecha, Luis Lacalle Pou habría obtenido 1.168.019 votos versus el 1.139.353 de Daniel Martínez y el Frente Amplio por parte de la izquierda. Estaban habilitados para votar 2.669.0000 electores y electoras, lo que para un país como Uruguay, que el voto es obligatorio, se tradujo en una participación del 86,45% (2.307.372 votantes que participaron efectivamente).

Con estos resultados, Luis Lacalle Pou obtendría el 50,62% de la votación y Daniel Martínez el 49,38%. Es decir, una diferencia de 1,24% y de 28.666 votos, una de las diferencias más cerradas en balotaje presidencial que se recuerde, en una elección altamente polarizada como esta.

Esto rompió con las apreciaciones de varias empresas encuestadoras y opinión de analistas, que daban en este balotaje una diferencia entre Lacalle Pou y Martínez de más de siete puntos de ventaja del primero. En esta elección se dio un resultado mucho más ajustado del que se pensaba.

Pero también no se puede obviar, que por lo cerrado de esta contienda, los resultados definitivos no se conocerán sino entre el jueves o viernes de esta semana. Ya que por primera vez en el Uruguay, la contienda electoral lo decidirán los denominados votos "observados", que pudieran definir entre uno u otro candidato quien será el presidente de la República Oriental del Uruguay por el período 2020-2025.

Indudablemente, de ratificarse el triunfo de Lacalle Pou, el despliegue de políticas neoliberales como las implementadas por Bolsonaro en Brasil, Macri en Argentina (afortunadamente ya va de salida) Mario Abdo Benítez en Paraguay o la dictadura de Jeanine Añez en Bolivia, a raíz del derrocamiento de Evo Morales, es lo que le espera a ese hermano país. Esto sin contar que Lacalle Pou contaría con mayoría en el parlamento, de mantenerse la alianza con los factores de derecha y ultraderecha que hasta ahora lo estarían llevando al triunfo en este balotaje, de acuerdo a los resultados que hemos dado.

Indudablemente el contexto internacional y geopolítico en el que hoy nos encontramos está muy convulsionado y las sociedades están en constante transformación. Un poco el concepto de modernidad líquida de la que escribió Bauman. Las realidades en estos momentos son diversas, producto del profundo malestar en la cultura, como lo señalaría el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud.

Bueno es de destacar que los partidos políticos no están liderando en estos momentos las transformaciones sino los movimientos sociales, por lo que no hay que perder de vista esto. Ahí están los ejemplos de Chile, Bolivia, Colombia, Haití, Honduras, Panamá, Paraguay, Ecuador, entre otras.

Indudablemente los resultados en Uruguay plantean el tema de la construcción de hegemonía, y de cierto agotamiento en los discursos y liderazgos que ameritan una renovación de la izquierda no sólo en ese país, sino en nuestra América Latina y el Caribe.

Y que tengamos muy en cuenta que las derechas, habiendo o no estabilidad en nuestros países, no descansan, por lo que no podemos bajar la guardia ni descuidarnos.

No sólo basta la gestión económica, la gestión política, o ubicarse en un discurso de "centro". Hay que incluir en los discursos el tema de la hegemonía, de los valores y del fortalecimiento en las instituciones en las que creemos.

Podemos señalar sin ambages, que algunos liderazgos de izquierda o han demostrado cierta desconexión con las realidades o la derecha entró en un proceso de renovación, al empezar a incluir en sus discursos que ciertas conquistas sociales impulsadas por factores de izquierda no serán eliminadas, lo que hace que ciertos incautos caigan por inocentes y crean este tipo de ofertas.

De ahí que las izquierdas deban replantearse las vías pacíficas y democráticas. No abandonarlas, pero la renovación que estamos señalando debe darse, y de manera inmediata, ante el surgimiento (o resurgimiento más bien) del fundamentalismo religioso o político por parte de una "derecha renovada".

No obstante, no todo en Uruguay está pérdido, pues el Frente Amplio obtuvo un resultado muy bueno, y hasta inesperado para algunos. Si bien es cierto que pierde el gobierno, y la coalición de derecha le garantizaría a Lacalle Pou "mayoría en el parlamento", el Frente Amplio es la principal fuerza en ambas cámaras del Poder Legislativo (si lo consideramos por partidos, individualmente hablando). Además de la importante fuerza política y electoral manifestada en este resultado electoral.

La estrategia planteada por el Frente Amplio de retomar la movilización y el denominado "voto a voto", que si lo aplicaramos en Venezuela, se traduciría en el "1x10" de Chávez, más la incorporación entusiasta de jóvenes y las bases del Frente Amplio, y la polarización de la elección, ha sido, anuestro juicio, una de las causas de este resultado tan cerrado y polarizado, hasta el punto que ha colocado a Uruguay en una situación inédita como la decisión de estos comicios a través de los denominados "votos observados" como hemos señalado.

Le corresponderá pues al Frente Amplio, liderar a la oposición y darle direccionalidad política a la protesta social que sin duda comenzaría a activarse en ese país, una vez que Lacalle Pou se posesione en el cargo de Presidente el 1 de marzo de 2020, y comenzaré en el desmontaje de las políticas sociales logradas durante 15 años por el progresismo y la izquierda en ese país.

Y en caso que de aquí a jueves o viernes, de acuerdo a lo señalado por las autoridades electorales uruguayas, el Frente Amplio lograse ganar la elección, ya hicimos las consideraciones respecto a la desventaja que tendrá Martínez con un parlamento en contra. Claro, todo dependerá de la fortaleza de las alianzas que la derecha y la ultraderecha hayan realizado, más allá de la coyuntura electoral.

Así las cosas grosso modo, en la República Oriental del Uruguay.

¡Leales Siempre! ¡Traidores Nunca!

¡Independencia y Patria Socialista!

¡Viviremos y Venceremos!

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