Después de las recientes derrotas política en Ucrania y militar en Siria, Estados Unidos y sus aliados, han sostenido una guerra global contra la humanidad y especialmente contra Rusia, China, Corea del Norte, Irán y Venezuela. Y se sulfuran porque los países mencionados no obedecen fielmente la orientación que ellos quieren imponerles. En los últimos acontecimientos se remarca que la han agarrado militarmente contra Irán.
Ahora después del bombardeo a milicias Chiis y el asesinato del General Soleimani, ordenado por Trump, están particularmente preocupados por los movimientos de resistencia reactivados tras los crímenes cometidos por Estados Unidos.
La toma de la Embajada norteamericana y el bombardeo a dos bases militares USA, ambos en Irak, son una muestra del activismo de la resistencia.
En la campaña electoral, sin pudor alguno Trump hace alarde del asesinato del general Soleimani y maneja el crimen como garantía de la seguridad de los norteamericanos y como contrapeso para frenar la expansión de la resistencia. Sin embargo, los ejércitos de las resistencia Palestina,Yemení, Hezbolá y la Guardia Revolucionaria de Irán no son los guerreros de barro cocido de la dinastía del emperador Qin Shi Huang, que han permanecido miles de años sin moverse.
En este tiempo y a pesar del martirologio, los palestinos continúan resistiendo, Siria está ganando la paz, Yemen se mantiene en resistencia y los persas en su tradición milenaria de lucha han enfrentado al imperio de manera fortalecida.
Que los imperialistas hagan lo que hagan, ¡el turno de los inocentes ha comenzado!