Colapso de investigación sueca indica falsa acusación contra Julian Assange

Sábado, 01/02/2020 06:35 PM

Julian Assange debería estar viviendo su vida como un hombre libre, disfrutando su familia, respirando aire puro y estar en condiciones de proseguir con su galardonado periodismo y publicidad.

Esta es la única conclusión que se puede sacar a partir del anuncio emitido esta semana por los fiscales suecos que habían descartado la indagación preliminar sobre las acusaciones de ataque sexual hechas contra Assange desde hace aproximadamente una década.

Se trata de la segunda oportunidad en que las autoridades suecas descartan su investigación por "falta de evidencias". Sin embargo, debido a estas especiosas acusaciones y abuso del debido proceso, Assange ha estado sujeto a la privación de su libertad por más de siete años.

El fundador australiano de Wikileaks y sus seguidores de todo el mundo siempre han sostenido que el gobierno sueco, británico y norteamericano estaban llevando a cabo una nefasta conspiración para someterlo. Las acusaciones iniciales de ataque sexual por parte de dos mujeres suecas el año 2010 resultaron ser caprichosas y contradictorias; donde hubo evidencia que los cargos fueron asesorados por la policía sueca.

El principal propósito ha sido siempre la persecución de Assange debido a su pionero periodismo, el cual denuncia cantidades de crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos y su aliado británico, Además, Wikiieaks reveló muchísimos otros delitos y corrupciones tales como el ilegal espionaje a todos los ciudadanos de parte de las agencias de inteligencia de Estados Unidos y Gran Bretaña, como también la comisión de incontables intrigas diplomáticas contra estados extranjeros.

De este modo Assange tenía que haber sido destruido por los criminales estatales de Estados Unidos y Gran Bretaña para los efectos de servir como advertencia contra otros periodistas independientes.

A objeto de evitar un caso de auto incriminación y una posible extradición a Suecia y luego a Estados Unidos, Julian Assange buscó asilo en la embajada de Ecuador en Londres el año 2012. En repetidas oportunidades ofreció colaborar con los fiscales suecos por vídeo link pero ellos no lo aceptaron. La policía británica sitió la embajada ecuatoriana durante casi siete años obligando a Assange a vivir en una pequeña habitación, recibir pocos visitantes y limitadas comunicaciones con el mundo exterior. También se supo que era espiado por agencias de inteligencia norteamericanas supuestamente en complicidad con la embajada ecuatoriana. Dicho todo esto, se trató de una grave violación del derecho de asilo y del debido proceso.

Cuando el nuevo gobierno ecuatoriano, pro Estados Unidos, accedió a retirarle la condición de asilado, la policía británica allanó la embajada en el mes de abril del 2019 y Assange fue llevado a la fuerza a una cárcel de máxima seguridad. Assange sigue estando en confinamiento solitario en espera de un juicio por extradición hacia Estados Unidos a realizarse el 2020 donde enfrentará acusaciones de espionaje y a posibles 175 años de prisión.

La razón oficial británica para detener a Assange el pasado mes de abril, fue no haber acatado las condiciones de la fianza impuestas el año 2012 en la causa sueca. Assange fue sentenciado a una pena de cincuenta semanas de detención por lo que constituía una infracción menor de la fianza. Ahora resulta que las autoridades suecas no tienen ninguna causa en contra de Assange. De tal modo, ¿Por qué fue encarcelado luego de haber sido arrancado de la embajada de Ecuador? Su detención indefinida no es otra cosa que una caricatura de la justicia y de las normas judiciales.

El padre de Assange y el Inspector Especial de la ONU, Nils Melzer, han denunciado últimamente que su vida está en peligro dadas las deplorables condiciones de su privación de libertad y tortura psicológica.

En su última audiencia judicial el pasado mes de octubre, Assange, de 48 años de edad, apenas pudo articular su nombre. Es evidente que su encarcelamiento está enfocado a quebrarlo tanto física como mentalmente. Uno de sus seguidores en el juicio, el renombrado periodista John Pilger declaró que la deplorable "farsa judicial" durante la cual las insensibles deliberaciones del juez británico obviamente estaban siendo dirigidas por personas desconocidas de la embajada de Estados Unidos que estuvieron sentadas justo junto al juez durante las deliberaciones.

Queda meridianamente claro que el atroz tratamiento que Julian Assange está recibiendo es típico de una medieval cacería de brujas. Las groseras condiciones que Assange está soportando están totalmente fuera de proporción con sus supuestos cargos, ya sean por las ahora canceladas acusaciones de violación de parte de dos mujeres suecas, como por las tardíamente montadas acusaciones de "espionaje" de Estados Unidos.

La persecución contra Assange se debe únicamente a su veraz periodismo. Negarle sus derechos legales y su encarcelamiento bajo atroces condiciones constituyen la triste demostración de la barbarie de las autoridades norteamericanas y de sus socios conspiradores británicos y suecos.

El hecho que los fiscales suecos hayan anunciado que después de casi diez años de "investigaciones" en torno a dudosas acusaciones en contra de Assange describe el carácter escandaloso de su detención y tortura.

El casi silencio absoluto de los medios de prensa occidentales es también vergonzoso. Durante años estos medios han divulgado las falsas acusaciones en contra de Assange, maltratándolo como a un "pervertido". Esas calumnias sirvieron para adelantar la canallesca agenda de los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña con el objeto de destruir a Assange.

Ahora que finalmente los fiscales suecos han cerrado su investigación sobre delitos sexuales en contra de Assange, existe una escandalosa indiferencia entre los acusadores medios de prensa occidentales que anteriormente declaraban a Assange como culpable.

Las occidentales organizaciones no gubernamentales de derechos humanos también han sido encontradas culpables por su relativo silencio acerca del caso de Julian Assange. Sin embargo, estas mismas organizaciones no gubernamentales han estado siempre dispuestas a condenar a estados extranjeros por supuestos abusos contra los derechos humanos cuando eso conviene a las agendas de los gobiernos occidentales. Sus preocupaciones selectivas ilustran al servicio de quien están.

Las campañas y las protestas públicas internacionales de parte de asociaciones y sindicatos periodísticos internacionales, como también de parte de organismos de Naciones Unidas, deben exigir la liberación inmediata de Julian Assange

Su valiente y principista periodismo, literalmente cambió al mundo y cómo lo entendemos. Wikileaks y audaces informantes como Chelsea Manning y Edward Snowden expusieron críticamente los crímenes cometidos por Washington y sus aliados de la OTAN. Los ciudadanos de todo el mundo han sido empoderados a raíz de la denuncia contra la hipocresía, el engaño y la corrupción. Assange y otros han demostrado que el emperador está desnudo.

Esto es mucho mayor que el destino individual de Julian Assange, al margen de cuán mortalmente grave este pueda ser. El periodismo independiente, la libertad de expresión, la verdad y la justicia para todos están en juego.

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