La pandemia de coronavirus ¡parece mentiras! Traerá, si la providencia y la naturaleza así lo deciden, la muerte de Donald Trump. El fallecimiento de Trump no significará, de modo alguno, el ocaso del imperialismo sionista estadounidense-israelí. Sólo significa que un estilo de gobernar, una posición frente a los problemas de los EEUU y del mundo; una manera de jugar el juego político internacional y el intento del imperio por apoderarse y tener el control del mundo está por desaparecer. Tal vez. Sólo tal vez. Nadie puede garantizarlo. Es un final abierto. Ojalá sea a favor de un nuevo estilo que abra las compuertas al entendimiento y a la racionalidad mundial.
La crisis que viene en camino, entre China y los EEUU, arrastrará tras de sí las solidaridades, alianzas y confrontaciones entre las principales potencias mundiales e incluso, de países vanguardia de la dignidad humana mundial, como Cuba, Corea del Norte y Venezuela. Duélale a quien le duela: El coronavirus es la respuesta, de la naturaleza, inducida desde los laboratorios de la maldad, a la devastadora irracionalidad de quienes han gobernado y pretenden seguir gobernando a los EEUU.
Los tiempos finales anuncian su definitiva llegada. Lo sabremos si vemos morir políticamente a Donald Trump. El coronavirus ha traído una reflexión mundial: ¿Qué hacemos todos juntos para intentar salvar al planeta?