En la III Conferencia Ministerial Hemisférica de Lucha contra el Terrorismo en Colombia celebrada en Bogotá en el pasado mes de enero y que contó con la presencia del Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo y la participación de ministros y viceministros de 20 países se buscaba detallar y deliberar sobre la relación del terrorismo internacional con la delincuencia organizada y establecer las estrategias o los mecanismos para la prevención de esta funesta alianza. Transcurridos más de 60 días de esta cumbre, el gobierno de los Estados Unidos, sorprende al mundo con la grotesca noticias de enlodar al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela con el narcotráfico y la delincuencia común. William Barr, Fiscal general de Estados Unidos presento formalmente cargos por narcoterrorismo, corrupción y lavado contra el presidente Nicolás Maduro. Además, se les acusa de colaborar con el grupo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia –FARC- para atiborrar a Estados Unidos de cocaína. Ahí está el "alma" de la Conferencia hemisférica contra el terrorismo. El narcotráfico, aparte de ser un lucrativo negocio, es un arma letal de guerra, así lo ve el imperio y no les importa cuántos norteamericanos mueren al año por la adicción a las drogas.
Quién no sabe que Colombia es el epicentro del narcotráfico mundial, es el mayor productor de droga en el mundo, lo dice el Gobierno norteamericano y sus cifras son aterradoras: en Colombia en el año 2018 se produjeron 879 toneladas de cocaína y en el 2019, 951 toneladas.
En el 2018 se sembraron 208 mil hectáreas y en 2019 había 212 h y se incautaron en el 2019 492 toneladas de cocaína de las cuales, 280 tenían como destino los Estados Unidos datos aportados por la Oficina de Política Nacional para el control de drogas de la Casa Blanca (Ondep)
Ahora, quien pone en dudas que los Estados Unidos es el mayor consumidor de drogas en el mundo, los consumidores de cocaína, heroína, marihuana y metanfetaminas registraron gastos por USD 150.000 millones. En economía se le llama oferta y demanda.
El otro aspecto importante de la pasada Conferencia, tiene que ver con la definición que daba el presidente Iván Duque sobre el terrorismo. Fue un discurso cínico e hipócrita. El presidente Duque, intenta de alguna manera, adoptar una pose de hombre generoso, pero es muy falso, porque así le conviene a la Casa Blanca. Su discurso señalaba que: "el terrorismo es una expresión cruel, es una villanía misma, es una degradación, porque el terrorismo busca intimidar a la sociedad, generar zozobra, pánico… amenaza la vida, honra, bienes, derechos, y libertades del ciudadano." No hay una sola mentira en esta apreciación sobre el terrorismo. Es una verdad irrefutable. Pero, lo curioso, es que ese "mundo" dibujado por el presidente, es el que ha vivido el pueblo colombiano de manera ininterrumpida, es lo que conocemos como terrorismo de Estado. Ese es el terrorismo que ha impedido forjar en Colombia gobiernos que nos brinden la mayor suma de felicidad posible. Ese terrorismo de Estado, que ha decidido acabar con el proceso de Paz y lo hace aniquilando a los desmovilizados que suman 191ex-guerrilleros asesinados. Ese terrorismo (de Estado) del cual hace mención Iván Duque ha sido cómplice de más de 24 asesinatos de líderes sociales, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Este gobierno ha sido indolente, se jala de los cabellos para salir del pozo de la mediocridad, pero cada día se hunde más en él. Como diría el compositor de música vallenata, Armando Zabaleta, Duque aún no ha sentido la situación desgarradora del país.
En lo que atañe a la hermana República de Venezuela, hay que decir: SOLIDARIDAD