La maldición del papel de baño

Martes, 07/04/2020 07:27 AM

Por si la situación no fuera lo suficientemente seria, ha caído sobre nosotros una maldición que lleva consigo el vivo deseo de hacernos sufrir el más grande daño o mal. Si se preguntaba, de dónde ha salido la convicción de que es el papel de baño el que ampliará nuestras posibilidades de supervivencia, sepa que esa es la obra de una condenación. Por ello, esta es una oportunidad para replantear el orden mundial, así como la definición antaño construida con los más elevados méritos humanos: el concepto de "racional". Baste atender lo siguiente: ¿qué hace el homo sapiens sapiens cuando se enfrenta a una pandemia sin precedentes por sus impactos generales en el siglo XXI? Acaba con el papel de baño de los supermercados.

¿Qué significa ser la especie más "racional" o "inteligente" del planeta Tierra? Es posible que, desde el sentido de la asociación más reptiliana, relacionemos "limpieza" con el papel de baño; sin embargo, si se lo piensa detenidamente, notará de inmediato que, en realidad, lo que garantiza la verdadera pulcritud, así como la acción preventiva contra infecciones o enfermedades provocadas por virus, gérmenes y bacterias, es lavarse con agua y jabón. Yendo todavía más lejos, si lo examina aún más detalladamente, verá que lo único que hace el papel de baño es, digamos, alargar o expandir nuestro mal.

Es probable que el mayor peligro que insidie a la supervivencia humana, sea la avalancha de "información" falsa, catastrofista y politiquera que golpea negativamente la psique y la esfera emocional constantemente, junto con la cual, deriva la cada vez más habitual acción sin pensamiento. Es indispensable, no obstante, que se actúe de la mano de la razón para enfrentarse eficazmente a los tiempos que nos amenazan peculiarmente. Si se hace, el razonamiento le mostrará que el papel de baño, junto con una diversidad de otros productos que para el caso que compete son absurdos, no ampliará las posibilidades de un mejor mañana sino todo lo contrario. Y es que si lo que importa es la higiene, con todo lo que, en efecto, ésta trae consigo para la salud humana, empero, recurre al papel de baño para "asegurarla", caerá sobre usted su magia negra, una que esconde en sus entrañas la mentira más vil, haciéndolo caer estrepitosamente en su trampa: no, de ninguna manera el papel de baño lo deja limpio; no lo ha hecho nunca ni lo hará jamás, y, por si eso fuera poco, luego de usarlo se transforma en el origen de muchos de los peligros que nos asechan.

Es difícil no sentir miedo frente a la enfermedad, la muerte, la incertidumbre y a lo desconocido; aunado, el ser humano tiene múltiples e impredecibles formas de enfrentarse a lo que teme. A pesar de ello, la aparente necesidad de actuar de forma impulsiva, sólo lo pondrá en riesgo a usted, a los suyos y a la comunidad sobre la cual se sostiene la vida. Recordar que las personas que se han enfrentado mejor a las grandes adversidades que han azotado a la humanidad, suelen ser aquellas que contienen sus temores y se hacen las preguntas correctas, unas que se caracterizan por obtener las respuestas sólo a través de las virtudes de la razón: si la escucha, verá que las principales soluciones giran en torno a cuatro fundamentos: 1) alimentación saludable enfocada al fortalecimiento del sistema inmunológico; es decir, elegir aquellos alimentos que den vida y no muerte, 2) limpieza adecuada y constante con agua y jabón, lo que supone lavarse a través de la técnica precisa, 3) no arriesgarse de forma innecesaria e irresponsable; o bien, seguir al pie de la letra las instrucciones que han demostrado históricamente ser las más eficientes para vencer en estos casos, como es el resguardo en casa y 4) jamás subestimar al enemigo.

De esta experiencia se escribirán grandes historias; para bien o para mal, nos tocó ser parte de un momento único del que mejor será ser partícipes positivos del ensanchamiento de las antologías y de los hondos aprendizajes que nos dejará: inténtese, entonces, que las páginas futuras representen de nosotros la razón y la nobleza más grandes, así como un altísimo sentido de la compasión y de la responsabilidad colectiva de los que somos capaces y no de ese extrañísimo sentido de la supervivencia que nos indicó que, hacerse de papel de baño en proporciones ingentes y ridículas, sería el máximo garante de nuestra supervivencia... Después de todo, la pertinencia urgente de mantener la distancia física entre nosotros, no es una invitación a las acciones egoístas que atentan en contra de la vida de uno y de los demás, sino una firme exhortación para aumentar las probabilidades de todos.

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