Entre marzo y abril fueron 40 los buques que se encontraron dramáticamente sin poder seguir su ruta vacacional por el cierre de puertos y aeropuertos, debido a que los puertos en los que tenían previsto anclar, cerraron el ingreso de extranjeros.
De acuerdo a las noticias desde mediados de marzo hay cruceros varados en las regiones del mar Caribe, el sur de Argentina, el mar Mediterráneo o el Sud Este asiático.
"La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros informó —en un comunicado fechado el 16 de marzo— que había 40 embarcaciones con 90.000 pasajeros en el mar en el momento en que EEUU decidió suspender el ingreso de extranjeros provenientes de Europa. Muchos de esos cruceros, adelantaba, podrían regresar antes del 30 de marzo.
En efecto, a comienzos de abril la cifra de cruceros varados debido al cierre de puertos disminuyó, pero aún sigue preocupando. Según una estimación de la organización católica de caridad 'Stella Maris (Apostolado del Mar)', a comienzos de abril aún quedaban al menos nueve cruceros en el mundo con casi 8.000 pasajeros y unos 1.000 tripulantes".
Quedarse varado no es fácil. Un comunicado de la organización católica ilustra la preocupación por los problemas de salud mental que pueden afrontar tanto pasajeros como tripulantes, que más allá de la posibilidad de enfermarse con COVID-19 deben permanecer aislados a bordo de las embarcaciones por tiempo indefinido. Fuente: sputnik mundo, 06.04.2020.
La crisis llegó a los portaviones.
Lo mismo les pasó a dos porta aviones norteamericanos y uno francés: el Ronald Reagan, el Theodore Roosevelt y el Charles de Gaulle respectivamente.
La situación de aislamiento se hizo extensiva a tres buques de guerra imperialistas; El francés Charles de Gaulle con 40 afectados de una tripulación de 1760; el Theodore Roosevelt de Estados Unidos con 100 casos de contagio y con una población de casi 5 mil oficiales a bordo; por motivos del corona virus terminó aislado e inmovilizado en la isla Guam y su capitán fue despedido por alertar la necesidad de evacuar la tripulación afectada. La polémica alcanzó al secretario de la US Navy, que acabó renunciando. El 30 de marzo el ministerio de defensa anunció que el portaviones Ronald Reagan era víctima de un foco infeccioso del corona virus.
- Entre salud y seguridad -
"El atraco del Roosevelt en Guam el 28 de marzo dejó a los dos portaviones del Pentágono en el Pacífico en puerto, pues el USS Ronald Reagan está en Japón y también tiene un número desconocido de casos de coronavirus a bordo.
En todo caso, el secretario de Defensa, Mark Esper, dijo que no espera que ningún país vaya a poner a prueba la capacidad de respuesta militar de Estados Unidos en medio de la pandemia.
"Lo que vemos, lo que tendemos a encontrar ahora, es que muchos países han vuelto la mirada hacia adentro y se están enfocando en lo interno", dijo. Fuente: AFP /4/1/2020
Si Estados Unidos se encuentra estratégicamente en desventaja militar, respecto ¿a quién? Pues sus portaviones están inmovilizados, ahora, quiere sacar músculo en El Caribe para mostrar que aún posee una capacidad militar de respuesta.
Ante la falla estratégica de los portaviones; los gringos muestran músculo en El Caribe; si estuviéramos en la guerra fría, la URSS, ya le hubiera sacado ventaja a esta falla. Pero eso ya pasó y quienes están en guerra contra todos, son ellos. Y por eso el sobresalto del pentágono y de Trump, que despidió al capitán del Theodore Roosevelt y la renuncia del secretario naval.
Quedaron al desnudo sus debilidades militares y les entró escalofrío cuando el mundo se dio cuenta de ello. Y para desviar la atención, Trump sacó de la manga de la camisa la invasión a marte y a la luna; de ribete se pasó llevando a Maduro.
De allí qué en este momento de alianzas entre China y Rusia con Venezuela, los gringos harían una jugada muy mala si atentaran contra Venezuela. Por ello, al movilizar la panoplia actual; cuando los rusos ensayan las armas hipersónicas y los artilleros antiaéreos S-400 y los S-500, los chinos inauguran sus nuevos porta aviones y los koreanos del norte lanzan misiles de mediano alcance al mar; le están advirtiendo a los norteamericanos, que ya no son los amos del universo.
Ante el poderío militar de rusos, chinos y koreanos, los gringos, en este momento en El Caribe, están jugando al prestidigitador callejero, que lleva una anaconda escondida en un costal de henequén (agave), y ante una rueda de curiosos, revuelve el bolso, muestra la cabeza de la serpiente y grita: "cuidado Marta Julia".