Cuba, Venezuela… ¡Tanto que las denigraron!

Sábado, 18/04/2020 09:45 AM

Es difícil encontrar en la historia reciente de la humanidad dos países más atacados y denigrados que CUBA Y VENEZUELA por fuerzas, potencias, superpotencias, sistemas transnacionales y corporaciones tan poderosas como agresivas.

Dos países intensamente bloqueados.

Cercados. Acosados.Estrangulados.Agredidos.Calumniados.Difamados.

Toda una larga y persistente cruzada reaccionaria, ascendente y feroz.

Un intenso coro de mentiras, medias verdades y tergiversaciones abrumantes.

Sucesivas guerras de baja y mediana intensidad, de cuarta y quinta generación.

Guerras mediáticas, cibernéticas, financieras, químicas, psicológicas, biológicas, terroristas, magnicidas, militares, para-militares…

Una conjura de enormes dimensiones destinada a desacreditarlos, ocultar realidades, crear fantasías tenebrosas y aplastar la soberanía de ambas naciones latino-caribeñas.

Una confabulación internacional a cargo del imperialismo occidental con EEUU a la cabeza.

Departamento de Estado, Pentágono, CÍA, DEA, WALL STREET, FMI, BM, Unión Europea, OTAN, Israel MOSSAD, Grupo Lima, Colombia, sus "paracos" y sus bases gringas, derechas y ultraderechas continentales y mundiales, traidores y renegados, CNN, FOX, HERALD, VOA…todos perversamente apandillados contra dos proyectos de países y sociedades en procura de autodeterminación y justicia social.

Dos procesos de cambios trascendentes, con virtudes y defectos, logros y limitaciones, aciertos y errores… empeñados en un heroico combate desigual por el bienestar colectivo.

Dos transiciones revolucionarias difíciles, complejas, abarrotadas de aprendizajes, escollos, herencias negativas y adversidades provocadas por sus enemigos.

· DOS HAZAÑAS DE UN VALOR INCONMENSURABLE.

Sería muy tedioso hacer aquí menciones detalladas de tantas mentiras, descripciones calumniosas, expresiones de menosprecio; recurrentes campañas sobre el supuesto infierno fidelista y chavista, denuncias de penurias y miserias inexistentes, descalificaciones y maledicencias contra sus gobernantes, y comparaciones maliciosas frente a otras naciones bajo tutela imperial y gobiernos nefastos.

Pero es preciso destacar que sobrevivir, mostrando ante el mundo (¿gracias al COVID-19?) sus fortalezas y potencialidades emancipadoras, su acumulado social, su vocación solidaria, su capacidad de autoprotección y autodefensa de la salud de sus pueblos, no puede menos ser considerado en ambos casos –cada uno con sus particularidades- como una GRAN HAZAÑA.

El merito es muy grande porque en ambos casos no podían ser más fuertes las adversidades a vencer, ocasionadas por sendos bloqueos y sendas guerras económicas criminales de corte imperialista; esto es, por las precariedades materiales sufridas a causa del estrangulamiento comercial y financiero que golpearon a Cuba y Venezuela antes de la llegada del pernicioso CORONA VIRUS.

Sin embargo, esos ingredientes -dramáticamente adversos- no han estado presentes anticipadamente en las naciones más afectadas por la pandemia a escala mundial, algunas de ellas grandes potencias económicas, con enormes capitales y riquezas, grandes recursos acumulados e impresionante desarrollo tecno-científico.

Pero como el COVID 19 no es la crisis, sino un detonante-acelerador de la misma…

Como no es el causante de los deterioros de los sistemas de salud pública y seguridad social, sino un agente extraño que desnuda realidades…

Como no es causa de desigualdades, penurias sociales y vulnerabilidades especificas de la salud colectiva e individual en sociedades determinadas, sino agresión adicional que las desnuda…

Tampoco es capitalismo dependiente empobrecedor y colonizador, ni neoliberalismo privatizador, ni capitalismo ecocida y decadente…sino micro-organismo infeccioso sin antídoto para contrarrestarlo eficazmente en lo inmediato; con alto poder de contaminante, fuerte vocación genocida y mucha capacidad para generar una crisis colectiva de salud y el consiguiente desplome de la economía…

Entonces, en consecuencia, la pandemia por él provocada tiene dos impactos contradictorios: desnuda debilidades y saca a flota las fortalezas acumuladas en los diferentes sistemas económicos, sociales, políticos y culturales, respecto a la manera de gobernar y de relacionarse el Estado con la sociedad y la reacciones oportunas, eficaces o no de sus gobernantes.

CUBA y VENEZUELA, en sí mismas, y en comparación con una gran parte de los países afectados por la pandemia, han demostrado tener más fortalezas que debilidades y mayores ventajas relativas para controlarla y revertirla; a pesar de todo lo que le han hecho sus crueles e impenitentes enemigos.

Las cifras no mienten, ambas naciones están situadas entre las que pocos daños han sufrido en materia de salud y entre las que más solidaridad están brindando a los países más afectados, incluyendo a algunos con enormes riquezas acumuladas. A pesar de ser Cuba (turismo) y Venezuela (amplias fronteras) países con muchos vasos comunicantes con el exterior

Bajos índices de contagio, mayor masificación de las pruebas, mejores índices de recuperación de los afectados, baja tasa de personas fallecidas, mejor control, eficaz anticipación a la expansión, previsiones adecuadas, altos niveles de organización y disciplina, estrecha relaciones Estado-pueblo, y respuestas rápidas a los nuevos desafíos

· ¿CUALES HAN SIDO ESAS FORTALEZAS Y VENTAJAS RELATIVAS DE CUBA Y VENEZUELA?

A riesgo tanto de quedarme corto como de ciertas imprecisiones, me decido por incluir las siguientes características, dando por descontado las diferenciaciones y especificidades, y las particularidades de sus modelos políticos y de sus respectivas formaciones económicos-sociales:

-La sensibilidad social de quienes dirigen el Estado y las fuerzas políticas gobernantes.

-La preeminencia en esta situación de emergencia del derecho a la salud y a la vida del ser humano por encima del interés económico empresarial (privado y estatal), derivada de una concepción general que coloca al pueblo trabajador como centro de las políticas públicas.

-La decisión histórica de contrarrestar la estrategia neoliberal del capitalismo y su impronta privatizadora.

-La tendencia a la socialización e implementación de programas sociales y políticas públicas audaces; con énfasis en salud, educación, seguridad social, cultura y alimentación básica.

-La reducción de las desigualdades sociales y la exclusión social.

-Altos grados de organización popular-comunitaria conectada con la estatal.

-Valiosas experiencias acumuladas y calificada especialización en situaciones de desastre y momentos de emergencia.

-Amplio personal médico y para-médico especializado disponible, con alta vocación de servicio y espíritu de sacrificio; operando en sistemas de salud pública y seguridad social preservados del afán de lucro privado; total en Cuba, parcial pero muy vasto en Venezuela.

-Cultura solidaria en el plano nacional e internacional.

-Ejercicio de soberanía que les permite un justo aprovechamiento de la multipolaridad mundial y del respaldo de potencias emergentes que no condicionan la cooperación inter-estatal a los intereses del gran capital privado (casos China, Rusia, Irán…); lo que en el marco de esta pandemia, dada la experiencia acumulada por China, ha sido muy provechoso.

-Prevenciones, acopios, aprovisionamientos y medidas anticipadas contundentes, no condicionadas por intereses económicos u oportunismos políticos; lo que posibilitó contrarrestar la contaminación a tiempo, detectar los niveles de infección inicial y reducir su impacto mortal.

Es decir, Cuba y Venezuela se situaron entre los países que frente a la pandemia, y con anticipación a su propagación interna, supieron combinar a tiempo y eficazmente las medidas de pruebas masivas, cuarentena, buen nivel de recogimiento ciudadano, pruebas, restricciones de contactos, autoprotección personal y familiar, y cooperación armónica Estado-sociedad, con un suministro básico de alimentos, medios de vida y amplios servicios salud gratuitos y de buen nivel aun en medio de la parálisis o semi-parálisis económica.

Al parecer esa combinación es la clave, dado que en aquellos países donde no ella se ha logrado, es evidente que los resultados están distantes de controlar la pandemia en plazos aceptables, de detener y revertir a tiempo el incremento de la infección y el ascenso del número de muertes.

Ese ha sido el caso de no pocos países del llamado "primer mundo", incluido EEUU-Italia-España-Francia-Alemania-Inglaterra, y de tantos otros de la periferia dependiente y neoliberalmente re-colonizados, como República Dominicana, y en otros donde se impuso el poder de las derechas pro-imperialistas revirtiendo bruscamente los avances sociales alcanzados, como Ecuador y Brasil…para solo mencionar algunos ejemplos

A eso se le agregan las consecuencias de la pandemia sobre la economía, de cuyo impacto altamente negativo no están libres ni Cuba ni Venezuela, muy especialmente Cuba por el desplome del turismo. Pero el evidente e inevitable agravamiento de la situación económica-social en esos dos países hermanos, en un mundo interrelacionado, es otro tema merecedor de una especial atención y más espacio.

Adelanto sí que de todas maneras, tanto los actuales vínculos internacionales de Cuba y Venezuela como sus respectivos sistemas económico-sociales y regímenes políticos, y sus particulares experiencias en resistir y sobreponerse a peores agresiones y peores desplomes económicos que éste (recordemos el periodo especial en Cuba ante el colapso de la URSS y los países del Este Europeo, y la manera como Venezuela ha resistido las embestidas gringas), si bien auguran serias dificultades, también mayores posibilidades de recuperación que las que se vislumbran en la periferia "tercermundista" dependiente de EEUU y la Unión Europea.

Mientras, por el impero de una vocación de justicia y sensibilidad social, la carga adicional de los periodos especiales y las fases de emergencia, generalmente se asumen con alto sentido de equidad, procurando emparejar lo más posible el peso de los sacrificios.

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