El ejemplo de Suecia

Viernes, 08/05/2020 08:37 AM

El gobierno sueco respetó los derechos de sus ciudadanos a circular libremente y su derecho como adultos a decidir lo que más les conviene. El gobierno sueco se abstuvo de ordenar el brutal arresto domiciliario masivo de toda su población.

Los suecos no perdieron la cabeza ante la campaña global para aterrorizar con el COVID-19, orquestada por la gran prensa occidental y los gobiernos de algunos países.

Suecia registró apenas 3.040 muertes por coronavirus. La mayoría de ellos ancianos, que es siempre el grupo más afectado por cualquier epidemia de gripe.

Esa cifra demuestra que la peligrosidad del COVID-19 fue deliberadamente exagerada por supuestos expertos epidemiólogos. El objeto de la campaña es aterrar la población mundial, para que acepte la orden, sin precedente, en países democráticos, dé un arresto domiciliario global. Un poco el mismo objetivo de las acciones terroristas: someter con el miedo a los pueblos libres.

Había que crear un precedente, para cuando, con el espantajo de un regreso del COVID-19 la población acepte sumisa la orden de encerrarse en sus casas en cuanto comiencen las manifestaciones por el desastre económico mundial cuyo estallido estaba previsto para el 2020.

Suecia desafió las predicciones apocalípticas hechas por los críticos de su política de mantener la normalidad.

La Agencia sueca de Salud Pública ha registrado 99 nuevas muertes de Covid-19, lo que eleva el número de muertos a 3.040. Suecia tiene actualmente 24.623 casos confirmados del virus.

Suecia se puso a la vanguardia de un acalorado debate sobre la efectividad y la necesidad del encarcelamiento domiciliario global yel bloqueo del transporte privado.

El gobierno sueco no cerró escuelas ni negocios, optó por un enfoque estratégico inteligente: la protección de los grupos vulnerables.

Se aconsejó a la gente acatar medidas prudentes como la distancia de un metro entre personas, distancia normal entre entre suecos, un pueblo poco efusivo.

Nunca el gobierno sueco decretó medidas extremas e inéditas como poner bajo arresto domiciliario a personas sanas con vigilancia policial y amenaza de multas y arresto, como en países cuyos gobiernos sufren de omnipotencia y que, sin embargo, tienen una tasa de mortalidad por habitante mucho más alta.

Anders Tegnell, el epidemiólogo estatal de Suecia, admitió que su país ha luchado para proteger a los ancianos de la enfermedad.

Según el recuento oficial, las personas de 80 años o más suman cerca de dos tercios de las muertes.

Muchas de estas muertes han ocurrido en hogares de ancianos, una tendencia trágica que se observa en gran parte de Europa, donde deshacerse de los ancianos es la costumbre.

Los críticos del enfoque sueco ante la pandemia han señalado que el país tuvo un número de muertos por millón de habitantes mayor que sus vecinos escandinavos.

Sin embargo, los países con más muertes por millón de personas son Bélgica, Italia, Francia , España y el Reino Unido. Todos ellos arrestaron bajo vigilancia policial a sus respectivas poblaciones.

Los expertos que profetizaron decenas de miles de muertes en Suecia han sido desmentidos El modelo sueco fue muy criticado por el Imperial College de Londres (ICL) que sugirió que Suecia pasaría las 40,000 muertes para el 1 de mayo; mortalidad que continuaría aumentando a 100,000 muertes en junio.

Es que se temía que un ejemplo real desmintiera la campaña de terrorismo para someter y docilizar la población para poder mandarla a casa con un espantajo sanitario, en cuanto comiencen los desórdenes por la próxima crisis económica mundial. Los hechos muestran que Macron en Francia y Piñeira en Chile han sido los únicos beneficiarios del miedo orquestado en torno al Covid-19.

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