China actualiza el “arte de la guerra” (híbrida)

Viernes, 22/05/2020 12:32 PM

En 1999, Qiao Liang, entonces coronel de alto rango de la fuerza aérea del Ejército Popular de Liberación –y Wang Xiangsui, otro coronel de alto rango– causaron un tremendo alboroto con la publicación de «Unrestricted Warfare: El Plan Maestro de China para destruir a Estados Unidos». En realidad el libro «Guerra Sin Restricciones» era esencialmente un manual del Ejército de Liberación Popular para la guerra asimétrica: una actualización del Arte de la Guerra de Sun Tzu.

En el momento de la publicación original – con China todavía muy lejos de su actual influencia geopolítica y geoeconómica- el texto solo sostenía un esquema defensivo en materia militar , muy lejos del sensacionalista «destruir Estados Unidos» añadido al título por los editores norteamericanos en 2004.

Ahora Qiao Liang es director del Consejo de Investigación sobre Seguridad Nacional, y ha dado una reveladora entrevista a la revista Zijing (Bauhinia) con sede en Hong Kong.

El General Qiao no es un miembro del Politburó y sus opiniones no representa la política oficial, pero todos los analistas con los que hablé están de acuerdo en que los puntos más importantes de su entrevista constituyen el pensamiento de muchos dirigentes del Partido Comunista de China.

Revisemos algunas de la opiniones del General Qiao

Bailando con los lobos

El grueso de su análisis se concentra en las deficiencias de la industria estadounidense: «¿Cómo puede EE.UU pretender hacer una guerra contra la mayor potencia manufacturera del mundo cuando su propia industria está prácticamente en el suelo?»

Refiriéndose al Covid-19 y a los ventiladores mecánicos da un ejemplo: «De las más de 1.400 piezas necesarias para un ventilador, más de 1.100 deben ser producidas en China, incluyendo el montaje final. Ese es el problema de los EEUU. hoy en día. Tiene tecnología de punta, pero no tiene los métodos ni capacidad de producción. Así que tienen que confiar en la producción china».

El General Qiao descarta la posibilidad que Vietnam, Filipinas, Bangladesh, India y otras naciones asiáticas puedan reemplazar la mano de obra China: "¿Cuál de estos países tiene más trabajadores cualificados que China? ¿Qué país ha invertido tanto en recursos humanos como China en los últimos 30 años? ¿Qué país está educando a más de 100 millones de estudiantes de nivel universitario? La capacidad de toda esta gente altamente preparada está todavía lejos de ser utilizada para nuestro desarrollo económico».

"Es cierto, dice, que incluso en tiempos de epidemia y dificultades económicas el poder militar de los EEUU, es capaz de interferir directa o indirectamente en la cuestión del estrecho de Taiwán y bloquear o sancionar a China impidiendo su comercio con Occidente». En consecuencia, argumenta, es «bueno» que China se comprometa con la causa de la reunificación, «pero es malo si se hace en el momento equivocado. Sólo debemos actuar en el momento adecuado. No podemos permitir que nuestra generación cometa el pecado de interrumpir el proceso de renacimiento de nuestra nación".

El General Qiao aconseja: «Aunque la soberanía territorial está ligada a los intereses fundamentales de una nación. Hay otros tipos de soberanía: la soberanía económica, financiera, alimentaria, de defensa, de recursos, biológica y cultural …y todas están vinculadas a la supervivencia de las naciones y son componentes de la soberanía nacional».

En el caso de la reunificación con Taiwán opina: «más allá de la guerra, hay que tener en cuenta otras opciones. Hay medios para actuar en la inmensa zona gris que hay entre la guerra y la paz. Incluso hay operaciones militares que no llevan a la guerra, pero que puedan implicar un uso moderado de la fuerza».

El General Qiao da un ejemplo gráfico, «si tenemos que bailar con lobos, no debemos bailar al ritmo de los EE.UU». Debemos tener nuestro propio ritmo, e intentar romper su ritmo, minimizar su influencia. Si el poder norteamericano está blandiendo el garrote, es porque ha caído en una trampa.»

En resumen, para el General Qiao, «China debe mostrar primero su determinación para resolver la cuestión de Taiwán, y luego aplicar la paciencia estratégica oriental, aunque: "partimos de la premisa es que debemos desarrollar nuestra capacidad estratégica para resolver la cuestión de Taiwán, incluso usando la fuerza en cualquier momento.»

China se saca los guantes

Considerando el análisis del General Qiao es casi indiscutible que Beijing responderá ojo por ojo a la guerra híbrida desarrollada por el gobierno de los Estados Unidos. Al parecer China se saca los guantes definitivamente.

Así que a efectos prácticos como respuesta a la ofensiva de Trump contra Huawei, el gobierno Chino apuntará a Apple, Qualcomm, Cisco y Boeing, incluyendo "la suspensión de hacer negocios en China». Beijing está dispuesto a responder firmeza las amenazas de Donald Trump.

Una matriz de racismo tóxico y de inveterado anticomunismo es responsable del sentimiento anti chino predominante en los Estados Unidos (que abarca al menos el 66% de toda la población) Aconsejado por Steve Bannon, el presidente Trump se apropio de este sentimiento para utilizarlo como el tema central de su campaña para la reelección.

El objetivo estratégico es ir tras China en todos los campos. El objetivo táctico es forjar un frente anti-China con todo Occidente: un antiguo cerco –pero al estilo de la moderna guerra híbrido– centrado en la guerra económica.

Esto implica una ofensiva concertada, para tratar de bloquear los mercados regionales a las empresas chinas, incluyendo los embargos. Ahora la congelación de los activos chinos en los EE.UU ya no es una propuesta descabellada.

Estados Unidos está dispuesto a atacar sistemáticamente cada posible ramificación de las Nuevas Rutas de la Seda –puertos, energía, interconexión digital, ruta de la seda de la salud-. Por tanto, aquellos que soñaban que el Covid-19 podría ser el pretexto ideal para una nueva Yalta –uniendo a Trump, Xi y Putin– pueden hacer descansar en paz sus ilusiones.

La «contención» se pondrá en marcha sin más. Un ejemplo claro son las declaraciones del Almirante Philip Davidson –jefe del Comando Indo-Pacífico- que acaba de exigir 20 mil millones de dólares para construir un «robusto cordón militar» desde California hasta Japón con «redes de ataque de precisión de alta supervivencia» y «fuerzas conjuntas rotatorias para contrarrestar la renovada amenaza que enfrentamos a lo largo y ancho de la cuenca del Pacífico". El Almirante Davidson asevera que «si Estados Unidos no cuenta con una disuasión convencional válida y convincente, China y Rusia se pueden envalentonarse y afectar nuestros intereses en la región.».

Que pasará en el Congreso del Pueblo Chino

Desde el punto de vista de los analistas del Sur Global, la actual y peligrosa Nueva Guerra Fría, es básicamente una manifestación del progresivo fin de la hegemonía de occidente sobre el planeta.

Aún así, el hegemón norteamericano exige a decenas de naciones que se posesionen a su favor con el clásico «quien NO está con nosotros o está CONTRA nosotros».

En la sesión anual del Congreso Nacional del Pueblo, que comienza este viernes, veremos cómo China se ocupará de su máxima prioridad: la reorganización interna después de la pandemia.

Por primera vez en 35 años, Beijing se verá obligada a renunciar a parte de sus objetivos de crecimiento económico. Esto significa que el objetivo de duplicar la renta per cápita para 2020 -en comparación con 2010- se tendrá que aplazar.

Lo que debemos esperar es que se apruebe el énfasis en el gasto interno y en la estabilidad social – por encima de la lucha por convertirse en un líder mundial… aunque esto no implique pasar por alto este objetivo.

Después de todo, el Presidente Xi Jinping dejó claro que "China no practicará la lógica de las Grandes Farmacéuticas en el desarrollo y despliegue de la vacuna contra el Covid-19, cuando esté fármaco disponible». Al contrario "China convertirá la vacuna en un bien público mundial asegurando su acceso a los países en desarrollo".

Internamente, Beijing impulsará las empresas estatales que son fuertes en la innovación y asunción de riesgos. Esto es muy importante porque China siempre ha desmentido las predicciones de los «expertos» occidentales. Por ejemplo, en Abril las exportaciones aumentaron un 3,5 % cuando los expertos preveían una disminución del 15,7 %. El superávit comercial fue de 45.300 millones de dólares, cuando los expertos pronosticaban sólo 6.300 millones.

Pekín parece identificar claramente que Occidente, especialmente los EEUU, se está sumergiendo en el territorio de una nueva Gran Depresión mientras la República Popular China está a punto de reavivar su crecimiento económico. El centro de gravedad del poder económico sigue moviéndose, inexorablemente, hacia Asia.

¿Guerra híbrida? Adelante.

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