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Racismo, discriminación, genera violencia

Jueves, 04/06/2020 09:06 AM

Hoy el capitalismo vive una profunda crisis global y estructural, ahora acelerada y profundizada por el Covid19. Estamos en un escenario de recesión mundial no decretado que, se acrecienta todos los días, en el marco de una confrontación geopolítica planetaria entre EEUU con sus aliados de la Unión Europea y el cartel de lima, por una parte y las potencias emergentes con China, Rusia, India, Irán y Turquía, disputan hoy la hegemonía. El gobierno de Trump asume una posición guerrerista. Las potencias emergentes tienen como tarea revolucionarios luchar por la paz con justicia, por un mundo nuevo, multicéntrico y pluripolar. Ya no se habla del fin de la historia. En este momento se opina sobre "El fin de la globalización" refiriéndose a la ideología que conduce ese proceso como "El colapso neoliberal", jamás podíamos imaginar que 90 días atrás que el coronavirus regenera un cambio en un mundo dominado por la globalización en los vértices: político, económico y en lo social, a esta hora del juego podemos ver que la pandemia ha derrotado varios gobiernos y es muy notorio en el Continente Americano de manera muy es especial: Suramérica (cartel de lima) y EE.UU. aspiran imponernos un derecho imperial, que responde a los intereses no de las naciones soberanas sino del polo corporativo transnacional.

El Gobierno del presidente norteamericano, Donald Trump continúa con la promoción de medidas coercitivas y unilaterales para asfixiar la economía de Venezuela, en este momento lo hace con más agresividad porque le sirve de finalidad para desviar la atención de las protestas sociales que se desarrollan en 141 ciudades de Estados Unidos por el asesinato de George Floyd a manos de un agente policial. Los sucesivos Gobiernos de Estados Unidos han alegado sentirse preocupados por las libertades, los derechos y la dignidad humana, y han instrumentalizado el término derechos humanos para justificar sus políticas, intervenciones y guerras contra otros países que, se oponen a sus antojos y son tildados de regímenes enemigos. De hecho, EE.UU. se presenta como el guardián de los intereses de los más oprimidos. Quién puede creerse esto, quién está convencido de que Estados Unidos protege y respeta los derechos humanos, especialmente bajo la Administración de Donald Trump. Si hay quien crea: la Unión Europea y el Cartel de Lima.

Lo que está sucediendo en EE.UU. en estos días es una fusión de racismo, discriminación, violencia y odio, El presidente estadounidense dice que no es racista y que sus partidarios tampoco lo son, mientras que las escenas de grupos de extrema derecha asistiendo a los mítines de Trump, muestran todo lo contrario. De lo que se enorgullece el Gobierno y los medios de comunicación estadounidenses, cuando hablan de libertades y derechos humanos es simplemente una ilusión de Hollywood, la enorme industria filmográfica asentada en California, un espejismo que muestra una realidad edulcorada de EE.UU. El racismo sigue latente en EE.UU, algo que se ha puesto en evidencia, con la orden de Trump impartida a la Guardia Nacional para sofocar las marchas, con uso de balas, si fuera necesario, y lo peor es que desde su Ejecutivo describen a los manifestantes como "matones" y "saboteadores".

Los antecedentes históricos del racismo en Estados Unidos se remontan a la formación de este país y la migración de los europeos a estas tierras. Al emigrar a este país, a los anglosajones británicos, franceses y españoles se les ocurrió plantear la idea de superioridad de su raza y de catalogar de "salvajes" a los verdaderos pobladores de estos territorios: los pieles rojas, siendo este el preámbulo de una máscara y genocidio sin igual en contra de los nativos americanos, a fin de apoderarse de sus tierras ancestrales. El asesinato del líder social Martin Luther King en abril de 1968 provocó las mayores movilizaciones de la historia contemporánea de los EE.UU. Años antes, en agosto de 1963, el pastor afroamericano había convocado a 250 mil personas en la ciudad de Washington, en un famoso acto popularizado por la frase I have a dream. A mediado de febrero de 1965, el líder Malcom X, es ejecutado, esta es la historia de los EE.UU de América, asesinan a los negros y no hay castigo para los blanco que asesinan.

 

 

 

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