«My Looord…Lo que me quedaba por ver»
Anuncio durante la Guerra Civil de EEUU para reclutar a afroamericanos. AFRICAN AMERICAN MUSUEM
«Los niggers pelean en serio. Tengo que reconocer que no solo utilizan sus armas naturales sino que nos están robando las armas del KKK –la tea y la quema de chozas de adobe– que en nuestro caso son las comisarías de policía. Además están atacando nuestras referencias simbólicas con la destrucción o el derribo de las estatuas de nuestros líderes primigenios, los que marcaron a fuego los culos o las espaldas de los africanos. No se olvidaron ni de Lincoln, quien no era abolicionista, ni mucho menos, sino supremacista, tal como suena. Pretendía enviar a los negros a Liberia y cuando no pudo, limitó la esclavitud a los estados rebeldes del sur. He tenido la santa paciencia de leer sus entrevistas en la Casa Blanca y sus discursos en el Congreso. ¿Porqué creen los niggers que le llamamos Casa Blanca a la fortaleza del presidente de los EEUU?».
« Cuando me enteré casi reboto -pese a mi corpachón- de risa. Lincoln reservó los nuevos territorios de la Unión para los hacendados blancos: es decir: allí desalojaron a los "indios" y no permitieron la entrada de los niggers. Todos a sus reservas naturales. Primarias las de los "indios", secundarias en el caso de los negros porque su lugar originario era África. No pudo enviarlos a Liberia se lamentaba el, pese a todo, gran Lincoln.
«Los niggers están peleando en serio»
«Los negros fueron, eso sí, un arma estratégica. Yo los he utilizado de la misma manera, y Bush antes que yo. Ahora el bueno de Abraham vigila el Capitolio desde su inmensa estatua: tal vez a la Pelosi o a los propios negros irredentos que han llegado hasta allí. No son muchos pero están –en el Congreso- contaminando nuestro tinglado supremacista y nuestra democracia de las libertades de Comercio y Empresa que nos han llevado al verdadero poder: el del Dólar. Las certezas no son lo mío, tengo que reconocerlo in voce (este alarde latino me lo enseñó Bolton quien, por cierto, miente en su libro "La Habitación en dónde ocurrió" en el que me tacha de ignorante e incompetente hasta el ridículo, desconocedor de la historia y de la geografía, además de frívolo y veleta. Yo sé, desde siempre dónde están Rusia y China aunque no pueda colocar sobre nuestro mapa a los rincones del Patio Trasero, ni meterme en Europa, Asia o África, sin un curso previo y unas notas en caso de urgencia)».
«He intentado ordenar su censura –la del libro de Bolton- apelando razones de seguridad nacional pero no lo he conseguido. De hecho, todo lo consigo a medias, excepto la conexión con los tontos que se creen lo del "el país de las oportunidades" para enriquecerse en una nación con una pirámide social tan vertical como el Everest. Me da otra vez risa. En un país en el que la riqueza se hereda, salvo contadísimas excepciones, todo el mundo quiere ser rico».
De Bolton el fanático, a Lincoln el supremacista de los dos sufrimientos
«Así es, fue Bolton quién me puso sobre la pista de los grandes presidentes de los EEUU a los que quería emular. En principio rechazaba frontalmente a Lincoln pero acabé por leer algunos discursos. Por ejemplo el que hizo ante cinco o seis esclavos liberados:
"Vosotros y nosotros somos razas diferentes. Tenemos entre nosotros la mayor diferencia que existe entre prácticamente cualquier raza. No necesito discutir si es correcto o incorrecto, pero esta diferencia física es una gran desventaja para ambos. Creo que vuestra raza sufre mucho, en parte por vivir entre nosotros, mientras que la nuestra sufre con vuestra presencia".
«Y continuó:»
"Vuestra raza está sufriendo, a mi juicio, el peor mal infligido a cualquier pueblo. Pero incluso cuando ya no seáis esclavos, todavía estaréis lejos de ser puestos en igualdad con la raza blanca. En este gran continente, ni un solo hombre de vuestra raza es considerado igual a un solo hombre de los nuestros. Id al lugar donde mejor se os trate".
(Los documentos no transcriben si el grupo de ciudadanos negros, mostró su perplejidad ante su gran esperanza blanca)».
«Descartada Liberia, Lincoln manifiesta que no es un abolicionista, sino un supremacista como Yo:»
"Mis propios sentimientos no lo permitirían y, si lo hiciesen, sabemos de sobra que la inmensa mayoría blanca no lo aceptaría."
«Las últimas acciones de los niggers apuntan a elementos más simbólicos pero que –como sabía el niñato George Bush- tienen hondas raíces en lo más retorcido de las tripas de nuestro Gran Bastón y de nuestro corazón negrero. Según parece las que dan dolor de cabeza permanente a los africanos por estar también en las raíces del esclavismo y de su sufrimiento. Los niggers y algunos blancos traidores han "vándalizado" -como dicen los amigos europeos- las estatuas de los traficantes de esclavos. Los jodidos negros las mantienen en su memoria profunda. No sabía yo que semejante manada tuviesen historiadores que convirtiesen el puro negocio y la rutina del comercio de esclavos en terrible afrenta. Todavía no han llegado a todos los Padres Fundadores, como Jefferson, pero ya han trasladado la guerra al mundo. »
Lo dicen los archivos, no lo digo Yo
«No vamos nada bien por ese camino. Algunos europeos han tenido que esconder sus vistosas estatuas en sus museos. Ni más ni menos que Nelson se ha tambaleado en la columna de Trafalgar Square, y Leopoldo II de Bélgica -un genio precursor de las privatizaciones y del comercio libre de esclavos, que se adueñó a título personal y a través de compañías privatizadas de todo el Congo, cumple se deshonroso destierro en un museo al aire libre. Las manifestaciones de protesta antirracista los han localizado. Bélgica –otro de nuestros grandes amigos de la NATO- ha tenido que avergonzarse de un genocida coronado de ese calibre. En este último caso la estatua fue "severamente vándalizada". Hay otros por ahí, también coronados, que esperan su turno».
«Colón ha caído de Bruces en el suelo o ha sido decapitado, mientras que Hamilton, el piloto de Formula I, varias veces campeón del mundo (ahí sí que estoy yo fuerte), ha expresado toda la profundidad y la cólera en la guerra sin cuartel contra el racismo: "Derríbenlas todas. En todas partes", fue su consigna. Lewis Hamilton afirmó además "estar orgulloso" de los manifestantes que desataron su furia contra la estatua de bronce de Edward Colston colocada en 1895 en una ciudad del suroeste de Inglaterra».
La estatuofobia antirracista se ha generalizado a todos los tiempos y en todas direcciones
«Así pues han caído, algunas veces decapitadas, desde Colon hasta Nelson, desde Edward Colston hasta Cecil Rhodes diseñador del Apartheid en Sudáfrica. Me dicen mis asesores que faltan muchas y muy notables, como Winston Churchill pero qué, al paso que vamos todo se andará. A mí me conmovió la estatua de Lord Baden Powell, fundador de los Boy Scouts y, por supuesto, la de Lincoln, no por supremacista, sino como padre de la Patria que Yo defiendo».
«Sueños de nunca acabar»
«Hace unos días, me prometí a mí mismo, y a los interpretadores y cazadores de sueños, que volvería a la alucinación verdaderamente creadora de unos EEUU imperiales, a nivel global. Para mí, teatrero soñador de sueños, mi duermevela de todos los días es Venezuela y sus regates de enano a un país gigantesco como el mío que Yo dirijo con mano de hierro. Tengo muchos asuntos pendientes con ese país que me señaló Obama; y muchos más con Cuba que me descubrió mi padre, pecador, y varias veces triunfador como Yo. Él me dijo: Cuba es la verdadera bestia. La casa del diablo»
«Dormir sueño adormidera»
Mi red social favorita Twitter me ha bloqueado los mensajes con una señal que los califica de falaces, mentirosos o, directamente de Fake news. No obstante, pese a los niggers y a Twitter puedo salir del letargo de mis somníferos, y saltar al sueño en el que todos son luces. Allí me veo tejiendo infatigablemente los eslabones para una guerra total contra todos los enemigos de EEUU cuando, de repente, empiezo a perder todas las batallas. Primero en el frente exterior y, después ¿Quién lo diría?, en el frente interno».
No vivo más que soñando, no Presido más que entre sueños
«Voy a intentar poner en orden mis sueños y contárselos a mis lectores clandestinos. Ya saben ustedes –los que tienen experiencia en la coca que nos trae la DEA y los opiáceos que traficamos con los afganos- que este tipo de procesos de exaltación violenta, de verborrea trepidante y de fortalecimiento del Yo van seguidos de momentos erráticos y de confusión».
«Tengo que reconocer que las acusaciones que en ese sentido me hace Bolton, mi antiguo asesor de confianza, son más exactos que lo que Yo puedo reconocer. Bolton es un fanático anticomunista verdaderamente criminal, matarife de masas, en el grado de genocidio. Yo más bien soy un indiferente que sé pero que no me doy por enterado. El genocidio se diluye en la nada cuando no permito el enjuiciamiento de mis soldados ni de mis funcionarios. Tengo la práctica del funcionamiento del capitalismo y ahora estoy practicando y reflexionando con la del capitalismo global. Con mis generales me enredo, pero aprendo, con la relación entre los negocios y el imperio. Alguno de ellos, los más listos, me han aconsejado la lectura, aunque sea en forma de prontuario, de mis enemigos los comunistas. No se lo creerán ustedes pero me he encontrado con los nombres de Lenin y de Marx. Le he dado la vuelta a alguno de sus conceptos y me estoy aprestando para la batalla. Algunos inocentes creen que los grandes empresarios carecemos de ideología. La tenemos muy clara pero la colocamos a distancia de los ciudadanos. Yo a la dialéctica le doy la vuelta y la convierto en una técnica financiera de capital apalancado: ¡Chúpate ésa, Carlos Marx! ».
«En la próxima entrega haré un arrebujo de sueños que se amontonan en mi cerebro y alimentan mi "práctica política". Es el materialismo histórico del capitalismo triunfante, del imperialismo global: ¡Chúpate ese otro, Carlos Marx de los demonios! Haré una recopilación de mis sueños fulgurantes».
Nota del autor:
Las referencias a los discursos de Lincoln, así como las fotografías no los he sacado, como Trump, de archivo del Capitolio sino de un artículo de Javier Biosca Azcoiti
eldiario.es: https://www.eldiario.es/internacional/Fin-esclavitud-EEUU-Lincoln-abolicionista_0_979902189.html
En él se explica también la utilización estratégica de los negros por el propio Lincoln, tal como lo hicieron después, repetidamente, los presidentes republicanos y demócratas de los EEUU.
La relación y las fotografías de las estatuas agredidas o retiradas por un mínimo decoro es realmente terrorífica y su destrucción oxigenante: