Rusia, desea regenerar en su seno un nuevo concepto de sociedad para consolidar su destino bajo una perspectiva de integración y, de esta manera abrir sus fuentes políticas al mundo hispánico bajo un criterio de comercialización optimizado y despliegue de su acción social. De allí que la faz del pasado histórico ruso debe contemplar un diseño estructural desarrollista mesurado para que sus productos sean captados en América del Sur y Centroamérica, Es que la economía se viene manejando desde una visión futurista con verdadera autonomía local para que esos límites financieros captados por las corporaciones avancen de una manera natural hacia un proceso legislativo creíble y deje atrás el funcionamiento de una economía centralizada y, donde los ricos sigan oprimiendo a los pobres bajo un contexto internacional platónico que ha dado lugar al estancamiento de una burocracia que explota al consumidor al crear cinco canales para que les llegue los alimentos y bienes de consumo
Cuando se requiere dinamizar la economía para incentivar el Estado de Bienestar, tenemos que tener mucho cuidado con el burocratismo colectivista, quien se apoya en una base del capitalismo para fomentar el incremento del valor de cada unidad de consumo hasta llegar a la hiperinflación, como es el caso venezolano, donde el gobierno le da apertura al dólar y devalúa su moneda para fundamentar más miseria entre los pobres y habilitar su pasado histórico para llevarnos al colonialismo y la esclavitud hacia iconos que desearon en un momento fundamentar su poder en una plataforma civilatoria de nivel capitalista.
Rusia, muy al contrario, viene alimentándose de un liderazgo sensato alrededor de Vladimir Putin, quién viene reconstruyendo con acierto esos viejos niveles ideológicos comunistas en ápices de un orden económico acertado y apoyado por los pobres para regenerar los campos agrícolas e industrias, bajo un estrato desarrollista y de verdadera conciencia política y social.
Por lo menos, hasta hoy, tenemos un sistema de desarrollo que es capitalista y lo utilizan precisamente, los comunistas como punto de restauración de sus países de origen. , es que constituye el único modelo con iniciativa política, donde la sociedad civil puede fortalecer su sistema económico autónomo y adquirir suficiente peso social en relación con el Estado. El asunto en Venezuela es que hay determinantes factoriales que coexisten para adecuarse a las normas occidentales y controlar el poder económico, pero, hasta los canales televisivos están en una propaganda bestial contra D. Trump y Jair Soberano para retomar los poderes en el Sur, pero, este no es el mejor camino porque no somos asiáticos, menos orientales, lo que implica una mala campaña ideológica que afecta el sentir social de la familia venezolana y se incrementa porque el gobierno ha dolarizado el país en un último suspiro neoliberal y de sentido capitalista que demuestra que no es el mejor camino a tomar.
El ejemplo de asociación comunitaria se proyecta desde Moscú y cada ciudadano debe laborar y las entidades bancarias cumplir con el perfil en la estructura del Estado. Es un ejemplo a seguir.
Necesitamos gobernabilidad y monitoreo en los países del Sur y, aislar a los depredadores, donde los gobernadores militares tienen que regresar a los cuarteles ante la emergencia de nuestro tiempo. El campo político no es un solucionador de problemas. La sociedad militar y civil deben asumir sus responsabilidades y tener su propia travesía para su restructuración económica y disciplinarse en la tensión entre racionalidades de corto y largo plazo.
Al frente deesa gran estructura del Estado hay una congruencia moral como requisito que en el ejercicio económico debe ser remplazado por gruesas simplificaciones para darle agilidad al mundo económico, donde todo se logra por una referencia específica al tipo del régimen político que le dará funcionalidad a todo un sistema de poderes para controlar sus aristas en el desenvolvimiento bursátil.
Con Rusia crece la confianza y el oportunismo contemporáneo para lograr que la historia de la humanidad nos lleve a un pensamiento progresista no liberal que, a su vez, nos conduce a una concepción actualizada sobre la industrialización. Es un novísimo escenario para lograr el control de algunos escenarios.
En este siglo XXI veremos siempre una falsa realidad entre Alemania, Inglaterra, Francia y Estados Unidos de Norteamérica. Estos países se encuentran dispuestos a desarrollar el mayor nivel de progreso y hacerlo extensivo, como parte de su acción civilizadora. Esta realidad es una nota constante que viene marcando el estado de las conflagraciones de alcance mundial en este tiempo.
Sin duda, la política internacional del naciente siglo se define, de como hecho sigue ocurriendo, como esas relaciones de poder y, las informaciones desde la anarquía hasta la lucha por el poder constante serían usual en las intenciones de dominio o imposición de esas fuerzas.
Hay un claro contraste entre Latinoamérica y el ex bloque soviético. Este último muestra un crecimiento en sus distintos aspectos sin interrupciones y el presidente Putin a puesto en shock, su propia economía al abrirse en un orden cerrado a las diversas tendencias desarrollistas, donde observamos una transformación formal y rápida.
El exceso de partidos políticos daña un sistema y, los factores generales y comunes que caracterizan su deformación en la estructura del Estado son tres: socioeconómicos, ideológicos y técnicos. Obviando el verdadero crecimiento y motor productivo que son los trabajadores. Por esto, hay que simplificar el sistema de partidos a dos tendencias y que sus representantes puedan ver la realidad compleja de los países que representan.