Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
Strategic Culture Foundation
https://www.strategic-culture.org
Aparentemente, no existe límite alguno para que Estados Unidos e Israel puedan salirse con la suya sin ningún tipo de consecuencias. Estados Unidos ha estado librando una devastadora guerra económica contra Irán y Venezuela al tiempo que culpa a China por la crisis sanitaria mundial, negándose a contribuir en contra de esta retirándose de la Organización Mundial de la Salud, OMS…
mientras tanto, Israel planea anexar ilegalmente considerables porciones de territorio palestino en la Cisjordania Palestina durante el mes de julio contando con la luz verde del gobierno de Trump y nadie en Europa o en cualquier otra parte se ha interesado por imponerle enérgicas sanciones que pudieran redundar en una postergación de tal decisión. El primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu ha incluso declarado enfáticamente que los palestinos que sean anexados no serán ciudadanos israelíes, solo serán "súbditos" del estado judío sin ninguna garantía de derechos o privilegios.
El establecimiento norteamericano está completamente comprometido con el principio que Estados Unidos e Israel deberían tener "manos libres" en su trato con otros países en sus respectivas esferas de influencia. Eso, efectivamente, significa controlar la narrativa de tal modo que Estados Unidos y el Estado Judío siempre aparezcan como víctimas de otras naciones cuyo comportamiento es carente de principios y también crear un ambiente donde no pueda haber efectivos cuestionamientos legales contra semejante agresión.
En realidad, la única organización que fue específicamente creada para tratar problemas de guerras de agresión y limpieza étnica es la Corte Internacional de Justicia (ICC sigla en inglés) situada en La Haya que ha sido específicamente el blanco tanto de Washington como de Jerusalén para negarle toda jurisdicción en situaciones en las que cualquiera de los dos países esté involucrado. Tanto Israel como Estados Unidos se han negado a reconocer la Corte Internacional de la Haya por las obvias razones que ellos son los principales causantes de indignantes violaciones a los derechos humanos y el derecho internacional. Israel está particularmente preocupado en torno a sus numerosos crímenes de guerra como para agregar su violación a la Cuarta Convención de Ginebra que prohíbe "la transferencia, directa o indirecta, por parte de una Potencia Ocupante de partes de su propia población civil para incluirla en el territorio que ocupa o la deportación o transferencia de todas o partes de la población del territorio ocupado dentro o fuera de su propio territorio."
La Corte Internacional de hecho ha sido recientemente atacada…
tanto por parte del gobierno de Trump como del congreso. Hace dos semanas un grupo bipartidario compuesto por 69 senadores, enviaron al Secretario de Estado Mike Pompeo una carta…
para condenar la "peligrosa politización de la Corte "que de manera deshonesta ataca a Israel." Los senadores urgieron a Pompeo a continuar con su "vigoroso apoyo a Israel ya que este enfrenta la creciente posibilidad de ser investigado y procesado por La Corte Internacional de Justicia." La carta menciona también que "las acciones actualmente en curso podrían conducir al enjuiciamiento de civiles israelitas…" aunque la Corte no cuenta con una jurisdicción legítima en este caso."
La declaración que la Corte carece de jurisdicción es muy cuestionable ya que el "Estado Palestino es miembro de diversas entidades en la Organización de Naciones Unidas y también es signatario del Estatuto de Roma….
https://www.icc-cpi.int/resource-library/documents/rs-eng.pdf
que fundó la Corte Internacional de Justicia. Predeciblemente, la carta sería escrita por Ester Kurz, directora legislativa del Comité EE.UU./Israel de Asuntos Públicos (AIPAC sigla en inglés) el cual es el principal grupo de apoyo a Israel en Estados Unidos. Una carta similar….
fue hecha circular en la Cámara de Representantes donde se le agregó el "problema norteamericano" al criticar el intento de la Corte de investigar los crímenes de guerra de Estados Unidos en Afganistán. Esta recolectó 262 firmas.
Anticipándose a la amenaza a los intereses de Israel, el Congreso de EE.UU. hace tiempo que trata que la seguridad y asistencia que se le brinda a la Autoridad Palestina esté condicionada a ser suspendida si "los palestinos inician una investigación judicialmente autorizada por la Corte Internacional de Justicia o apoyan de manera activa tal investigación que somete a nacionales israelíes a ser investigados por supuestos crímenes contra palestinos". Como Donald Trump, de hecho prácticamente ha cancelado toda asistencia, incluso la ayuda humanitaria, que se entregaba a los refugiados, el castigo por acudir a la Corte es básicamente moot y consecuentemente los palestinos han continuado con sus denuncias en un intento por contrariar la pauta de anexión de parte de Israel.
La carta de los senadores surgió al mismo tiempo como la advertencia emitida por Pompeo a la Corte enfocada en Israel pero que claramente estaba dirigida para impedir cualquier intento de investigar los crímenes de guerra de Estados Unidos en Afganistán.
Pompeo alega que la Corte es un ente político y no una legítima institución judicial y acusa al fiscal jefe, Fatou Bensouda, de investigar de manera maliciosa "los crímenes de guerra de Israel en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental". Su queja que va paralela a la carta de los senadores, talvez no se trate de una coincidencia cuando sostiene que la Corte no tiene ninguna jurisdicción y que los palestinos no son "soberanos" y que por lo tanto no tienen condiciones para presentarse ante la Corte, en primer lugar.
Pompeo concluye con la siguiente amenaza: "Una Corte que intenta ejercer su poder fuera de su jurisdicción es una herramienta política que se burla del derecho y el debido proceso. Si la Corte Internacional de Justicia continúa con su actual acción, habrá consecuencias".
Israel también sostiene—como lo hace Estados Unidos—que no está sujeto al "juicio" de la Corte porque cuenta con un sistema legal en ejercicio que es capaz de castigar a los criminales de guerra. Por supuesto que Israel no lo hace y Estados Unidos solo lo hace cuando es demasiado el escándalo. El más reciente criminal de guerra norteamericano fue condenado por un juzgado militar y luego perdonado por el presidente Donald Trump. Incluso fue agasajado en la Casa Blanca.
En el mes de noviembre de 2017 Bensouda anunció que abriría una investigación sobre supuestos crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos en Afganistán. El gobierno de Trump expresó su ira criticándola en las redes sociales, cancelándole su visa norteamericana y amenazándola con acciones legales, contra ella, su personal e incluso contra los jueces de la Corte Internacional de Justicia. La Casa Blanca advirtió que si la Corte se atreve a detener un ciudadano norteamericano, Estados Unidos emplearía la fuerza militar para liberarlo o liberarla. El presidente Trump, Pompeo y John Bolton, todos ellos describieron a la Corte como "una agencia política, corrupta, irresponsable, incomprensible y carente de transparencia y por lo tanto, ilegítima". La crítica resonó lo suficientemente absurda como para tratarse de una precisa descripción del mismísimo gobierno de Donald Trump..
Bensouda, que ha sido un tanto tímida en cuanto a enfrentar a Israel en el pasado….
se sabe que ahora está procesando el reclamo palestino. Ella también ha sido autorizada para proceder con su investigación sobre los crímenes de guerra de Estados Unidos en Afganistán. Por lo tanto, si se da un juicio real, personajes de alto nivel, políticos, funcionarios de gobierno y militares tanto de Israel como de Estados Unidos serán citados para ser interrogados. Si las citaciones son ignoradas, lo cual es probable, el fiscal podría emitir una orden internacional de captura lo cual significaría que ellos podrían ser detenidos y extraditados hacia la Corte y viajarían a cualquiera de los 123 países signatarios del Estatuto de Roma.
De tal modo, uno podría esperar que tanto Estados Unidos como Israel continuarán difamando a la Corte Internacional de Justicia, incluyendo en sus amenazas una respuesta armada de parte de Estados Unidos. Un ataque a La Haya es inimaginable en el mundo real, pero en los últimos tres años ha quedado demostrado que Donald Trump es capaz de cualquier cosa. Hasta entonces, uno guarda la esperanza que Bensouda continúe con su trabajo de denunciar los crímenes que siguen siendo cometidos tanto en Palestina como en Afganistán. Avergonzar a Estados Unidos y a Israel en un visible y muy respetado foro público, podría ser la única vía para despertar a la ciudadanía de aquellos dos países ante los terribles hechos que continúan siendo cometidos en sus nombres.
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