La libertad de un país que se reserva el derecho de admisión

Lunes, 10/08/2020 09:26 AM

Esto está inscrito en el pedestal del monumento "Estatua de La Libertad" en la bahía del puerto de Nueva York: "Give me your tired, your poor, your huddled masses yearning to breathe free. The wretched refuse of your teeming shore, send these, the homeless, tempest-tost to me. I lift my lamp beside the Golden door!" (Dame tus agotados, tus pobres, tus muchedumbres que anhelan respirar libres. Los desgraciados expulsados de tu apiñada costa, envíame a esos, los desamparados, los azotados por la tempestad. ¡Levanto mi lámpara al lado de la puerta de oro!). Un mensaje algo extraño, pues invita a inmigrar a los EEUU a los pobres y desamparados y, para visitar o vivir en los EEUU, hay que calificar en un baremo de visa que incluye poseer una cuantiosa cuenta bancaria personal en dólares.

Otra particularidad del mensaje, y algo que en lo personal siempre he criticado, es el libertinaje del idioma inglés respecto a la palabra "liberdad", observen que la inscripción dice "to breathe free" y se traduce formalmente como "respirar libres", algo curioso, si tomamos en cuenta que se trata de un manifiesto en el pedestal de la "Statue of Liberty", de la isla "Liberty Island", por lo tanto, debería decir "to breathe liberty". Literalmente, "to breathe free" debería traducirse como "respirar gratis", pero todos sabemos que en los EEUU muy pocas cosas son gratis, y quien no paga sus impuestos es un "peligroso delincuente".

No sé si ustedes tienen la misma percepción que yo respecto al uso del "free" y el "freedom", es como si la libertad que tanto pregonan, para plagar de males y miserias a otros pueblos, es un asunto económico en lugar de un derecho humano o soberano. No parece un asunto lingüístico sino más bien una característica intrínseca de la idiosincrasia sajona, pues su libertad la materializan como comercio y otros medios de apropiación, y no como libertad de los esclavos o libertad de culto o libertad del pensamiento político-económico. Basta recordar que los EEUU fueron los últimos en abolir la esclavitud, mantuvieron leyes racistas hasta los años 70 del siglo XX, todavía existen conflictos entre protestantes y católicos, tener armas y organizarse en brigadas lo consideran un derecho intransferible, la guerra contra el terrorismo de hoy se ha convertido en una guerra contra el islam y, con la arrogancia del "nuevo rico", a Latinoamérica la miran como "su patio trasero", por lo que quien no siga su "línea política" debe ser sometido.

Volviendo a la historia de la estatua, la inspiración para erigir este monumento parte de un grupo de franceses tres años antes de la celebración de los 100 años de la independencia de los EEUU. Recordemos que Francia fue determinante para que los patriotas de las antiguas colonias inglesas ubicadas en la costa noroeste de Norteamérica le ganaran la guerra a Inglaterra y consolidaran su independencia en 1781.

Inglaterra, Francia, España, Holanda y Portugal eran enemigos en los mares navegados a vela, pero entre Francia e Inglaterra hubo una rivalidad muy marcada por la cristiandad, pues el catolicismo latino-francés y el protestantismo anglosajón son hermanos que se odian, todavía hay vestigios de eso. Además, hay otros elementos sociopolíticos interesantes, por ejemplo, el sostenimiento de las monarquías. En Inglaterra no se tienen episodios que hagan presumir de alguna revolución intentase desmontar las monarquías, a lo sumo un rey desplazaba a otro, pero en el caso francés al último rey le cortaron la cabeza y quien se proclamó emperador, auto coronándose, terminó preso y solitario, aunque, después de muerto, los republicanos lo sepultaran más como una divinidad helénica que como un general en jefe.

Tal vez, y es una temeridad mía, las palabras liberté, fraternité y égalité tan francesas como la mort, en la guillotina por supuesto, sean la causa del tan libertino uso del "free" inglés para contener cualquier rebeldía, pues la libertad del negocio llegó a legalizar hasta el pillaje y la piratería, convirtiendo a corsarios en Lores, mientras que en Francia los burgueses exterminaban a los Nobles

La estatua…la estatua…Ese regalo de 50 metros de altura tiene una connotación filántropa y hasta principista que pregona una amistad entrañable, pero si revisamos la historia anterior al 4 de julio de 1776, nos topamos con una terrible guerra entre los colonos súbditos del monarca inglés y la Francia, todavía gobernada desde Versalles. Una guerra por el territorio norteamericano pues la costa oeste estaba colonizada por los ingleses, pero todo el centro, desde las costas de Luisiana, en el Golfo de México, hasta la congelada bahía de Hudson estaba colonizada por los franceses.

Fue una guerra de 9 años, aunque se conoce como la de 7 años o la Franco-India, en la cual los derrotados franceses perdieron todas sus colonias en Norteamérica y que tuvo como "daño colateral" el exterminio de prácticamente todas las naciones indígenas del centro y del oeste del actual territorio de los EEUU, algo que se dice fácil, por lo que invito a buscar un mapa y percatarse que se trata de prácticamente un continente.

Aquel conflicto entre británicos "protectores de los laboriosos colonos" y franceses, "aliados de salvajes tribus indígenas" tuvo por casus belli un episodio clásico en la política norteamericana. Resulta que en 1754 un agrimensor, con el grado de teniente coronel de milicias, fue encomendado para construir una carretera, por supuesto para carretas, en un territorio francés que pretendían anexionarse los británicos, o al revés si lo desean, pues en todo caso ninguno de los bandos era el dueño. El agrimensor, que comandaba un pelotón de colonos-milicianos, tomó la decisión de asaltar al campamento de diplomáticos franceses, pues un jefe indio le advirtió algo que hasta hoy no se sabe que fue. La acción, por supuesto militar, dio de baja a 11 franceses y apresó a los restantes 21, entre los cuales estaba el comisionado de negocios francés, al cual dieron muerte estando prisionero. El agrimensor era un joven, de 22 años, de nombre George Washington.

Otra consecuencia de esta guerra Franco-India finalizada en 1763 fue precipitar la declaración de independencia por parte de la burguesía de 1776, pues las colonias unidas ya no necesitaban a los realistas británicos para que los protegieran de los católicos, y ahora republicanos franceses ni de los salvajes, y ahora escasos, nativos. Ya la frontera oeste no existía, por lo que literalmente las colonias liberadas podían llegar hasta China, claro, había que sacar del medio a los españoles y terminar de exterminar a los nativos del far west.

La guerra de independencia se inicia en 1775, empresa para la cual el primer Congreso Constituyente contrató para su comando a un militar profesional, y muy rico terrateniente, el General George Washington, de 43 años, y el conflicto bélico terminó en 1781, cuando un ejército regular, escuadrones de milicias y una flota naval francesa acorralan y logran la rendición de los británicos. Una epopeya que transfigura a los antiguos colonos, antes protegidos de los perversos franceses por los invencibles ingleses, en valientes patriotas, ahora vencedores de los déspotas ingleses gracias a la inconmensurable bondad de los filántropos franceses. Razón tenía Miranda de resolver echarle bolas solo.

La gesta de independencia de los EEUU quedó delimitada por el norte, pues las cataratas del Niágara, el terrible frio y la política inglesa de permitir la francofonía para no seguir peleando, evitó que la independencia de los EEUU se anexará al Canadá, razón por la que hoy ese país sigue siendo parte del Reino Unido, aunque se hable francés.

Otra consecuencia de las guerras de independencia en America, y que poco se comenta, es el arrase de la población indígena. Aquí en Venezuela fue algo terrible, a pesar que el indio luchó, como soldado, en ambos lados del conflicto. Sin embargo, la libertad que se alcanzó en los EEUU está marcada por una estrategia militar y formal denominada "tierra arrasada" o "tierra quemada" que literalmente se aplicó contra las tribus Iroqueses, pueblos que, sin ser aliados de los ingleses, eran considerados refugio y fuentes de suministros, así que lo importante era que los casacas rojas ingleses no pudiesen abastecerse de alimentos, sin importar que los salvajes nativos muriesen de hambre. Bueno, hoy podríamos usar dos conceptos para explicar esa estrategia militar; una es el "daño colateral" y el otro es aquel eslogan publicitario que dice: la libertad no tiene precio, para todo lo demás hay tarjetas de crédito.

Volviendo al tema de la estatua, se consiguen en las crónicas que la causa del retraso para inaugurar el monumento antes del centenario de la batalla de 1781 fue la falta de dinero, a parte del proyecto artístico y de ingeniería que implicaba un monumento de 100 metros de altura construido en Europa y puesto en una pantanosa isla de la bahía del puerto de Nueva York. Se dice que el gobierno de la ciudad y el gobierno federal no financiaron la construcción del pedestal, y demás elementos en la isla, por presiones de ciudadanos influyentes (lobbys) que no aceptaban las enormes olas de inmigrantes europeos, y mucho menos irlandeses católicos, que entraban por esa bahía desde 1848.

Los desgraciados expulsados en una apiñada costa y que necesitaban respirar libertad eran los irlandeses, que por aquellos años inmigraban en Nueva York, por cientos de miles, debido a la hambruna causada por la peste en los cultivos de patata y el colonialismo británico en Irlanda. No eran los franceses, ahora colonizadores, y en consecuencia conculcadores de la libertad, en otros confines del mundo, África y Vietnam, para mas señas.

El artista Auguste Bartholdi concibió a la libertad como una diosa griega que pisa unas cadenas rotas, sostiene el acta de la independencia e ilumina al mundo con una antorcha. La reseña a la "puerta dorada" es parte de un soneto escrito, para otros propósitos, por una poetisa norteamericana de origen judío, cuya temprana muerte, luego de haber trabajado con mucho entusiasmo en la recaudación de fondos para la obra, motivó la inscripción de ese extracto en el pedestal. De manera tal que la ubicación en el paso de los grandes trasatlánticos y ese extracto del poema "El Coloso", con el cual se sentían identificados millones de agradecidos inmigrantes en "la gran manzana" de antes de la gran guerra europea de 1914 y de las leyes antinmigrantes de 1921, convirtieron a un fetiche concebido para motivar la lucha por la justicia y la libertad, en una invitación a atreverse a vivir el sueño americano, por supuesto, invitación a un país que se reserva el derecho de admisión.

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