Mientras en Colombia dictan medidas privativas de libertad contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez por chantajes judiciales, el Rey Juan Carlos de España huyó hacia un destino vergonzoso ante la sentencia de una acusación por dineros mal habidos colocados en paraísos fiscales por el monarca español; en el mundo se reaniman los esfuerzos por la repatriación de Ilich Ramírez y Simón Trinidad, uno venezolano otro colombiano víctimas de la "judicialización" imperialista.
El caso de Ilich Ramírez comenzó desde antes de su secuestro y "venta" al gobierno francés por parte de traidores que lo negociaron en Sudan en 1994, pero antes y después de su secuestro, la industria cinematográfica y las agencias internacionales de noticias construyeron una leyenda inflada de antivalores con descalificativos como "El Chacal" y por supuesto esta maquinación rebotó al movimiento de liberación palestino del cual Ramírez era miembro. De las versiones del mitológico "El Chacal", la más reciente fue la protagonizada por el actor venezolano Edgar Ramírez (Carlos, 2010), que ratificó la demonización del internacionalistas Ramírez Sánchez. Para entonces Ilich le respondió con una contundente carta al actor: "Ninguno de ellos (los Ramírez Sanchez) ha traicionado a nuestro país al convertirse en un agente de potencias extranjeras. Ninguno de ellos ha deshonrado a nuestra familia. ¿Por qué, Edgar, aceptas el distorsionar la verdad histórica? ¿Por qué te prestas a la propaganda contra-revolucionaria difamando al más famoso de los Ramírez (Sánchez)? Yo me mantengo en firme, intransigente sobre los principios transmitidos por mi padre y renuncio a venderme a un imperio decadente." Eran las palabras de un hombre encadenado y sometido a largos años en solitario confinamiento primero en la prisión de La Santé de París, luego en la Prisión de Clairvaux y finalmente en la cárcel de Maison Centrale de Poissy, pagando cadenas perpetuas.
Cada vez que Ilich Ramírez apelaba a la sentencia, la Fiscalía francesa agregaba más crímenes a su causa judicial, ciertamente una represalia y un tratamiento aplicado a ciudadanos extranjeros presos en una suerte de discriminación "judicial" tratándose de que Ramírez es venezolano y que además el presidente Chávez en 2011 reivindicó "su lucha por la causa y justicia de los pueblos y combatiente de la causa palestina" y agregó que el "Estado venezolano tiene la obligación de defender a sus conciudadanos sometidos a cualquier dificultad en cualquier parte del mundo".
Mientras Ilich Ramírez Sánchez cumplió 70 años de edad, de los cuales ha estado encarcelado ilegalmente 26 años, mantiene firme sus convicciones ideológicas, políticas y acusa al Sionismo, a todas luces, complotado con el gobierno francés que lo ha sentenciado a varias cadenas perpetuas, según su hermano Vladimir, quien logró verlo -44 años después- en 2019, en tanto Ilich permaneció clandestino y sin contacto familiar para evitar extorciones de la policía francesa o israelí y luego secuestrado e incomunicado en las cárceles francesas.
El estado de Israel lo ha declarado enemigo tal y como consideran al pueblo palestino, ahora el Estado y pueblo venezolano deben revisar, conocer su caso y requerir una justa repatriación para garantizarle sus derechos humanos y civiles.
Con Simón Trinidad ha ocurrido similar suerte y es que su proceso judicial es irregular, es la judicialización imperialista que descarnadamente se aplica a militantes con probado compromiso político-social como este ciudadano colombiano, factor importante en la negociones de paz intentadas entre 1999 y 2001, que logró el Acuerdo consolidado luego en 2016.
Los factores más obstinados de la derecha y la oligarquía colombiana tenían que exterminar a hombres como Simón Trinidad y como resultó imposible hacerlo, lo capturaron en Ecuador justo cuando se iba a una reunión con un delegado de Naciones Unidas para tratar el tema de la paz en Colombia. Trinidad fue secuestrado en Ecuador y trasladado en un helicóptero militar hasta Colombia en 2004, porque la estrategia de paz de la FARC era un obstáculo para el Plan Colombia, cuando los Estados Unidos entregó ingentes recursos al país suramericano, que no tendrían sentido si no había guerra. Entre 2001 y 2016 Estados Unidos invirtió cerca de 10 mil millones de dólares supuestamente para la lucha contra el narcotráfico, cuando la realidad indicaba que esos recursos consolidaron la presencia militar estadounidense en la estratégica posición subcontinental de Colombia, para fortalecer sus planes de defensa y seguridad hemisféricas y resguardar sus intereses en Suramérica y el Caribe. Para el Departamento de Estado era necesario capturar a Simón Trinidad por quien ofrecieron la recompensa de más de 800 mil dólares según una nota del Washington Post en 2004. Luego de extraditarlo a Estados Unidos lo sentenciaron por un delito no probado. "Trinidad fue extraditado como narcotraficante, lo que no fue así. Fue culpable de rebelión, que es un crimen político. Los tratados de extradición y el derecho internacional de los derechos humanos prohíben la extradición por delitos políticos. El gobierno de Estados Unidos sometió a Trinidad a procedimientos judiciales irregulares. Su juez aplicó una sentencia tremendamente excesiva a un crimen que no cometió" señaló el periodista político norteamericano WT Whitney Jr del portal Counterpunch.org.
A esta dramática situación de encarcelamiento ilegal de Trinidad, la superestructura mediática norteamericana le colocó la guinda de la torta al compararlo con el narcotraficante mexicano Chapo Guzmán, al señalar que ambos estarían recluidos en el "ADX (Administrative Maximum Facility) ubicada en Florence, Colorado. El sitio es conocido como El Alcatraz de las Montañas en una clara referencia a las duras condiciones de reclusión" según una nota de la revista colombiana Semana de 2019.
La rapacidad judicial norteamericana no se justifica puesto que Simón Trinidad debería comparecer ante la Jurisdicción Especial para la Paz y ello pasa porque Estados Unidos respete la dignidad de Colombia como pueblo soberano, es una tarea en la que acompañamos al pueblo norteamericano y colombiano igual que los grupos sociales en el mundo que defienden esa justa causa como www.counterpunch.or y www.simonlibertdad.com a través de los correos simontrinidadlibre@gmail.com y contactosimonlibertad@gmail.com.
Los casos de Ilich Ramírez y Simón Trinidad, descalificados por el statu quo europeo y norteamericano rompieron las reglas de la sensatez jurídica cuando los "modelos" oligárquicos se están cayendo a pedazos, como el expresidente Álvaro Uribe Vélez en Colombia y el Rey Borbón Carlos en España, mientras tanto discurre el tiempo en medio de una caótica pandemia que ha puesto patas arribas al capitalismo mundial, para advertirnos que es hora de la memoria histórica y la verdad para exigir justicia y respeto para nuestros pueblos.